LA COSMOVISIÓN DEL MUNDO GRIEGO ANTIGUO, PUNTO DE PARTIDA DE LA REFLEXIÓN FILOSÓFICA.

La Filosofía, es un producto cultural, y como producto cultural sólo puede ser propia del ser humano, definitivamente, el único animal capaz de crear cultural hasta el momento.

La cultura es un elemento que surge como producto del desarrollo paulatino de la cognición humana, si bien, el hombre primitivo era un animal con ciertas habilidades, el paso del tiempo y los diversos fenómenos que le rodearon, lo impulsaron a “abrir su mente” a lo desconocido, a todo aquello que parecía inescrutable e imposible de conocer y comprender. Fue así, como ante la muerte, los cambios climáticos y todo aquello que pudiera parecerle misterioso, el hombre se ve en la necesidad de responder ante tales eventos, los cuales, en su contexto fueron de carácter fantástico e imaginario, inaugurando así, los primeros atisbos a dichas respuestas desde la imaginación.

Así bien, desde la imaginación, el hombre comienza a dar posibles respuestas a sus inquietudes sobre los eventos naturales que desbordan su capacidad física, otorgándoles características divinas. De aquí que atribuye a un ser divino todopoderoso el origen del Cosmos. Sin embargo, muchas comunidades primitivas dieron características antropomórficas a los astros y al entorno cósmico, aunque, se generalizó la divinización.

De esta manera surge el fenómeno religioso, que fue reforzado por la experiencia de la muerte, dando como resultado una concepción un tanto compleja de la cosmovisión en la experiencia cognitiva del hombre primitivo. De este modo, el proceso evolutivo de la cognición humana fue organizándose dando origen a leyes y códigos éticos que permiten la organización sociopolítica de las comunidades humanas, la cual fue, en un primer momento teocrática y en estrecho relación con el sentir religioso. Dicha cosmovisión de carácter mítico, llegó a ser impuesta hasta de manera violenta, de tal manera que creó diversas necesidades, a las que el saber humano respondió con un nuevo nivel de evolución cognitiva, el cual abrió el espacio a lo que conocemos como cosmovisión racional, es decir, “pensamiento filosófico”. Si bien, el término Filosofía nos remite etimológicamente a un “amor a la sabiduría”, todo el proceso de interrogación del intelecto humano que en un primer momento, apuntó su interés al conocimiento del mundo natural, es decir, el mundo físico, pasando por la reflexión de carácter metafísico, desencadenó el origen de todo tipo de conocimiento, por lo que consideramos a la Filosofía madre de todas las ciencias.

Ejemplos concretos tenemos en la Grecia antigua, donde los pensadores indagaron empíricamente sobre su entorno en la búsqueda del “Arjé” elemento constitutivo de la materia, de la fisis, donde ubicamos los primeros pasos de la Ciencias Físicas y Naturales, que más tarde abordaría el maestro Aristóteles desde la botánica y la anatomía, e Hipócrates, quien gracias a sus trabajos investigativos es considerado el padre de la Ciencia Médica.

De igual manera, surgen pensadores que trascienden el plano físico, posibilitando de esta manera el dualismo ontológico y antropológico que luego la ética sustentaría, el derecho natural y la religión misma en su proceso de evolución y estructura doctrinal. Es así, como aparecen personajes tan particulares como Sócrates, quien en sus cotidianas conversaciones con los jóvenes de su tiempo a quienes instruía en el ágora, revela su concepción antropológica y ontológica, sus consideraciones éticas y axiológicas que repercutieron en el destino político de las sociedades y su modo de concebir la evolución humana como una evolución de carácter enteramente moral.

Para comenzar es importante tener en cuenta que la Filosofía es la experiencia cognitiva más amplia de la cosmovisión racional, de la cual podemos decir que se desprenden muchas otras como ramas del saber que con el transcurso del tiempo se han ido especializando, convirtiéndose de esta manera en saberes específicos, tales como la Cosmología, dentro de la que estaría todas las ciencias físicas y naturales; la Ontología (Metafísica), en estrecha relación con la Axiología y la Ética como teoría de la moral, también con la reflexión teológica de corte religioso; la Antropología, como estudio del hombre desde diversas perspectivas (Física, Metafísica y Sociocultural). Es de gran importancia aclarar que de la reflexión antropológica de corte sociocultural, surgen saberes como la Psicología, la Sociología, la Etnografía y lo que hoy se conoce como Ciencias Políticas. También encontramos la Axiología como consideración de

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