El pragmatismo
Enviado por ChRis Armenta • 26 de Agosto de 2015 • Ensayo • 1.968 Palabras (8 Páginas) • 239 Visitas
La casa de zaratustra
En esta parte del libro nos habla sobre Mies y su interacción con el entorno a la hora de proyectar algo que podemos remarcar es la forma de cómo integrar la naturaleza en nuestros proyectos de como volver a los tiempos de paz y tranquilidad. Ya que en los últimos años en las ciudades se ha vuelto un caos ya que parece ser que lo que predomina es la contaminación del ruido de los carros de los vendedores, etc. Y así la tranquilidad del hogar quedando aun lado, prácticamente Mies plasma en su arquitectura lo cree que es correcto esto se debe a que la misma sociedad las reglas y normas ya no nos permiten diseñar, por esta razón huye de la cuidad y se va los campos abiertos a diseñar un proyecto basado en sus ideas rechazando totalmente el programa familiar e ignora totalmente los conceptos establecidos por la sociedad lo que en estos últimos días la mayoría de Arquitectos filosóficos han hecho es rechazar el orden, la limpieza, los espacios programados, y genera actitudes como el desorden, espacios improvisados, lo antihigiénico, etc. Esto es por lo mismo que planteaba en un principio que las reglas sociales ya no te dejan diseñar se han aferrado a seguir paradigmas que nos llevan a ser personas tan iguales sin ninguna diferencia en cuanto a nuestros pensamientos.
Heidegger en su refugio: la casa existencialista
En esta parte Heidegger nos explica como el existencialismo puede llegar a influir de manera radical a una casa, él nos lo explica con una cabaña que es un lugar que le permite encontrarse consigo mismo y reconocerse en él, es un lugar en el que Heidegger se refugia, se apropia del espacio, el maneja la importancia que hay en relacionar el exterior – interior. En cuanto a la distribución espacial, es muy interesante ver como el área a pesar de ser reducida adecúa los principales espacios para la habitabilidad. No hay pasillos, la casa gira en torno a la chimenea, dormitorio para seis personas, constituyen un rompimiento con los esquemas normativos de la ciudad y además la forma de crear un espacio con mayor practicidad. Mies y Heidegger utilizan comparten ciertos pensamientos sobre su filosofía y se ve expresada en sus casas ya que ambos se aíslan de la ciudad e integran la naturaleza a este mismo. Sin embargo las diferencias entre estos dos personajes se halla en el hecho de que Mies diseña la casa en base a un pensamiento individualista sin programa familiar, y Heidegger se adapta a la casa prediseñada que posee un programa familiar, la hace parte de él, la interioriza y la convierte en un espacio existencial. Respecto a la casa existencialista de Heidegger, es importante remarcar lo que nos plantea; que no es tan importante qué o cuanto construir, como saber porque construimos, cual es la razón original de esta acción. Lo que tambien es importante resaltar lo que hace que su pensamiento de Heidegger sea único, es esta vuelta hacia atrás de analizar el pasado y las razones del porque suceden las cosas hoy en día, solo así podremos trasformar un espacio en un auténtico habitar.
La máquina de habitar Jacques Tatí: La casa positivista
En esta parte Jacques Tati nos explica la Casa Positivista nos muestra una imagen donde se toma como principios básicos el orden, la limpieza, la programación familiar y el modelo de familia perfecta, es decir el patrón impuesto por el carácter urbano. La casa de los Arpel es una clara muestra de la subordinación hacia la ciudad, donde la felicidad se encuentra en los fines materiales y la complejidad de la casa se convierte en algo tedioso, pues no es una casa proyectada y pensada en la persona que la va a habitar sino una reproducción de lo que establece la sociedad. Esta situación llega a tal extremo de ser tan molesto que hasta el niño de los Arpel se cansa y prefiere estar en la casa de su tío M. Hulot. La casa del tío Hulot nos presenta una realidad diferente, es casi un “laberinto espacial” donde la fluidez espacial permite un habitar sencillo y espontáneo. La experiencia y vivencia espacial es más dinámica, además existe un mayor contacto con los vecinos, algo muy diferente a la casa positivista que se aisla y aleja de ellos por medio de rejas. La casa de Hulot es pues un ejemplo claro de la expresión libre de las personas, como la de un niño. Precisamente es la actitud del niño quien nos esclarece la diferencia entre una y otra casa. El niño quiere vivir sin reglas por lo que aborrece la casa positivista y disfruta más la estancia en la de su tío, donde es libre. El objetivo del pensamiento positivista es intensificar esta evolución llevar al hombre hacia una sociedad perfecta sin conflictos organizada por la ciencia trasladar la trascendencia de la religión ala inmanencia de la vida. Por ello la teoría positivista terminara constituyéndose en una religión de la humanidad una religión dedicada a hacer del mundo el reino del orden y el progreso.
La casa es una máquina de vigilar. Por ello no será difícil entender que si la casa positivista tiene algún espacio privilegiado será en el que la familia como un todo orgánico: el salón en lugar en el que se realiza el sujeto positivista. La famosa “máquina de vivir”.
Picasso de vacaciones: la casa fenomenológica
Picasso aquí nos muestra una forma de habitar dinámica y espontánea, donde se desenvuelve como es y no hay nada que limite su libre expresión. El desorden que reina en la casa es solo entendible por Picasso, a través de él reconocemos su cotidianidad. La casa de Picasso es también una constante interacción con el tiempo, el cual se suspende y rememoriza el
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