El Valor De Educar
Enviado por anyGmez • 11 de Marzo de 2015 • 1.280 Palabras (6 Páginas) • 247 Visitas
“EL VALOR DE EDUCAR”
Fernando Savater.
CAPÍTULO 1: El aprendizaje humano.
• Como la compasión por el prójimo, la solidaridad o la benevolencia hacia los demás que suelen considerarse rasgos propios de las personas «muy humanas», es decir aquellas que han saboreado «la leche de la humana ternura», según la hermosa expresión shakesperiana.
o El aprendizaje humano es una cualidad que viene determinada por cada persona, porque ser humano es también un deber. Por tanto hay que llegar a ser el que eres, a través de lo que tú aprendes con el paso del tiempo. Encontramos el principio de todo ello, que según enuncian los antropólogos es una neotenia, es decir, los humanos nacemos aparentemente demasiado pronto o prematuros, en esto del aprendizaje.
• Los miembros de la sociedad humana no sólo saben lo que saben, sino que también perciben y persiguen corregir la ignorancia de los que aún no saben o de quienes creen saber erróneamente algo.
o No es lo mismo procesar información que comprender información.
• Si no hay atribución de ignorancia, tampoco habrá esfuerzo por enseñar; Es decir que para rentabilizar de modo pedagógicamente estimulante lo que uno sabe hay que comprender también que otro no lo sabe... y que consideramos deseable que lo sepa.
o La verdadera educación no sólo consiste en enseñar a pensar sino también en aprender a pensar sobre lo que se piensa.
• La enseñanza voluntaria y decidida no se origina en la constatación de conocimientos compartidos sino en la evidencia de que hay semejantes que aún no los comparten.
o La educación nos viene siempre de otros seres humanos; el hombre sólo es educado por hombres que a su vez fueron educados por otros hombres.
• La principal asignatura que se enseñan los hombres unos a otros es en qué consiste ser hombre, y esa materia, por muchas que sean sus restantes deficiencias, la conocen mejor los humanos mismos que los seres sobrenaturales o los habitantes hipotéticos de las estrellas. Cualquier pedagogía que proviniese de una fuente distinta nos privaría de la lección esencial, la de ver la vida y las cosas con ojos humanos.
o La principal asignatura que se enseñan los hombres unos a otros es en qué consiste ser hombre.
• Tenemos que aprender a leer sus mentes, lo cual no equivale simplemente a la destreza estratégica de prevenir sus reacciones y adelantarnos a ellas para condicionarlas en nuestro beneficio, sino que implica ante todo atribuirles estados mentales como los nuestros y de los que depende la propia calidad de los nuestros.
o El primer objetivo de la educación consiste en hacernos conscientes de la realidad de nuestros semejantes.
• Las capacidades abiertas, en cambio, son de dominio gradual y en cierto modo infinito. Algunas son elementales y universales, como hablar o razonar, y otras sin duda optativas, como escribir poesía, pintar o componer música.
Las capacidades cerradas pierden interés en sí mismas aunque siguen conservando toda su validez instrumental; por el contrario, las capacidades abiertas se van haciendo más sugestivas aunque también más inciertas a medida que se progresa en su estudio.
o La enseñanza tiene capacidades abiertas y cerradas. Las capacidades cerradas son estrictamente funcionales, como caminar, vestirse y otras más complejas como leer y escribir. Estas capacidades se pueden ir perfeccionando con el tiempo y la práctica. La característica de esta capacidad es su sentido de utilidad y lo imprescindible que resultan para la vida diaria.
• Sin duda la propia habilidad de aprender es una muy distinguida capacidad abierta, la más necesaria y humana quizá de todas ellas. Y cualquier plan de enseñanza bien diseñado ha de considerar prioritario este saber que nunca acaba y que posibilita todos los demás, cerrados o abiertos, sean los inmediatamente útiles a corto plazo o sean los buscadores de una excelencia que nunca se da por satisfecha.
o Aprender es una actividad permanente del alumno y nunca de aceptación pasiva de los conocimientos ya deglutidos por el maestro, siendo lo más importante de la enseñanza, enseñar a aprender.
• Juan Carlos Tedesco, cuyo libro El nuevo
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