Fenomenologia
Enviado por hoihhiil • 10 de Abril de 2014 • 4.671 Palabras (19 Páginas) • 223 Visitas
MÉTODO FENOMENOLÓGICO
Propuesto por Edmund Husserl, consiste en examinar todos los contenidos de la conciencia, determinar si tales contenidos son reales, ideales, imaginarios, etc., suspender la conciencia fenomenológica, de manera tal que resulta posible atenerse a lo dado en cuanto a tal y describirlo en su pureza.
Hablar de lo fenomenológico es hablar de lo que sucede cuando tomamos un objeto en la conciencia. Es “volver a las cosas mismas”, a partir de la experiencia, evitar toda explicación, para que se convierta en una ciencia objetiva e imparcial. Para Husserl detrás de lo que sucede no hay nada. Intencionalidad de la conciencia. Rechazan los sistemas filosóficos como el naturalismo o positivismo.
Para poner en marcha el método fenomenológico hay que adoptar una actitud radical, esto es la de la ‘suspensión’ del ‘mundo natural’. De esta manera, podría decirse que la creencia en la realidad del mundo natural así como las proposiciones que dan lugar a esas creencias, son colocadas ‘entre paréntesis’. No se trata, pues, de negar la realidad natural. El método propone colocar un nuevo ‘signo’ a la ‘actitud natural’, lo que significa abstenerse respecto a la existencia espacio-temporal del mundo.
En síntesis, el método fenomenológico, consiste en:
• Examinar todos los contenidos de la conciencia
• Determinar si tales contenidos son reales, ideales, imaginarios, etc.
• Suspender la conciencia fenomenológica, de manera tal que resulta posible atenerse a lo dado en cuanto a tal y describirlo en su pureza.
La fenomenología, no presupone nada: ni el sentido común, ni el mundo natural, ni las proposiciones científicas, ni las experiencias psicológicas. Se coloca antes de cualquier creencia y de todo juicio para explorar simplemente lo dado.
Introducción a la fenomenología de Edmund Husserl
Alejandro David García Valencia
Históricamente Husserl termina el ciclo filosófico de la metafísica, pero con Husserl también comienza una nueva era de la filosofía que busca ante todo una nueva actividad racional diferente a la planteada hasta ese entonces: Husserl hace evidente la crisis de la razón absoluta y universal, de modo que es necesario replantear de aquí en adelante la actividad filosófica con una responsabilidad social como respuesta a los problemas del mundo, que ya no se resuelven desde una razón objetiva, sino que se solucionan en el encuentro de múltiples puntos de vista.
Otro aspecto a tener en cuenta de la fenomenología de Husserl está en la dinámica que le imprime al sujeto, ahora el sujeto no espera ser afectado por los objetos del mundo, sino por el contrario, el sujeto constituye esos objetos y le da sentido al mundo. Otro aspecto importante es que el sujeto trascendental ya no es un sujeto anónimo, éste es un sujeto activo que constituye el mundo, que tiene una responsabilidad con ese mundo y un compromiso histórico con la humanidad.
1. La conciencia
Fenomenológicamente no es posible concebir la conciencia como estructura interna del sujeto que espera ser afectada por los objetos. Toda aprehensión que la conciencia tenga del objeto constituye ya una actividad de ésta, así sea de manera pasiva la conciencia pre-constituye objetos.
Desde esta perspectiva, la conciencia es el punto de partida de la actividad humana, ya que es indubitable y necesaria puesto que resulta evidente para sí misma, como una evidencia apodíctica. Por tanto la conciencia es incuestionable por cuanto permanece o se hace presente en toda experiencia que realice el sujeto. Toda actividad de la conciencia no puede ser cuestionada, pero lo que no puede garantizar la conciencia es la certidumbre de lo que está conociendo, ya que la cosa es variable y no tiene garantizada su existencia, por tal motivo, el sujeto impone o constituye su propia realidad indubitable a lo contingente de las cosas del mundo. Con otras palabras, lo inmanente de la conciencia penetra lo trascendente del mundo y lo realiza.
Husserl define la conciencia como un conjunto de actos que se conocen con el nombre de vivencias. Esta conciencia tiene la peculiaridad de eliminar toda referencia a una existencia real de las cosas, es decir la conciencia no percibe objetos reales sino que aprehende objetos, que se denominan fenómenos.
«El fenómeno de la cosa (la vivencia) no es la cosa aparente, la cosa que se halla frente a nosotros supuestamente en su propio ser. Como pertenecientes a la conexión de la conciencia, vivimos los fenómenos; como pertenecientes al mundo fenoménico, se nos ofrecen aparentes las cosas. Los fenómenos mismos no aparecen; son vividos.»
Esto implica varias cosas; primero que la conciencia deja de ser esa especie de receptáculo que espera ser afectada por los objetos. Esto quiere decir, que la conciencia cobra un dinamismo que la lleva a constituir el mismo mundo, es decir, la conciencia fenomenológica es netamente constitutiva, es una conciencia que a través de sus vivencias va aprehendiendo objetos, de modo que en el acto de aparecer, o sea, en la vivencia misma, se viven una serie de sensaciones que a su vez son aprehendidas por la conciencia. Es así como la conciencia hace aparecer el objeto, y lo vive. Otro aspecto importante y complementario al anterior es que la conciencia no es un acto psíquico, ni se compone de contenidos reales, ella se compone de múltiples representaciones que se dan en los actos de percibir, juzgar, imaginar, recordar, entre otros. «Nada puede ser juzgado, nada tampoco apetecido, nada esperado ni temido si no es representado»
Esto implica que la conciencia mantiene una correlación con el mundo, pues si existe el acto de percibir es porque existe el objeto percibido, al acto de juzgar le corresponde el juicio requerido. Esta referencia de la conciencia al mundo se conoce como «intención». De modo que de ahora en adelante vamos a hablar de la conciencia como conciencia intencional.
La intencionalidad es la característica más importante de la conciencia fenomenológica. Las vivencias intencionales se dan de diversas modos, así
«El modo como una mera representación de una situación objetiva mienta éste su objeto es distinto del modo cómo lo hace el juicio, que considera verdadera o falsa dicha situación.»
En todo caso, en la vivencia intencional no importa el modo como se dé (intuida, juzgada, imaginada, recordada) existe una tendencia hacia el objeto, es decir, que en la vivencia intencional, la conciencia «constituye plena y exclusivamente el representar este objeto, o el juzgar sobre él». Pero es de tener en cuenta que esta referencia
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