La Escuela ¿legitimadora De Las Desigualdades Sociales?

La escuela ¿legitimadora de las desigualdades sociales?

Aportes de la pedagogía crítica para revisar la función de la escuela en el siglo XXI

Palabras “clave”: escuela, sociedad, statu quo, desigualdades sociales, clases hegemónicas, enseñanza reproductivista, enseñanza transformadora, escuela tradicional, escuela nueva, autoridad, pedagogía crítica.

A mitad del siglo XX, se sitúan los aportes de una corriente en educación que critica a la Escuela Tradicional y a los aportes de la Escuela Nueva, por sostener el status quo y las desigualdades sociales, nos referimos a la Pedagogía Crítica en sus dos líneas de pensamiento: “reproductivistas” y “transformacionistas”. La primera de ellas pone el acento en la denuncia de los mecanismos por los cuales se perpetúa un orden social, a través del accionar de la escuela. Los autores que van más allá de la denuncia de la reproducción del statu quo, y se animan a vislumbrar una escuela para el cambio de un orden social desigual, son los que denominamos no reproductivistas o transformacionistas.

¿Qué propone la pedagogía crítica?

Los aportes de los pensadores reproductivistas identifican a la escuela y a la educación como instrumento de las clases sociales hegemónicas para el sostenimiento, legitimación y mantenimiento del orden social vigente y las desigualdades que conlleva. Entre sus principales exponentes se hallan: Althuser que identifica a la escuela “capitalista” como uno de los aparatos ideológicos del Estado, que junto a la familia reproduce valores y cultura de las clases dominantes. Esta imposición de valores de una clase hegemónica por sobre otras, es vista por Bourdieu y Passeron, como violencia simbólica, ejercida por la institución escolar, de modo arbitrario y sutil al mismo tiempo, para no ser percibida. Se desdibuja la relación de poder, defensa de valores burgueses y arbitrariedad bajo la figura de la autoridad pedagógica, en cuanto hace al docente, y de la autonomía relativa de la escuela, en lo institucional. Estas diferencias de valores en choque, que se dan en el contexto escolar, fueron tomadas por Baudelot y Establet, para formular la teoría de la escuela “dualista” que presupone dos redes escolares diferenciadas: la correspondiente a la burguesía o clase dominante y la del proletariado, o clases dominadas. El correlato de estas diferencias se ve en el acceso al sistema educativo, que en el caso de los hijos de las clases dominadas sólo logran la educación primaria, mientras que los de las clases hegemónicas continúan estudios superiores. Asimismo caracterizan el sistema educativo primario por el adiestramiento de los niños de clase proletaria en valores, cultura e ideología de la clase dominante. Mientras que en el nivel secundario se promueve que los estudiantes interpreten, comprendan y reproduzcan esa ideología, participando de diferentes espacios profesionales, de dirección, etc. Esta función de transmitir un determinado orden social, con sus relaciones de clase, diferencias de clase, modos de producción, valores, maneras de entender el mundo, etc. es recuperada por Bernstein en su teoría de la “transmisión cultural”, donde la escuela cumple un rol fundamental en el control social, que se ejerce desde el conocimiento educativo.

Por su parte, los pedagogos no reproductivistas proponen la incorporación de las nociones de resistencia y construcción de contra hegemonía, por parte de los sectores oprimidos, lo cual les da protagonismo y nos permite pensar la posibilidad de transformación derivada del conflicto y las contradicciones de clases, que se dan en la escuela. Entre sus más conocidos representantes están: Henry Giroux, que parte de los conceptos de conflicto y resistencia que pueden ejercer las clases dominadas, frente a la transmisión de valores de la clase dominante, y desde allí generar

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