Las dos caras del fenómeno moral

Esta situación genera un dilema de “Debería revelar que la culpa fue mía” o “debería dejar que pasara el tiempo para que se vaya olvidando todo el asunto” ya que este fue provocado por un error que cometí al momento de preparar una medicina para un vecino. Por ello, si revelo la verdad la viuda quedaría sin sospechas, además quedará enojado conmigo ya que fue culpa mía la muerte de su esposo, y posteriormente me estaría enfrentando a posibles juicios y una investigación de todo los medicamente que prepare, además una posible pérdida de mi trabajo y un desamparo de mi familia y mis dos hermanos. Por otro lado, si no digo nada yo llevaría una culpa para el resto de mi vida y sería muy difícil superarlo.

Ir con la viuda y contar la verdad mostrando mi empatía y pidiéndome disculpas, además, explicarle el error que cometí y que no fue con intención, no sería capas de hacer eso. Además, ayudaría en todas las cosas que estaría en mi alcance. Si en caso de enfrentar un caso judicial demostraría mi inocencia, lo que hice no fue con intención y que estoy muy apenado con lo que sucedió.

En el caso anterior que propuse esta en el enfoque de que es lo bueno porque decimos que es lo correcto y que no fue obligada, ya que lo correcto es decir la verdad ya que este conlleva asumir las responsabilidades que ocasionó.