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El Miedo


Enviado por   •  12 de Mayo de 2015  •  Práctica o problema  •  4.368 Palabras (18 Páginas)  •  171 Visitas

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¿Cómo es que sentimos miedo?

“El miedo es más temible cuando es difuso, disperso, poco claro; cuando flota libre, sin vínculos, sin anclas, sin hogar ni causa nítidos; cuando nos ronda sin ton ni son; cuando la amenaza que deberíamos temer puede ser entrevista en todas partes, pero resulta imposible de ver en ningún lugar concreto, Miedo es el nombre que damos a nuestra incertidumbre: a nuestra ignorancia con respecto a la amenaza y a lo que hay que hacer ―a lo que puede y no puede hacerse― para detenerla en seco, o para combatirla, si pararla es algo que está ya más allá de nuestro alcance”

Zygmunt Bauman

Para enseñar lo que es el miedo, y para que los niños aprendan cómo es que sentimos miedo, sería una locura transmitirles el espanto y la intranquilidad. Para hablar del miedo, como lo vamos a hacer ahora, no hay necesidad de que nos pongamos nerviosos y estemos a punto de gritar o salir corriendo. En una novela colombiana titulada La Vorágine cuentan que un campesino del llano agitó la piel de un tigrillo para que un gran hato de ganado, cientos de vacas se asustaran, bramaran, se atropellaran y escaparan pasando unas encima de otras. Cosas como estas son posibles también entre las personas: sin saber si algo es real o irreal, si es una broma o si es en serio, se sienten miedos horribles que recorren el cuerpo de los pies a la cabeza. Tenemos aquí lo primero que debemos aprender del miedo. Escúchenlo bien: EL MIEDO ES ALGO QUE NO NOS DEJA PENSAR. Saber esto es importante porque para lo que somos buenos es para pensar y calcular, para analizar, para asociar una cosa con otra y sacar conclusiones. Cuando podemos pensar, es como si nos anticipáramos a lo que va a pasar. Por eso es a veces tan difícil asustar a las personas mayores, que no muestran miedo cuando nos disfrazamos de fantasmas o cuando les ponemos en la pierna una araña grande y peluda que en realidad es un juguete. Pero quien no aprenda a pensar rápido, que se cuide porque UNA EMOCIÓN LLAMADA MIEDO lo puede paralizar.

Vamos entonces a HABLAR DEL MIEDO. Pero ya está claro que aquí nadie va a provocar un incendio, ni nos va a atacar una fiera. ¿QUÉ HAREMOS? Dos cosas: Primero, que cada niño vaya recordando qué es lo que pasa cuando siente miedo. Segundo, que veamos cómo y por qué se manifiesta el miedo, si es algo que se reduce a (mi miedo – tu miedo – el miedo de ella - el miedo de él), o si puede ser un sentimiento que experimentan muchas personas a la vez. Ya sé que lo bueno sería contar aquí una historia que nos ponga los pelos de punta; así se aprende mejor. Entonces pongan atención: Medellín hace años era una ciudad sumergida. Vivíamos como ranas. No estaba mal movernos en el agua, pero lo que más queríamos era penetrar en los bosques tupidos de las montañas para buscar dónde fundar otra vez la ciudad. El problema era que siempre que alguien se arriesgaba a salir del agua, se oían unos ruidos escabrosos que venían de los árboles; las ramas se movían como brazos peludos y los troncos se estrechaban. El miedo que se sentía era espantoso y había que saltar rápido al agua para volver a la ciudad sumergida…

Ahora podemos preguntar: ¿cómo es que sabiendo mucho sobre el miedo, de todas formas sentimos miedo cuando nos cuentan historias o cuando vemos películas de miedo? Pienso que esta pregunta puede ser difícil responderla. Lo primero es que MUCHAS VECES EL MIEDO ES INDUCIDO (¡ah, qué palabra más extraña!). Esto quiere decir que la manera como cuentan las historias o como avanzan las películas NOS VA METIENDO EL MIEDO. Estamos atentos, llenos de intriga, queriendo saber qué va a pasar, y estamos tensos a la vez, como una bomba que de tanto inflarla, se va a estallar. Digamos que el miedo es como el aire que le echamos a esa bomba. Y si la historia o la película se cargan más y más de suspenso, falta muy poco para estallar dando un grito porque, ya es suficiente, de verdad tenemos miedo.

Lo otro es que cuando seguimos una historia o una película de miedo, sucede que es como si nos metiéramos en ella a sufrir lo que están sufriendo los personajes. Y si son niños, adolescentes o jóvenes con mayor razón. Pensamos confusamente, como si no importara QUE SE TRATA ES DE LO QUE LE PASA A OTROS. Seguro que todos quieren preguntar por qué se da que en esos casos vivimos la misma angustia de estar atrapados, el mismo terror de que algo nos hará daño, o el miedo de no poder sobrevivir. Tengo una respuesta para que la pensemos ahora y más adelante: todo esto ocurre porque somos CUERPOS FRÁGILES.

Por eso las películas muestran siempre a personas con los nervios alterados, que se asustan fácilmente cuando escuchan ruidos extraños, que están atrapadas, gritan todo el tiempo y no se pueden defender de la amenaza del mal. Siguiendo la historia, pensamos confusamente y nos atormentamos, PARECE QUE OYÉRAMOS lo que ellos oyen. TEMEMOS que algo súbito ocurra en cualquier momento. Así las cosas, el miedo nos enseña que para los seres humanos ha sido siempre posible vivir lo que los otros viven: de un lado, ser feliz porque otros son felices, pero de otro lado, sentir los miedos y padecer las angustias que otros tienen. Si no fuera así, no entenderíamos que el amor es un valor o que la protección que se le debe dar a los niños es una responsabilidad de todos. Pero lo más importante es que todo esto nos dice que NO SOMOS INSENSIBLES, NI SOMOS PIEDRAS.

Los científicos hablan de la importancia del miedo en todos los seres vivos. Puede ser que hasta las plantas, y por supuesto los animales sienten miedo ante cualquier amenaza. Hasta los animales feroces, seguro que tienen miedo cuando los hombres los atacan, los hieren y los acosan. Otros animales parecen más bien tranquilos, pero a la menor alarma se alteran y se echan a correr. En nuestro caso, nos gusta pensar que cuando corremos lo hacemos como un acto libre que nos transmite emoción, pero CUANDO CORREMOS DE MIEDO CORREMOS MÁS, Y DE MANERA MÁS DESORDENADA. En los juegos olímpicos deberían dejar que los corredores se preparen con calma, que cada quien tome su lugar para la carrera, y que cuando todos estén listos, hagan aparecer súbitamente algo que los espante; así sabríamos quién es el que corre más (¡ah, por supuesto, no faltará el que, antes que echarse a correr, se quede paralizado!)

Para los científicos es fácil responder entonces ¿por qué sentimos miedo? PORQUE ESTAMOS VIVOS. Y tienen razón. Es como si con el miedo jugáramos a estar vivos y a estar muertos; unas veces el miedo se presenta como la agitación más tremenda (el cuerpo se pone como un motor a la máxima revolución). Mientras que otras veces nos quedamos como estatuas, sudando frío. En los animales sucede lo mismo: unos se espantan y vuelan

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