La Importancia De La Oratoria
Enviado por ximenasoria • 4 de Noviembre de 2012 • 1.503 Palabras (7 Páginas) • 1.134 Visitas
La importancia de la oratoria
Entre los grandes jefes que condujeron pueblos o dejaron su impronta en la historia de la humanidad, ha habido algunos ciegos y algunos sordos; pero nunca un mudo. Saber algo no es idéntico a saber decirlo. Esta es la importancia de la comunicación oral.
En los negocios o cualquier otra actividad de interrelación, la forma en que hablemos, en que nos comuniquemos, será el patrón por el cual se nos juzgará, se nos aceptará o rechazará.
Hablar con orden, con claridad, con entusiasmo, con persuasión; en resumidas cuentas, con eficacia, no es un lujo sino una necesidad. El 90% de nuestra vida de relación consiste en hablar o escuchar; sólo el 10% en leer o escribir.
Si la imagen que usted quiere dar de sí mismo/a es la de una persona que sabe adónde va, que tiene una actitud positiva hacia la vida, ideas dinámicas y don de gentes, el lenguaje es el principal instrumento que deberá utilizar para transmitir esa imagen a quienes le rodean.
Otro aspecto importante de la oratoria es que también hay que saber hablar para ser escuchado. Lo notable es que el hecho de tener que hablar ante extraños, o en una simple reunión de trabajo, no parece ser una tarea sencilla, a la que la mayoría de las personas considere como fácil.
En una encuesta realizada en los Estados Unidos, investigando las diez cosas que más temor le producen a la gente, se obtuvo el siguiente resultado (en orden ascendente): los perros, la soledad, el avión, la muerte, la enfermedad, las aguas profundas, los problemas económicos, los insectos, las sabandijas, las alturas y, el primero de la lista, hablar en público.
El buen discurso es un medio de servicio para los semejantes, y es una tarea ardua.
Hay que reconocer que quien dice un discurso asume una gran responsabilidad. Al margen de otros aspectos, conviene tener presente que una perorata de 30 minutos ante 200 personas desperdicia sólo 30 minutos del tiempo del orador; en cambio, arruina 100 horas de sus oyentes –o sea, más de cuatro días–, lo cual debería generar más responsabilidad que la que usualmente se advierte.
Tres clases de discursos
Se considera que hay tres tipos diferentes de discursos, según su finalidad:
1) Discursos destinados a informar.
2) Discursos destinados a la acción.
3) Discursos destinados a entretener.
... y tres clases de oradores
Hay tres clases de oradores: aquellos a quienes se escucha; aquellos a quienes no se puede escuchar; y aquellos a quienes no se puede dejar escuchar.
Las tres partes básicas de un discurso
1) Introducción o Presentación
2) Desarrollo del tema
3) Conclusión (parte en que se "remacha" el objetivo y se lo deja perfectamente fijado).
Dramatizar lo que se comunica
Dramatizar algo es darle acción. Y eso puede hacerse de distintos modos. Se puede dramatizar mediante el uso de un diálogo, imaginario o real (con el público o un interlocutor). También haciendo una cita de alguna figura muy famosa, o efectuando una narración, o dando un ejemplo personal, mostrando un objeto, formulando una pregunta impresionante, o realizando una afirmación sorprendente...
La dramatización, como otros recursos, está dirigida a despertar la curiosidad del público.
Características de la voz
• El tono: suave, duro, dulce, seco, autoritario, etc.
• La altura: grado entre agudo y grave. El primero suele asociarse con un estado de agitación o alteración, el segundo con climas de mesura y afecto.
• El ritmo: la velocidad con la que nos expresamos.
• El volumen: con él demostramos si permanecemos tranquilos y controlados o hemos perdido la serenidad.
• Evitar la monotonía. La inflexión inadecuada al comenzar o terminar una frase.
El modo de hablar
El modo de hablar incluye el tono, la enunciación, la pronunciación, el volumen y la corrección de las palabras que se usan. También influyen el aplomo con el que hablamos, el control que tenemos de nuestros ademanes, y el contacto ocular que mantenemos con los interlocutores o el público.
La preparación
“Todo discurso bien preparado está ya pronunciado en sus nueve décimas partes” (Dale Carnegie)
Si se quiere hablar bien hay que pagar el precio debido. Hay que trabajar, pensar y practicar.
Nadie ha encontrado nunca un sustituto satisfactorio para la inteligencia, ni para la preparación.
“Si tengo que dirigir un discurso de dos horas, empleo diez minutos en su preparación. Si se trata de un discurso de diez minutos, entonces
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