Filosofia

LOS PROBLEMAS DE LA FILOSOFÍA (Russel Bertrand)

Utilidad de la filosofía: Las ciencias físicas, mediante sus invenciones, son útiles a innumerables personas que las ignoras totalmente. Así, el estudio de las mismas tiene un efecto sobre la humanidad. La filosofía, en cambio, tiene un efecto directo sobre aquellos que la estudian.

Hombre práctico: Es aquel que se preocupa por alimentar el aspecto material de la vida únicamente, sin preocuparse por lo espiritual. El valor de la filosofía se halla exclusivamente en los bienes espirituales, y solo aquellos que no son indiferentes a estos bienes entenderán que estudiar filosofía no es perder el tiempo.

Incertidumbre de la filosofía: La filosofía no puede brindar respuestas concretas a los problemas; cuando se hace posible el conocimiento preciso sobre un problema, este para a ser parte de una ciencia. La incertidumbre de la filosofía es, en gran medida, más aparente que real: los problemas con respuestas precisas forman parte de las ciencias, y los que no forman parte de la filosofía. Pero dentro de estos problemas, hay muchos que en los límites de lo que podemos ver, permanecerán insolubles para el intelecto humano. Las respuestas que propone la filosofía no pueden ser demostradas como verdaderas. Sin embargo, la tarea de la filosofía es continuar considerando estos problemas, haciéndolos conscientes de su importancia, examinando lo que nos aproxima a ellos y manteniendo vivo ese interés especulativo.

Tiranía de las costumbres: El hombre que no tiene un barniz de filosofía es prisionero de los prejuicios que derivan del sentido común, las creencias habituales en su tiempo y país y las que desarrolló sin razonar. Para este hombre el mundo tiende a hacerse preciso, definido, obvio, los objetos habituales no le suscitan ningún problema y las posibilidades no familiares son rechazadas. Cuando filosofamos, aun los objetos más ordinarios conducen a problemas a los que solo podemos dar respuestas incompletas. Por eso decimos que la filosofía sugiere diversas posibilidades que amplían nuestro pensamiento y nos libera de la tiranía de las costumbres. Disminuir nuestro sentimiento de certeza sobre lo que las cosas son aumenta nuestro conocimiento sobre lo que pueden ser.

Contemplación filosófica: La filosofía tiene valor por la grandeza de los objetos que contempla y la liberación de los intereses personales que resultan de esta contemplación. El hombre instintivo mira la realidad a través de sus intereses privados, y su vida es limitada. Un modo de evitar esto es la contemplación filosófica, que implica ampliar la perspectiva y ver los objetos y el mundo de un modo imparcial, sin que interfieran los intereses propios. Esto nos permitirá comprender que nuestros proyectos y deseos son parte de un todo, dejando de lado la subjetividad.

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