LOS PROBLEMAS DE LA BIETICA
Enviado por juliapinos • 8 de Junio de 2014 • 6.051 Palabras (25 Páginas) • 361 Visitas
PRINCIPIOS DE LA BIOETICA
INTRODUCCIÓN
La Bioética es una ciencia novedosa que nace de la reflexión sistemática acerca de la intervención de la tecnología en el campo de la medicina en la que los principales sujetos de experimentación son los seres vivos. Debido a ello, resulta imprescindible reflexionar y analizar los objetivos específicos que persigue esta ciencia; y de manera particular su incidencia en el Derecho y, fundamentalmente, en el orden jurídico constitucional.
De ahí que el presente ensayo esté orientado por la necesaria e ineludible identificación del tipo de valores y normas que guían el actuar de todos aquellos médicos o expertos en la investigación médica para que su intervención, respecto de la vida misma, se apegue a un marco de legalidad fundamentado en juicios éticos y morales y, de manera específica, en derechos fundamentales. Tal marco jurídico deberá repercutir, indiscutiblemente, en la adopción de medidas que tomen en consideración el carácter especial de los fenómenos vitales, haciendo centro del supuesto jurídico al ser humano y su innegable dignidad.
Actualmente, la Bioética se encuentra inmersa en una confluencia que gira en torno a las diversas acepciones morales y éticas que se tienen con respectos a los diferentes problemas que comprende a esta ciencia interdisciplinar cuya vigencia y relevancia son incuestionables. Estos problemas se ven directamente ligados al Derecho ya que se pueden abordar y analizar desde diversos enfoques legales.
Sin embargo, el aspecto que me interesa analizar y profundizar lo es la dimensión constitucional, debido a que el paradigma bioético se ha centrado en la aplicación individualizada de sus cuatro principios rectores –autonomía, no maleficencia, beneficencia y justicia–. Estos principios, que informan derechos fundamentales, se han examinado continuamente bajo la perspectiva que ofrece la ética y la moral, pero no así a la luz del Derecho y, ciertamente del Derecho Constitucional.
La Bioética y sus Principios.
Los principios bioéticos juegan el papel de directrices en las problemáticas que nacen de las diversas posturas e intereses que se manifiestan al interior de esta ciencia, y ayudan, al igual que los Principios Generales del Derecho, como guías en aquellos casos en los que una problemática en particular no tiene una solución racionalmente lógica.
Actualmente, las discusiones al interior de la biomedicina radican, esencialmente, en el conflicto existente entre los propios principios bioéticos, es decir, cuál de ellos debe predominar en cada caso. Sin embargo, hay quienes no lo ven así, como en el caso de
Buisán, quien opina que mientras no se demuestre lo contrario, estos principios se “autogobiernan correctamente, ya que tienen capacidad de obrar” [9]. Este planteamiento suena interesante pero carece de sustento, ya que si bien no existe una jerarquía de principios, éstos no pueden ser autogobernables, ya que la aplicación individual de cada uno de ellos afecta en algunos casos la esencia de otro [10]. Además, cada uno de los principios bioéticos cumple una función muy importante en las premisas básicas de toda investigación o experimentación realizada en seres humanos, y en las cuales se debe considerar siempre que las mismas deben realizarse de acuerdo a ciertos principios éticos fundamentales.
A partir del momento en que despliegan sus efectos los principios bioéticos, cambia la forma de ver los problemas que se dan al interior de esta disciplina, pues se les deja de considerar como dificultades derivadas de una mala aplicación deontológica, y se les hace frente aplicando de manera particular cada uno de estos principios [11].
Los principios de la Bioética buscan concretar y materializar el respeto de la persona (principio de autonomía), su bienestar (principios de beneficencia y no-maleficencia) así como la igualdad (principio de justicia). Derivado de su naturaleza, éstos pueden llegar a expresarse de manera diferente y también ponderarse en forma distinta desde el punto de vista moral, y su aplicación puede dar lugar a decisiones o cursos de acción diferentes, problema que plantea la interrogante de qué principio debe ser aplicado, ya que no existe una jerarquía dentro de ellos que lo indique de manera clara e indubitable.
4. El Principio de Autonomía.
El principio de autonomía [12], también denominado de autodeterminación [13], es quizás el más importante de todos los principios [14]. Desde los diversos ángulos que se aborde su estudio, este principio cuenta con una aceptación generalizada por parte de diversos sectores sociales que se inclinan en favor de que el paciente sea el que decida acerca de lo que es mejor para él.
En este sentido, la idea de que el hombre está dotado de plena libertad para elegir la opción médica que más le convenga atiende a su naturaleza libre y autónoma de ser humano, con inteligencia y capacidad suficiente para discernir entre las opciones que más le favorezcan. Es por ello que para que el principio de autonomía tenga plena eficacia es necesario que los profesionales médicos adviertan a la persona sujeta a experimentación o terapia médica de los riesgos y consecuencias que ésta conlleva. Esto da como resultado una notable vinculación de este principio con el llamado consentimiento informado [15], que no es otra cosa que el derecho que tiene el paciente a ser enterado de los riesgos y consecuencias que puede traer consigo el procedimiento terapéutico o experimental.
Por otro lado, el hecho de que el paciente no acepte el tratamiento propuesto por los médicos configura una situación difícil para ellos, debido a la sumisión que deben mostrar a la decisión del paciente. Este contexto comprende la limitación que el principio de autonomía opone al principio de beneficencia, entendiéndose esta idea desde la óptica de que el profesional no puede llevar a cabo ningún tipo de terapia médica sin el consentimiento del paciente. Esta situación coloca al médico en circunstancias muy desfavorables en algunos casos, pues debe buscar siempre salvaguardar la vida de las personas, ya que tal fue el compromiso que adquirió desde el momento de realizar el juramento hipocrático [16].
De lo anterior se pueden desprender opiniones como la de que el principio de autonomía no garantiza la vida ni el bienestar del paciente, pues éste emite su opinión en base a sus creencias personales y no en lo que verdaderamente es importante –postura utilitarista–, como lo es salvaguardar la propia vida. Esta postura puede ser utilizada por quienes se encuentran en
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