LA INDUSTRIALIZACIÓN Y SUS INICIOS

INTRODUCCIÓN

Las personas se relacionan entre ellos desde el punto de vista ético. Sabemos que ética es aquella ciencia que estudia socialmente la convivencia de los hombres bajo normas y que ésta ha ido evolucionando -más no bien cambiando- a lo largo del tiempo de la historia humana.

Cabe destacar ante esto, que la existencia de los hombres depende de la existencia de los demás, y de su relación con los demás. Ésta relación con los demás, puede observarse diariamente, en distintas situaciones, donde la ética juega un rol fundamental tanto directa como indirectamente; situaciones tales como: relaciones de pareja, de familia, de escuela, de universidad, amistad, y cotidianas, entre otras.

El hombre es un ser social de por sí, pues esta inserto en un entorno

LA INDUSTRIALIZACIÓN Y SUS INICIOS:

En las décadas de 1850 y 1860, el crecimiento económico tuvo directa relación con la exportación de trigo, plata y cobre. Las finanzas públicas se estabilizaron y los ingresos fiscales crecieron de manera significativa por primera vez tras la Independencia modernizándose el sistema financiero con la creación de numerosas instituciones crediticias al alero de la Ley de Bancos de 1860, destacándose Banco Estado facilitando el acceso a crédito junto con esto se modernizó la infraestructura productiva y de transportes del valle central chileno. El auge económico permitió al Estado financiar un amplio programa de obras públicas y educacionales entre ellas la facultad de economía de la Universidad de Chile y escuelas técnicas. También se reformó y modernizó el aparato legal con la promulgación de nuevos códigos que reemplazaron al sistema jurídico colonial. En consecuencia, con el crecimiento de los centros urbanos, se instalaron en el país las primeras industrias orientadas al mercado interno. La expansión económica chilena era subsidiaria del espectacular crecimiento de las economías industriales europeas. Sin embargo, la detención de este primer gran ciclo expansivo de la economía mundial en 1873, inauguró un largo período de estancamiento que afectó profundamente a la economía chilena.

Tras la Guerra del Pacífico y la incorporación de las ricas regiones salitreras de Tarapacá y Antofagasta, el país conoció un nuevo ciclo de crecimiento económico, esta vez ligado a la exportación de salitre.

LA CUESTIÓN SOCIAL:

Fue a lo largo de los años 1880- 1920 que se pusieron en marcha una serie de movimientos sociales que transformaron la cuestión social en un problema que afectó a todo el país. Muchos elementos se conjugaron para transformar todos los problemas sociales en una “cuestión social” en un contexto económico capitalista consolidado, marcado por la industrialización y un proceso de urbanización descontrolado que agravaron las malas condiciones de vida del trabajador urbano. Estos son la clase dirigente ciega e ineficiente antes los problemas y quejas del mundo popular y por otro lado, una clase trabajadora que no estuvo dispuesta a quedarse de brazos cruzados esperando que el estado llegara a ofrecer alguna solución a sus problemas. Ante esto, surgieron una serie de artículos de prensa que comenzaron a analizar sus causas y motivos, resumiéndose en tres grandes corrientes.

La primera corriente se originó al interior del mundo conservador-católico en donde se vio la cuestión social como resultante de una crisis moral que desvirtuó el rol dirigente y protector de la elite criolla. El énfasis estuvo puesto en la responsabilidad que les correspondió a los ricos en el cuidado y bienestar tanto material como espiritual de los más pobres, a través de la educación, la beneficencia, el socorro y la justicia. En síntesis, más acción social y menos caridad.

En segundo lugar, existió una corriente liberal y laica vinculada al Partido Radical y donde también se incluyeron intelectuales independientes de clase media. Para ambos sectores, la cuestión social fue el resultado de un conflicto de clases, un problema estructural de la sociedad nacional, afectada por la falta de desarrollo económico, la explotación laboral, la inflación y la carencia de ayuda estatal hacia los más pobres. Por consiguiente, los dardos apuntaron al Estado y a la necesidad de regular el sistema de libre mercado que rigió en el país, a través de una adecuada legislación social que promoviera y asegurara el progreso y adelanto material de todos los sectores.

Una tercera tendencia, fue la corriente socialista, impulsada por sectores pertenecientes a la clase trabajadora. Para este sector, los problemas sociales fueron consecuencia de la propia existencia del Estado liberal y del sistema capitalista; y declararon que su solución no pasó por la acción caritativa de la

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