El contrato social y el control social

EL CONTRATO SOCIAL Y EL CONTROL SOCIAL

(Su aplicación en el contexto actual)

Introducción

En un Estado moderno se requieren analizar todos los factores vinculantes alrededor de él para saber el grado de éxito o el nivel de aprobación que tiene entre la población, existen diferentes herramientas, entre las más utilizadas se encuentra la encuesta, obteniéndose resultados muy interesantes para el investigador social a través de la estadística inferencial; entre las variables a considerar podemos incluir en un estudio de campo “El control social” en otras palabras, el nivel coercitivo que aplica el Estado y la eficacia de sus métodos; este asunto no es menos importante, ya que propiamente la razón de Estado impone medidas claras para su conservación y es menester del gobernante realizar este tipo de estudios, “ La «razón» del Estado consiste pues, en reconocerse a sí mismo y a su ambiente y en extraer de este conocimiento las máximas del obrar” para ello tiene todo un aparato de estudiosos que siguen de cerca los movimientos sociales, la presión social, los índices macroenonómicos, etc., el motivo de todo esta “inquietud” se explica en la satisfacción de los ciudadanos, finalmente, en una democracia como la nuestra el electorado es el que aparentemente define el rumbo de un país en una elección, (tan en boga actualmente por cierto), por lo que veremos como es que el control social actúa en la actualidad para la conservación de este suprapoder que todo lo domina. En un primer acercamiento observaremos brevemente el estado de naturaleza, como condición sine qua non para el desarrollo de un gran pacto social que modificara el devenir de la humanidad; en un segundo apartado dilucidaremos de que trata este tan sonado “contrato social” que modifica en adelante los mecanismos de convivencia humana y actúa directamente sobre los conflictos entre las sociedades y los individuos permitiendo su evolución y progreso. En una tercera sección abordaremos el control social en sí, como medio de conservación del poder del Estado, para concluir con una aplicación de lo expuesto en el Estado moderno, vinculando los conceptos de contrato social y control social.

El estado de naturaleza

Un estudio concreto sobre las bases del Estado actual nos remiten necesariamente a los albores de la humanidad, cuando por necesidad de supervivencia se resolvían los conflictos entre individuos con la fuerza bruta, efectivamente, el personaje más fuerte era el que dominaba y por ende, sobrevivía; no había otra manera de pensar las diferencias y de dirimir los conflictos, en el estado de naturaleza se gozaba de derechos absolutos, pero totalmente desprotegidos y sometidos a la decisión del mas fuerte;

Sin embargo esta concepción hobbesiana es refutada por Rousseau quien crítica un estado de naturaleza “violento” manifestando que al ser el estado de naturaleza aquel en el cual el cuidado de nuestra conservación es el menos perjudicial para la del otro, este estado era en consecuencia el más adecuado para la paz y el más conveniente para el género humano.

Así mismo, Rousseau dice que los hombres no tienen naturalmente ningún derecho sobre sus semejantes, si embargo admite que el hombre se puede “vender” en espera de una retribución, pero, veamos, un pueblo ¿qué retribución puede tener de un déspota?, luego entonces, no es posible que un pueblo “se entregue a un déspota gratuitamente” sin alegar locura colectiva. Así las cosas, aunque un hombre pudiera enajenar su libertad no podría hacerlo con la de su hijo, ya que cada hombre nace libre y su libertad a nadie le pertenece. Resumiendo el pensamiento de Rousseau, el hombre en su estado natural nació libre y ha sido por medio de las convenciones que se ha hecho “esclavo de otros” sin embargo es contradictorio con la propia naturaleza y dignidad humanas, por lo que concluye que el derecho de esclavitud es nulo no solo porque es ilegítimo, sino porque es absurdo; manifestando únicamente a las convenciones como base de toda autoridad legítima entre los hombres.

Esclavitud vs Libertad

Comenzaré este apartado definiendo lo que es evolución, que proviene del término latino evolutĭo y hace referencia a la acción y efecto de evolucionar (desenvolverse o desarrollarse, pasando de un estado a otro). Por lo tanto, la evolución es el desarrollo de las cosas o de los organismos, por medio del cual pasan gradualmente de un estado a otro.

De manera que de un estado de naturaleza donde el ser humano vivía regido por su propia conveniencia y apegado únicamente a su supervivencia “evolucionó” hacía otro estadío, (en este sentido Rousseau manifiesta lo contrario en su libro Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres al tratar como un estado ideal el estado de naturaleza humana y a percibir en la sociedad civil el origen de los vicios de la humanidad). Pero en el sentido de la definición vista en el párrafo anterior y en un afán fundamentalmente positivista tomaremos de la filosofía hobbesiana la necesidad del ser humano para establecerse en sociedades y para fundar un pacto social. Así, según Hobbes, la necesidad del ser humano de pasar al Estado Civil se da por sobrevivir al Estado de Guerra inherente al estado de naturaleza, por lo cual se hace necesaria una Institución que es el Estado que aglutine los esfuerzos mediante un pacto social.

Y es así que aparece el Contrato Social de Rousseau y al cual si parafrasear transcribo tal cual en su capítulo VI “las cláusulas de este contrato están determinadas por la naturaleza del acto, pero que la menor modificación

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