La inteligencia de las flores.

La inteligencia de las flores

Anyela Katherine Cubillos Quiceno y Tatiana Flórez Londoño

Reflexiones personales desde lo estético, ético, geopolítico, entre otros.

Empezaremos citando con una frase de Maurice Maeterlinck “Las plantas actúan, tienen astucia, son seres cuya inteligencia no se detiene en acciones y fuerzas de una contundencia admirable”.

Los seres humanos han pasado de ser admirables a despreciables hacia la naturaleza, ya que nuestro desarrollo se basa en emulaciones vistas y encontradas en nuestro entorno, y hemos explotado ese conocimiento para nuestro beneficio, este no es bidireccional ya que se malgastan los recursos naturales. Las plantas desde un principio nos han mostrado adaptaciones evolutivas que nosotros como seres pensantes hemos imitado, por ejemplo, hemos aprendido de ellas que para vivir no necesitamos de otro, sino de amor y compañía de las mismas, ya que ellas nos brindan un beneficio espiritual y acompañamiento para el alma.

Además de uno de los tantos beneficios que nos brinda también podemos encontrar el factor económico, el cual suple cuando las explotado deliberadamente al cultivar masiva y excesivamente, por ejemplo, el trigo, el arroz y otros cereales que con ayuda de la globalización hemos modificado genéticamente para nuestro beneficio evitando el desarrollo normal de las mismas, produciendo además un deterioro innecesario del suelo.

Desde lo filosófico, el autor encuentra una armonía poética en los desarrollos naturales y estrategias reproductivas que las plantas natural y constantemente innovan. La descripción de lo que las plantas hacen, a través de sus órganos sexuales, para llevar a cabo la fecundación es uno de los momentos más sorprendentes de la obra del escritor y de la poesía universal. La profundidad de su escritura está constituida en el cultivo de ese asombro que desde los pensadores antiguos ha sido la base de toda formulación poética que, a su vez, sostiene toda formulación científica.

Ahora bien, retomando el texto desde la perspectiva pedagógica de un licenciado en formación nos muestra diferentes dinámicas con las cuales podemos expresar con un lenguaje amoroso, armonioso y entendible aquellos procesos que son invisibles a nuestra vista y que, mediante cuentos, fabulas, poemas, historias, podemos dar a conocer las relaciones físicas, químicas y biológicas que ocurren en la naturaleza de las plantas, los animales y las interacciones entre ellos.

Además, teniendo en cuenta que el escritor no es un botánico, ni mucho menos un experto en plantas, podemos apreciar en él, el arte de expresar poéticamente la armonía que presentan los procesos de reproducción en las plantas y los devenires de cambios climáticos que afectan a la vegetación y el modelo que éstas implementan para combatir estos cambios que el hombre ha causado para beneficio propio.

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