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Las Concepciones Del Hombre De Carl Schmitt Y Los Federalistas Y Como Repercuten En Sus Teorías Constitucionales


Enviado por   •  2 de Mayo de 2012  •  3.402 Palabras (14 Páginas)  •  1.059 Visitas

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Es difícil concebir otro ámbito teórico donde la preocupación por la naturaleza humana sea tan fundamental como en el pensamiento político. Esta inquietud es casi obvia ya que la teoría política analiza, en gran parte, al estado y el poder que se le atribuye. Necesariamente, el estado se encuentra siempre a la mano del hombre y por lo tanto, para la política siempre son relevantes las consideraciones acerca de cómo es el hombre. En la cultura occidental, Platón y Aristóteles son los ejemplos más notables de intelectuales que inicialmente perciben como la relación entre el carácter del hombre y la política es tan estrecha. Por su parte, Thomas Hobbes, concibe al estado como un Leviatán que sirve como remedio contra el desenfreno humano, sin el cual el hombre estaría condenado a un estado de naturaleza donde la vida sería prácticamente imposible. Asimismo, sería una lista casi inexhaustible aquella que enumera todos los autores que en su pensamiento político se inmergen en reflexiones antropológicas y a partir de ellas, proponen una forma ideal de estado o gobierno.

A su vez, tampoco se puede soslayar la relación que tiene la política con el estudio del derecho. Al igual que en la teoría política, existe un sinnúmero de propuestas de parte de juristas acerca de que teoría conduce al mejor sistema legal. Sin embargo, algo del cual el estudio jurídico no puede prescindir es la examinación de normas legales . Igualmente, es incuestionable cuál es el sujeto principal de la norma jurídica: la persona o el ser humano, sea como sujeto activo autorizado a aplicar la norma o sea como sujeto pasivo al cual se le imputa la consecuencia de derecho. Pudiera considerarse a este aspecto como una de las razones por el cual la política y el derecho guardan una relación también ceñida. Por ende, no se puede afirmar que el derecho está completamente exonerado de las ponderaciones sobre la naturaleza humana.

Al mismo tiempo, no existe un asunto donde la teoría política y el derecho se entremezclan de manera más evidente como es en el tema constitucional. Etimológicamente, la palabra “constitución” origina del vocablo latín de constitutio y significaba regulaciones, órdenes gubernamentales tales como decretos imperiales, etc. En medioevo, llegó a ser utilizado para denominar al derecho canónico . Claramente, un acto de poder político es inherente al significado de constitutio y este trasfondo no se perdió en el enunciado actual. Además, en la cultura teórica moderna, el concepto de constitución ha evolucionado de tal manera que se evidencia la desconfianza hacia el hombre. De hecho, Fioravanti señala que la constitución moderna representa como la soberanía, la voluntad y el poder abstracto de una nación, se despoja del monarca e incluso del pueblo y como se deposita en varias instituciones jurídicamente contraladas que en conjunto conforman el Estado de Derecho . Seguidamente, es observable como la regulación y limitación jurídica de las fuerzas políticas tiende concederle cierta libertad al ciudadano frente el Estado . Es más, varios autores como Giovanni Sartori, estiman que de una genuina constitución y el Estado de Derecho que establece, puede surgir la sociedad democrática .

Otros autores clásicos que contribuyeron notablemente a toda esta discusión son Carl Schmitt y los Federalistas (en particular uno de ellos, para efectos de este trabajo: James Madison). Por un lado, el pensador alemán se considera como un arduo defensor de la democracia. En paralelo, los Federalistas, aunque no abogan directamente por la democracia, son considerados como voceadores del concepto moderno de democracia. Ahora bien, algo interesante de estos autores es que plantean concepciones de la naturaleza humana que se asemejan hasta cierto grado. Sin embargo, estos autores difieren sobre las consecuencias de cómo esa naturaleza humana incide en la vida política. Tampoco coinciden acerca de cómo la constitución refleja esa condición humana y en última instancia, lleva a un estado a ser democrático. Esto suscita la pregunta de ¿cuál de estos autores ofrece una teoría constitucional más coherente y aceptable?

Asimismo, aunque las ideas sobre el hombre que brindan Schmitt y los Federalistas son similares hasta cierto nivel, estos autores no podrían diferir de una manera más tajante en respecto al concepto de democracia y cómo la política debería moldearse en virtud de la naturaleza humana (I). Consecuentemente, será necesario examinar cuál de las propuestas constitucionalistas que ofrecen estos clásicos es la más coherente con su teoría política-antropológica y concepción de democracia (II).

I. Similitudes entre Schmitt y los Federalistas sobre la naturaleza humana pero concepciones políticas muy distintas

Schmitt presenta una visión pesimista del hombre, lo cual, hasta cierto grado, es una perspectiva compartida por los Federalistas (A). Sin embargo, los Federalistas creen que la política republicana-democrática puede mitigar las iniquidades provenientes de la naturaleza humana. En vez, según Schmitt, la vida política debe adecuarse a la condición humana (B).

I.A. Antropología pesimista de los autores

De un principio, Schmitt asevera que “(…) las concepciones y teorías políticas no pueden tener como punto de partida un ‘optimismo’ antropológico” . Este autor alemán coincide con la opinión de aquellos a quienes consideraba como “verdaderos teóricos de la política”: Hobbes, Macchiavelli, Bonald, de Maistre y Donoso Cortés . Estos pensadores se caracterizaban por tener ideas escépticas de la racionalidad y bondad del hombre, optando por una concepción del ser humano como esencialmente malo . Por su parte, Schmitt atribuye este mal carácter del hombre a lo que denomina como el “dogma teológico fundamental”, lo cual Schmitt concibe como una condición, suscitada por la comisión del pecado original, que predetermina la naturaleza del hombre y su entorno cósmico a ser vil y maléfica . Asimismo, de la lectura de Schmitt se desprende una visión del hombre como un ser destructivo que cuenta con una al coincidir con “ciega inteligencia del hombre”, “flaca voluntad”, y perpetuamente afligido por “el ridículo impulso de sus apetitos carnales” . Estas características que Schmitt le atribuye al hombre lo hacen polifacético y dinámico , lo cual pudiera considerarse como una fuente de faccionalismo entre ellos mismo; también los Federalistas ven en hombre un espíritu faccioso.

En comparación, varios académicos perciben una noción del hombre claramente suspicaz en los escritos de El Federalista de Madison. Esta percepción proviene de cierto lenguaje que se utiliza en el Federalista número 10 y 51. En el primer escrito, es muy memorable la siguiente

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