LA FELICIDAD NO ES PERMANENTE
Enviado por roxettegiil • 1 de Diciembre de 2013 • Tesis • 906 Palabras (4 Páginas) • 435 Visitas
LA FELICIDAD NO ES PERMANENTE
I. Desde la época griega se comenzó a hacer un análisis de la felicidad y que era lo que la provocaba, los epicúreos defendían la búsqueda de la vida feliz y de la ataraxia, esta felicidad no la limitaban solo al cuerpo, si no que debía ser también intelectual, ya que el hombre es un todo, para Epicuro la presencia de la felicidad significaba la ausencia del dolor.
La felicidad no es permanente
¿A qué se le llama felicidad?, según Epicuro.
II. El hombre siempre está en busca de la felicidad, pero no siempre se encuentra, y en algunos casos no a todas las personas nos hace feliz las mismas cosas o situaciones, alguna vez hemos escuchado decir a alguien que las cosas más sencillas son las que nos da la felicidad y puede ser cierto.
Para desarrollar este tema es necesario retomar a una de las escuelas helenísticas que son los epicúreos, escuela fundada por Epicuro de Samos en el 306 a.C. Fue fundada en sus jardines de Atenas de ahí que los seguidores de esta corriente sean llamados “los del jardín”. Como característica especial, esta escuela estaba integrada tanto por hombres como por mujeres, algo nuevo en las escuelas griegas.
“La filosofía es una actividad que con discursos y razonamientos que procura la vida feliz.” 1
Para Epicuro, el placer puro es el bien supremo y el dolor es el mal supremo. La felicidad se manifiesta en los placeres que son consecuencia de la realización de los apetitos, y los sufrimientos son consecuencia de los impedimentos de los apetitos.
Epicuro distingue entre tres clases de apetitos:
1. Los naturales, como alimentarse, que son fáciles de satisfacer.
2. Los naturales pero no necesarios, como la gratificación sexual.
3. Los no naturales ni necesarios, como la fama.
También distinguía entre dos tipos de placeres, basados en la división del hombre en cuerpo y alma:
1. Placeres del cuerpo, a los que renuncia.
2. Placeres del alma: son superiores a los del cuerpo.
Los placeres corporales son efímeros y temporales, mientras que los del alma son más duraderos. La razón representa un papel decisivo, ya que nos permite alcanzar la ataraxia, y nos da libertad ante las pasiones y apetitos.
“… el placer es el principio y fin de una vida feliz, porque lo hemos reconocido como un bien primero y congénito, a partir del cual iniciamos cualquier elección o aversión y a él nos referimos al juzgar los bienes según la norma del placer y del dolor. Y, puesto que éste es el bien primero y connatural, por ese motivo no elegimos todos los placeres, sino que en ocasiones renunciamos a muchos cuando de ellos se sigue un trastorno aún mayor. Y muchos dolores los consideramos preferibles a los placeres si obtenemos un mayor placer cuanto más
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