FILOSOFÍA. PROFUNDIZACIÓN EN LECTURA CRÍTICA

FILOSOFÍA

PROFUNDIZACIÓN EN LECTURA CRÍTICA

8.1 Nicolás Malebranche   

Sé muy bien que el alma es capaz de pensar, pero sé también que la extensión es capaz de figurar. El alma es capaz de voluntad, como la materia lo es de movimiento; pero lo mismo que es falso que la materia, aun cuando capaz de figura y movimiento, tenga en sí misma una fuerza, una facultad, una naturaleza que se pueda mover o darse tan pronto una figura redonda, y tan pronto una cuadrada, así, aun cuando el alma sea natural y esencialmente capaz de conocimiento y de voluntad, es falso que tenga facultades por las que pueda producir en sí ideas o su movimiento hacia el bien, porque invenciblemente quiere ser feliz. Hay diferencia entre ser móvil y moverse. La materia es, por naturaleza, móvil y capaz de figuras, incluso no puede subsistir sin figuras. Pero no se mueve, no se configura, no tiene facultad para ello. El espíritu, por naturaleza, es capaz de movimiento y de ideas; estoy de acuerdo. Pero no se mueve, no se esclarece; Dios es quien hace cuanto hay de físico en los espíritus, como en los cuerpos. ¿Puede decirse que Dios hace los cambios que suceden en  la materia, y que no hace los que suceden al espíritu? ¿Es dar a Dios lo que le pertenece, abandonar a su disposición los últimos de los seres? ¿No es igualmente dueño de todas las cosas? ¿No es el creador, el conservador, el único motor verdadero de los espíritus, tanto como de los cuerpos?   

¿Cuál es la fuerza que mueve al alma?   

   la fuerza que mueve el alma es Dios

¿Cuál es la fuerza que mueve a la materia?   

   la fuerza que mueve la materia es Dios

¿Cómo se presenta la relación: ¿Extensión, materia, movimiento?   

   todo cuerpo consta de 3 características fundamentales extensión materia y movimiento si se presenta la ausencia de uno las demás no se presentan de igual forma 

¿Quién es Dios?   

Dios es quien hace cuánto hay de físico en los espíritus, como en los cuerpos.   Es la clave de la creación

8.2 Leibniz   

Todo en la naturaleza es lleno. Hay sustancias simples separadas efectivamente unas de otras por acciones propias, que alteran de continuo sus relaciones; y cada sustancia simple o mónada, que es el centro de una sustancia compuesta, por ejemplo, de un animal, y el principio de su unicidad, está rodeada de una masa compuesta por una infinidad de otras mónadas, que constituyen el cuerpo propio de esa mónada central, y, según las afecciones de ese cuerpo, , esta representa como en una manera de centro, las cosas que están fuera de ella. Y el tal cuerpo es orgánico cuando forma una manera de autómata o máquina de la naturaleza, que es máquina no solamente en el todo, sino en las mínimas partes que se pueden notar. Y como quiera que sea el mundo lleno, todo está en el trabajo, y cada cuerpo obra sobre otro, más o menos, según la distancia, y es afectado a su vez por reacción, síguese que cada mónada es un espejo viviente o provisto de acción interna, representativo del universo, según su punto de vista, y tan arreglado como el universo mismo. Las percepciones, en la mónada, nacen unas de otras por las leyes de los apetitos o de las causas finales del bien y del mal, en que consisten las percepciones notables, arregladas o desarregladas; como los cambios de los cuerpos y los fenómenos de fuera nacen unos de otros por las leyes de las causas eficientes, es decir, de los movimientos. Así entre las percepciones de la mónada y de los movimientos de los cuerpos hay una perfecta armonía, preestablecida desde luego, entre el sistema de las causas eficientes y el de las causas finales. Y en eso consiste la concordancia y unión física del alma y el cuerpo, sin que uno pueda alterar las leyes del otro.   

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