Estética. Platón, Aristóteles, Nietzsche
Enviado por Micaela Garcia • 20 de Mayo de 2019 • Tarea • 2.263 Palabras (10 Páginas) • 136 Visitas
1) ¿Cuál es el fenómeno que aborda E. Gombrich en el Cap. IV de “Arte e Ilusión” y cuáles los argumentos que esgrime para explicar dicho fenómeno?
Para comenzar tomemos por caso el arte egipcio, este se realiza de acuerdo a estrictas reglas en base a patrones geométricos muy rigurosos que condicionan toda producción artística. Los egipcios no buscan reproducir lo que ven en la naturaleza, tampoco narrar acontecimientos, sino que establecen imágenes conceptuales estereotipadas que dan cuenta de algo puntual que quieren comunicar. Esta clase de arte, subyugado a necesidades sociales, religiosas o políticas no da lugar a innovaciones de ningún tipo.
Los griegos, en cambio, en tan solo 200 años (siglos VI y V) cambian radicalmente su concepción acerca del arte. Esto fue algo que no le sucedió a ningún otro pueblo, ¿por qué entonces a ellos sí?. La revolución griega no fue producto del hecho de que estuviesen adelantados artísticamente a otros pueblos, como generalmente se cree, sino que es producto de drásticos cambios en los “esquemas mentales” de los griegos, los cuales posibilitan, a su vez, grandes cambios en la forma en que se comienza a entender al arte y la función del mismo.
El surgimiento de la mímesis causa un gran impacto en los siglos VI y V, dando lugar a una nueva concepción del arte tanto en lo que respecta a las aptitudes necesarias para su creación y posterior contemplación como en lo que respecta a su función social. Todo esto posibilita la irrupción de lo que ha sido llamado “el milagro griego”.
Gombrich parte a modo de axioma de la siguiente proposición: “el hacer viene antes del igualar”. Esto se aplica a la igualación que una obra puede pretender realizar de un aspecto de la realidad. Aquí la capacidad de producir es anterior a la de imitar ya que cuando se intenta imitar la naturaleza primero se realiza una desmembración de las partes de ella que se quieren imitar para luego recomponerlas, todo esto a través de una constante experimentación. El artista no logra su imitación en un solo intento, sino que existe un proceso que consta de etapas que necesariamente deben seguirse: primero se esquematiza, luego se corrige, se vuelve a esquematizar, se vuelve a corregir y así. Finalmente, podemos decir que en términos estrictos no hay imitación, sino que toda “imitación” proviene de una creación. La mímesis, si bien en algún punto es imitación, es, por sobre todo, creación.
Ahora bien, hasta ese momento una historia era verdadera o falsa; las narraciones míticas o las crónicas de batallas contaban sucesos “reales”. El gran descubrimiento griego consiste en haber logrado extraer de aquí la idea de ficción. Esto comienza en el plano de la poesía: el poeta tiene una gran libertad de narración; tiene la licencia de detenerse en el “cómo” y moldearlo a su manera. Puesto que pocas veces los poetas han presenciado en primera persona los acontecimientos que narran, al momento de relatar sus historias les otorgan las formas que a ellos les parecen convenientes. Siendo así, no pasa mucho tiempo para que los artistas visuales y los de las demás artes comiencen a hacer lo mismo.
El desarrollo en la utilización del espacio que lleva adelante el arte narrativo perfecciona en gran manera los efectos visuales. Estos efectos requieren, para su comprensión, de nuevos “esquemas mentales”. Ahora ya no basta sólo con ver sino que además hace falta un procedimiento (llamémosle) intuitivo-intelectual que permita divisar lo que, si bien no se muestra, está sugerido en la obra. Ahora ya no está presente todo lo que hay que ver; ahora el observador debe intuir o imaginar lo que está oculto o no está (aunque implícitamente sí está) para poder completar la obra. Lograr comprender esta nueva concepción del arte, esta conquista del espacio, requiere un ajuste del aparato cognitivo que ponga en juego nuevas aptitudes. El desarrollo del arte mimético va de la mano del desarrollo de las facultades cognitivas necesarias para su creación y comprensión. Una de las grandes consecuencias de ésta revolución consistió en haber dejado atrás un tipo de arte subyugado a otras áreas de la cultura, un arte que era utilizado nada más que a modo de herramienta, como el egipcio, para pasar a valorar al arte por sí mismo contando para ello con la contemplación estética como un fin en sí. Comienzan los primeros atisbos de lo que será “el arte por el arte”. Aquí comienza a desarrollarse “el arte” tal como hoy es entendido.
2) ¿Qué plantea Platón en los libros II, III y X de “República” para cuestionar la tradición épica y la mímesis?
Ya que los mitos que la épica forja han devenido grandes instrumentos de educación del ciudadano griego, esta tradición deberá ser vigilada de cerca en la polis ideal de Platón. Si se pretende educar de acuerdo a estrictos parámetros, como Platón quiere, deberá eliminarse de la tradición épica todo aquello que no se encuentre en rigurosa consonancia con lo que se procura implementar. La tragedia educa, pero educa en base a la imitación de aspectos que Platón considera negativos para su polis ideal, en ésta estará prohibido todo arte que se dedique a imitar “lo malicioso, lo intemperante, lo servil y lo indecente” (Platón, 1988, p.175). En este sentido, la épica deberá ser modificada para que cumpla una tarea propedéutica en función de la conformación de la polis platónica. Por ejemplo: no podrán ser admitidos aquellos mitos en que los dioses se hagan la guerra entre sí, pues esto puede conducir a que los ciudadanos observen como algo natural el hecho de enfrentarse entre ellos, cuando en realidad se trata de un acto de lo más indecoroso dentro de la polis ideal; tampoco podrán narrarse (en el caso de la educación de los guerreros) historias de ultratumba que hagan a los oyentes temer a la muerte. Los mitos deberán siempre apuntar a lograr la excelencia, para ello, una de las pautas es la siguiente: los discursos épicos acerca de los dioses dirán que ellos sólo son causa de las cosas buenas, jamás de equivocaciones o engaños. Platón sabe del valor del arte en una sociedad; sabe de la influencia que puede ejercer sobre las vidas de los ciudadanos. En este sentido, cuestiona la tradición épica porque ésta no posee el valor social que él necesita para llevar a cabo su proyecto de estado. La épica que es narrada a los ciudadanos griegos desde su infancia, moldeando así su espíritu con arreglo a ella, no le se sirve a Platón como herramienta de construcción de su sociedad. Para que estas narraciones sean acordes al proyecto civilizatorio platónico deberán sufrir más de una censura. Siendo así, en la polis sólo se aceptará la presencia de poetas “oficialistas” que acepten el dogma oficial y lo reproduzcan. A su vez, estos poetas tienen que estar capacitados para contemplar en forma adecuada la idea de belleza antes de componer sus obras, ya que estas deberán participar de la belleza para ser bellas.
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