La Figura Femenina En La Tragedia De Sófocles
Enviado por maaale27 • 27 de Noviembre de 2013 • 1.358 Palabras (6 Páginas) • 409 Visitas
Se explora en este artículo el tratamiento del tema femenino en la tragedia de Sófocles desde la mentalidad del siglo V ateniense. El uso del lenguaje referido a la mujer, la presencia del elemento mítico, la definición de las relaciones interpersonales en función de la philía y no del eros y el papel social asignado a la mujer, determinan la sustentación de un orden conservador con relación a este tema en la tragedia de Sófocles.
La poética(1) de la Grecia Arcaica y Clásica está mediada por una cosmovisión masculina, en la que se destacan los argumentos de la Edad heroica, la política, la crisis de las ciudades-estados del siglo VII, y por supuesto la cosmogonía. Esta cosmovisión es coherente con la mentalidad heredada de una época donde el honor, la fuerza, la gloria, el autoritarismo, el sentimiento de vergüenza y de amistad, entre otros, son la medida de los hombres; un estado donde cada uno sabe y cumple su lugar en la sociedad.
Este espacio histórico caracterizado por el hecho militar, la actividad política y el ejercicio poético como sustentador de una mentalidad aristocrática, restringió la función de la mujer en la sociedad al hogar y al cuidado de los hijos, debiendo guardar fidelidad a su marido y a las instituciones de poder que regían la polis; ésta a su vez le limitó sus derechos, prohibiéndole asistir y participar en los certámenes deportivos y artísticos y ejercer funciones públicas. Las espartanas y las lesbias gozaron de más libertad que en el resto de Grecia: las primeras por habitar en un estado esencialmente militar y las segundas por la apertura comercial y cultural que caracterizó la isla, posibilitando en este caso la creación de los tiasos dirigidos por mujeres como Safo y hasta por la misma esposa del dictador Pítaco: Andrómeda. Igualmente existieron las hetairas, mujeres que participaban de la fiesta y el jolgorio con los hombres.
Los valores heredados de la sociedad heroica, la mentalidad producida por una cosmogonía milenaria y el desarrollo de la aristocracia que se consolida a partir del siglo VIII explican el papel asignado por la sociedad griega a la mujer.
Las creaciones artísticas populares y literarias(2) reflejan esta mentalidad masculina donde la mujer cumple su rol exigido por la sociedad griega. La tragedia, la realizada por Esquilo, Sófocles y Eurípides en el siglo V, otorga un papel protagónico a la figura femenina, presentándola como un instrumento del destino (moiras y erinias) para la restitución y que, al igual que el hombre, incurre en transgresiones (hybris); como un ser que en mayor o menor medida contribuye a la alteración del orden cosmogónico por el tratamiento de los sentimientos de philía y de eros (3) .
Lo primero que debemos resaltar es que el referente4 de la tragedia no es el presente de los poetas sino el mundo mítico, y que partiendo de éste los trágicos estudiaron el poder, el destino, la justicia, la muerte y el honor, temas que le interesaron a la sociedad ateniense del siglo V. La relación, por lo tanto, entre la tragedia y la sociedad clásica no se plantea al nivel de los contenidos sino de las estructuras mentales.
No son, por lo tanto, las mujeres de la cotidianidad del siglo V, las campesinas o las aristócratas quienes circulan por la tragedia. Antígona, Electra, Ifigenia, Hécuba, Crisótemis y Yocasta, son seres míticos y ancestrales, reinas y princesas; mujeres emparentadas con los dioses, con los hombres de la Sociedad heroica.
Cada uno de los trágicos (Esquilo, Sófocles y Eurípides) le da un matiz distinto al tratamiento de la figura femenina, pero todos dentro de la mentalidad masculina y excluyente de la sociedad ateniense del siglo V a. C. Se estudiará el papel de la figura femenina en las tragedias de Sófocles particularmente y se establecerán algunas comparaciones pertinentes.
Los personajes femeninos en la dramaturgia de Sófocles no son seres decorativos; ellos se elevan a la condición de heroínas (como Antígona), afrontando una coyuntura dada por la ausencia de varón, los excesos en el ejercicio del poder y la necesidad de restitución,
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