El absolutismo griego, el paradigma positivista y el materialismo histórico

Introducción

A lo largo de toda la historia de la humanidad y como parte de la evolución de los individuos en un entorno social, así como también por el auge de la civilización, el ser humano tuvo que ir adecuándose a nuevas metodologías y sistemas de pensamientos conocidos como paradigmas. Cabe destacar que la existencia de los paradigmas y la concepción de ideas mediante el uso de conocimientos adquiridos, ya sea de manera empírica o reflexiva, se pueden remontar a los inicios del ser humano, sin embargo, estos tuvieron que cambiar de manera inevitable ya que en sus inicios estuvieron regidos principalmente por las creencias místicas  y religiosas; las diferentes culturas en todo el mundo evocaban dioses y doctrinas mediante las cuales buscaban respuestas a preguntas como ¿Quiénes somos?, ¿Por qué estamos aquí?, ¿Existirá algo después de la muerte?, para así poder darle sentido y dirección a sus vidas, así como también buscaban entender su entorno y la relación que tienen con el mismo. Este hecho es sumamente interesante ya que aún sin haber tenido contacto, prácticamente todas las culturas y civilizaciones primitivas crearon religiones con fundamentos bastante similares: un ser superior omnipotente nos creó, nos dice cómo actuar y por lo tanto se le obedece sin queja alguna y de ser así obtendremos recompensas, lo que muestra una clara tendencia del ser humano primitivo a buscar respuestas incursionando en lo teológico y místico.

Pero es bien sabido que todo estás en constante cambio. Los paradigmas, estos modelos de pensamiento, creencias y principios donde se emplea un orden sistemático al momento de ponerlos en práctica, han sufrido modificaciones con el paso del tiempo, llegando a poseer gran cantidad de definiciones y siendo concebidos de diversas formas que estuvieron sujetas al contexto y a la interpretación de cada autor. Se cree que este proceso inició con los griegos, padres del conocimiento, la filosofía, y por ende, de las ciencias en general, quienes se centraron en los fundamentos del mundo y la búsqueda del principio primordial al cual denominaron “arjé”, aunque, así como ocurre en la naturaleza, la evolución no siguió un único sendero por lo que en cada cultura el pensamiento y los paradigmas se desarrollaron de formas distintas, llegando a tratar no solo temas humanísticos y filosóficos sino también temas económicos y científicos.

Paradigmas: del absolutismo lógico griego al siglo XVII

Por su parte, En el siglo V a.C, el filósofo Heráclito expresó que el hombre permanece en una situación constante donde sus sentidos no pueden cesar de forma alguna, puesto que esta es una característica inherente a la vitalidad. Dicho de otra forma, el ser humano no conoce el mundo por lo que realmente es, sino que lo interpreta a través de sus sentidos. Por lo tanto es de esperarse que reine la subjetividad y diversidad de posturas y opiniones.

 También se puede mencionar que posterior a eso, En el siglo IV a.C, Aristóteles se refirió a los paradigmas como un conjunto específico de procedimientos que se pueden aplicar para adquirir y aplicar conocimientos, lo que tiempo después pasó a llamarse "lógica deductiva”. Así como estas hay varios autores que se encargaron de darle una definición al término “paradigma”, cada uno distinto a los demás. Y es que el significado de paradigma dependerá casi en su totalidad del ámbito de estudio en el cual se aplique dicho término. Pueden haber similitudes entre cada una de las definiciones, pero de igual manera se pueden presentar algunas diferencias entre el planteamiento de sus conceptos con respecto a los paradigmas, denotando así que el término posee una gran variedad de definiciones.

Prosiguiendo con los avances de Aristóteles, este planteó en su paradigma organicista que el universo como un organismos cuyas partes están en función de otras, en donde que cada individuo busca realizar su fin, y donde se le otorga mas importancia a los aspectos cualitativos que a los cuantitativos en lo que referente al estudio de la naturaleza. En el mismo siglo, Empédocles afirmaba que existían 4 grandes elementos o raíces constituyentes de la vida y del mundo en general, los cuales eran el agua, el aire, la tierra y el fuego. Para este filósofo dichos elementos poseían entre sus características las capacidades de ser inalterables y eternos, así como también pensaba que actuaban en conjunto con dos grandes fuerzas universales: el amor y el odio, siendo el origen de la vida el resultado de la unión de los elementos en diversas proporciones y en conjunto con las interacciones de las fuerzas ya mencionadas.

 Estas fueron algunas de las bases paradigmáticas que ejercieron gran influencia en siglos posteriores debido a que prácticamente no hubo ningún cambio. Los filósofos griegos argumentaban que era innecesario obtener conocimiento empírico comprobable mediante la experimentación, llegando a verlo como algo indigno. Para ellos toda conclusión debía se obtenida en un proceso mental lógico, por lo que prescindían totalmente de cualquier tipo de comprobación experimental. No fue sino hasta el siglo XVII de nuestra era, donde  cuando aparecieron Francis Bacon y René Descartes, en pleno auge de la revolución científica.

Transición al positivismo

En la edad media tuvo inicio una penosa práctica y etapa de la humanidad conocida como el oscurantismo. En dicha etapa no se permitió la libertad de pensamiento propio, ni a nada que estuviera en contra de la normativa establecida por el clero y los altos estamentos, incluso estos dificultaban intencionalmente la difunción de conocimientos. El oscurantismo medieval inició en el año 476 y culminó en el año 1453 debido a la caída del imperio romano y a los movimientos anti-oscurantistas que permitieron la divulgación y adquisición de nuevos conocimientos científicos en materia de física, astronomía, biología y química, entre las cuales destaca la publicación de la obra “De revolutionibus orbium coelestium” de Nicolas Copérnico.

El oscurantismo siguió repercutiendo a lo largo de toda Europa, así como también iba en auge gradualmente la búsqueda del conocimiento y métodos científicos de investigación. Ahora que ya se podía contar con más libertad, en medio de esta revolución destacaron, entre otros, Francis Bacon Y René Descartes. Por su parte, Bacon propuso el método empírico-inductivo, con el cual buscó facilitar la manera de analizar las experiencias mediante el uso de instrumentos, para lo cual era necesario recopilar numerosos casos concretos del fenómeno estudiado con el fin de realizar una inducción posterior, sin pasar por alto las características que estos tengan en común.

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