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La oratoria


Enviado por   •  24 de Abril de 2023  •  Ensayo  •  1.187 Palabras (5 Páginas)  •  34 Visitas

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LA ORATORIA

La oratoria se define como el arte de persuasión por medio de la palabra. La oratoria como género literario se remonta a los sofistas griegos del siglo V a. C., momento en el que la democracia en Atenas estaba en su pleno apogeo. En Roma se instauró con la República, cuando la fórmula del gobierno Senatus Populusque Romanus estaba viva y el pueblo participaba en la política. Durante la época republicana, este género fue de vital importancia, debido a que un buen orador tenía una poderosa arma política para conseguir los votos de los ciudadanos, además de ser una habilidad imprescindible en las causas judiciales.  El buen manejo de la oratoria y de la retórica permiten triunfar a los romanos en el Senado, en el Foro, en los tribunales e incluso en el campo de batalla, puesto que el discurso servía para animar al ejército. Por todo esto, los romanos, de carácter pragmático, fueron partidarios de los estudios de retórica, conscientes del poder y el valor de la oratoria.

En la época imperial, cuando dejó de existir la libertad política y la independencia judicial, la oratoria perdió importancia y se ejercitaba solo en las escuelas. Se redujo al ámbito académico y teórico y era enseñada por los retores. Las principales escuelas estaban en Grecia, a donde acudían los jóvenes privilegiados de la sociedad romana.

LA ORATORIA ANTERIOR A CICERÓN

En el s. II a.C. la oratoria romana se consolidó porque los contactos con Grecia, ya provincia romana, fueron más frecuentes y comenzar a llegar masivamente a Roma oradores y filósofos. Entre ellos destacan Catón y Cornelio Escipión.

Apio Claudio el Ciego, del siglo III a. C. fue el primer orador romano del que tenemos noticias. Destaca el caso de Catón el Censor (III-II a. C.) fue un homo novus, un hombre que tuvo que triunfar por sí mismo, y para ello tuvo que agudizar su capacidad de persuasión mediante su oratoria combativa y virulenta.

Durante el siglo II a. C. comienza la decisiva influencia de la oratoria griega y empiezan a florecer las escuelas de retórica en Roma. Algo mayor que Cicerón y antagonista en las causas importantes fue Hortensio, abogado brillante de oratoria al estilo asianista, es decir, llena de adornos, con un estilo muy florido. Pronto se olvidó este estilo de oratoria con la llegada de uno de los oradores más importantes de todos los tiempos: Cicerón, cuyos maestros fueron, además de los mencionados anteriormente, Antonio y Craso.

CICERÓN (siglo I a. C.)

Vive en el medio siglo final de la República, época de grandes convulsiones internas: la guerra social hasta que todos los itálicos consiguieron la ciudadanía romana; las luchas por el poder entre Mario y Sila; la rebelión de los esclavos al mando de Espartaco; la conjuración de Catilina; la guerra civil entre César y Pompeyo con la victoria final del primero, que se proclamó dictador.

        

Todos estos sucesos los vive Cicerón muy de cerca, interviniendo decisivamente en algunos de ellos. Fue protagonista directo en la conjuración de Catilina, que estalló durante su consulado y él hizo fracasar. En la guerra civil estuvo del lado de Pompeyo. César, vencedor, lo perdonó generosamente, pero él se retiró entonces a la vida privada para dedicar sus últimos años a la redacción de sus obras filosóficas. Tras el asesinato de César, Cicerón, ardiente republicano, creyó erróneamente que era posible la plena restauración de la república, sinónimo en Roma de libertad. Vuelve a la palestra política, pronunciando sus Filípicas contra Marco Antonio. Esto le costó la vida a manos de los sicarios de Marco Antonio, que, tras darle muerte, clavaron su cabeza en una pica y la pasearon por el foro.

Desarrolla una actividad intelectual incesante y a la vez, una actividad política intensa. La actividad política era para el romano un deber cívico primordial.

SU OBRA

  1. DISCURSOS: Cicerón es el más grande de los oradores romanos. En él culmina una larga tradición oratoria, desarrollada y perfeccionada durante la República, en condiciones ideales de libertad política. En el siglo I a. C., favorecida por las convulsiones políticas y sociales, la oratoria romana alcanza su más alta cota de perfección. Dos corrientes oratorias se disputan la primacía en esa época: el asianismo, caracterizada por un estilo florido, y el aticismo, que se distingue por la desnudez de la expresión.

Cicerón aunó lo mejor de ambas escuelas. Su genio oratorio, como el de Demóstenes en Grecia, forma él solo una escuela.

Sus discursos se dividen en:

  1. judiciales: pronunciados ante un tribunal como abogado defensor (“pro”) o acusador (“in”).
  2. políticos: pronunciados en el Senado o en el Foro, igualmente en defensa o en contra de alguien.

           Los más famosos son:

  1. In L.Catilinam (Catilinarias) Catilina, candidato al consulado junto con Cicerón, no es elegido. Y trama una conjuración para hacerse con el poder, incluyendo en ella el asesinato de Cicerón. Este, que está al tanto de todas las maquinaciones por la información que recibe de uno de los conjurados, pronuncia contra Catilina cuatro discursos en el Senado.
  2. Pro Archia poeta: toma como pretexto la defensa del poeta griego Arquías para hacer un elogio encendido y entusiasta de las letras en general y de la poesía en particular.
  3. In M. Antonium orationes Philippicae (“Filípicas” contra Marco Antonio): estos discursos se llamaron “Filípicas” en homenaje a los discursos de Demóstenes contra Filipo de Macedonia. Fueron sus mejores piezas oratorias.

  1. OBRAS RETÓRICAS:
  1. Brutus: es una historia de la elocuencia en Roma, desde los orígenes hasta su época, precedida de un pequeño resumen sobre la elocuencia en Grecia.
  2. De oratore y Orator: tratan de la formación del orador y la técnica del discurso. Cicerón opina que el perfecto orador ha de ser una combinación de tres factores: disposición natural, cultura y conocimientos de la técnica del discurso, para que éste cumpla con su finalidad que es: instruir, agradar, conmover y convencer.

  1. OBRAS FILOSÓFICAS: Cicerón, dedicado desde muy joven al estudio entusiasta de la Filosofía, introdujo en Roma las doctrinas filosóficas griegas, haciendo asequible a los latinos lo que hasta entonces estaba reservado a una élite culta, conocedora del griego. Cicerón no se identifica con ninguna escuela filosófica: es ecléctico. Tratados políticos: son De republica y De legibus. Tratados morales: constituyen lo mejor de su obra filosófica. Entre muchos títulos destacan: De senectute y De amicitia. Tratados de religión: De natura deorum.
  1. CARTAS: se conservan alrededor de 900 cartas en cuatro colecciones siendo la más conocida la que lleva por título: Ad Atticum. En ellas se puede seguir casi día a día la vida política y social del último cuarto de siglo de la República, el período más crítico e importante de la historia. Poseen un estilo lleno de espontaneidad y en ellas se presentan datos y revelaciones que el autor no hubiera hecho de ser destinadas a la lectura pública. Hay que tener en cuenta que escribía a familiares e íntimos amigos.

VALORACIÓN DE CONJUNTO

Cicerón lleva la prosa latina a su más alto grado de perfección. Hablar y escribir bien es para él un deber patriótico. Su influencia en los escritores latinos posteriores fue enorme.

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