La Filosofía Marxista, Que Tan Acertadamente Definió La Determinación Materialista Dialéctica Del Desarrollo Del Sujeto, Distinguió 2 Procesos básicos Que Influyen De Manera Significativa En El Desarrollo Del Hombre: La Actividad Y La Comunicación.
Enviado por Edgar23891 • 23 de Mayo de 2013 • 2.429 Palabras (10 Páginas) • 820 Visitas
La actividad, es el hecho en el cual el proceso de enseñanza aprendizaje se lleve a cabo. De modo que se desarrollen los objetivos planteados en la planificación de la clase.
La comunicación es la retroalimentación que se recibe durante el proceso de enseñanza aprendizaje.
La interrelación, se da de la manera de que el profesor o docente, se retroalimente durante la realización de la actividad si lo enseñado esta surtiendo efecto, para poder aplicar remediales correctivos si la actividad no esta teniendo el resultado esperado.
En fin, la interrelación, se da en que la actividad sin comunicación es estéril, y no puede haber comunicación sin el planteo de una actividad, las dos dependen de la otra, si se quiere llegar a buen puerto en la relación enseñanza aprendizaje.
Otro
La Filosofía Marxista, que tan acertadamente definió la determinación materialista dialéctica del desarrollo del sujeto, distinguió 2 procesos básicos que influyen de manera significativa en el desarrollo del hombre: la actividad y la comunicación. Ambos son procesos determinantes en la formación de la sujetividad humana. En la actividad, como el proceso general de interacción del sujeto con el objeto, es posible distinguir 3 elementos fundamentales:
El sujeto, dotado de activismo dirigido a los objetos o a otros sujetos.
El objeto, al cual va dirigido el activismo.
La propia actividad, que se expresa en uno u otro modo de dominación del objeto por el sujeto o un establecimiento por el sujeto de una interacción comunicativa con otras personas.1
La función de sujeto de la actividad puede desempeñarla un individuo concreto, uno u otro grupo social y la sociedad en general, pues no cabe dudas de que la actividad del individuo aislado constituye sólo una abstracción, ya que en la realidad, el individuo está inmerso en el activismo de distintos grupos sociales.
Para reconocer la esencia del activismo humano es necesario reconocer el hecho de que los sujetos actúan conjuntamente, unos con otros. En el ámbito de estas relaciones es que las personas influyen unas sobre otras. Estas relaciones no sólo constituyen premisas de la actividad, sino que conforman un peculiar producto no objetal.
La propiedad fundamental de la actividad humana es el hecho de que su sujeto siempre resulta un determinado conjunto de relaciones sociales entre individuos, directamente relacionados o de manera mediata.
Por ello las premisas necesarias para la formación del sujeto de la actividad son las propias personas y el sistema de organización que las une (principio dialéctico materialista de la correlación entre lo individual y lo social).
Sin dudas, las relaciones sociales imponen un tipo de personalidad característico de una época histórica determinada, moldean el carácter de su activismo social y se "refractan" a través de la especificidad del lugar del individuo en esas relaciones y de su subjetividad.
Siguiendo el principio de la correlación entre lo individual y lo social mencionado anteriormente, el nivel individual del ser social sirve como forma particular de manifestación de las regularidades sociales de nivel superior. A través de la dialéctica de lo individual y lo social se expresa la forma en que el nivel individual y social interactúa recíprocamente. Por ejemplo, a tipos concretos de relaciones sociales les corresponden, al nivel individual, formas especiales de comunicación y capacidades comunicativas.
Por ello, la investigación psicológica debe orientarse no sólo a la comprobación de las condiciones sociales en general, sino a revelar la naturaleza de los mecanismos sociales que actúan a nivel individual.
El análisis de la comunicación y su influencia en el desarrollo de la personalidad representa, por tanto, un principio metodológico de las ciencias humanistas y sociales como la psicología o la propia pedagogía.
Lo esencial en la relación hombre medio no es la conformación de una imagen intelectual y sensorial fría de todo cuanto rodea al hombre, sino la formación de una compleja ideología, así como de resortes psicológicos muy específicos (ideales, convicciones, etcétera) los cuales se forman por el sentido psicológico que cobra la realidad para el hombre a través de sus relaciones con los demás.
El determinismo sociohistórico en cada personalidad concreta toma su sentido psicológico a través de las relaciones entre los hombres, mediante las cuales cobra un sentido toda la realidad que rodea a ésta.
En los sistemas de actividad y comunicación en que se desarrolla el sujeto se crean las necesidades para estimular o no las particularidades subjetivas de la personalidad. El sujeto va configurando su subjetividad sobre la base de aquello que necesita para individualizar su expresión y alcanzar sus objetivos.
Por ejemplo, el adulto, en los marcos sujeto-sujeto, es portador de una experiencia social, históricamente adquirida, por lo cual su incidencia sobre el niño sintetiza el aspecto esencial del determinismo socio-histórico sobre su individualidad en desarrollo.
El medio no participativo, sustitutivo de la responsabilidad individual, no estimula el desarrollo de la personalidad, sino que lo bloquea e induce pasividad, conformismo, reproducción e inseguridad.
La creación de una atmósfera social participativa pasa por la formación de ambientes institucionales también participativos (escuelas, centro laboral, etcétera). La creación de una cultura participativa donde se respete y estimule la comunicación, es la antítesis de la cultura de la conducta que durante tanto tiempo ha prevalecido en la sociedad humana.2
Valoración de la interacción comunicativa en el proceso pedagógico
Al tener que reflexionar sobre estas cuestiones en torno al proceso pedagógico, se hace necesario que definamos ante todo la comunicación pedagógica, también denominada comunicación educativa.
Kan Kalix, autor que corresponde con la pedagogía marxista, define a la comunicación pedagógica como un tipo especial de comunicación profesional -la del profesor con sus alumnos, tanto en el aula como fuera de ella- que tiene lugar en el proceso de enseñanza y educación y posee determinadas funciones pedagógicas.3
Otro autor importante, Leontiev, la define como la comunicación del maestro con los escolares en el proceso de enseñanza, que crea las mejores condiciones para desarrollar la motivación del alumno y el carácter creador de la actividad docente, para formar correctamente la personalidad del alumno.
Como se evidencia en las propias definiciones, la comunicación en el sentido pedagógico no puede reducirse a un proceso de mera transmisión de información, las definiciones más recientes destacan el papel de la interacción,
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