ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Los Doce Apóstoles


Enviado por   •  1 de Agosto de 2012  •  Tutorial  •  8.678 Palabras (35 Páginas)  •  462 Visitas

Página 1 de 35

JORNADA DE ERRORES MEDICOS

LOS DOCE APOSTOLES

“éramos doce amigos, todos estudiantes de medicina, que siempre estábamos juntos en las fiestas, cantinas, parrandas, bibliotecas, billares y juegos. Más bien formábamos una comunidad donde la ayuda era reciproca. Una sola opinión adversa era suficiente para desistimiento de alguna proporción.

“nuestro grupo, siempre firme en las buenas y en las malas, en los triunfos y en las derrotas, era conocido con el mote de los Doce Apóstoles.

“Fue curiosa la forma como ganamos ese apodo: todo sucedió en el transcurso de una parranda, cuando ya casi sin dinero entramos a un restaurante denominado El Taquito, allá por las calles de El Carmen, en pleno corazón de la ciudad de México”

“¡Lo tengo muy presente! Ahí, en una mesa y acompañado de dos sujetos, estaba un diputado por el estado de Hidalgo que, al contarnos y vernos pasar de dos en fondo, comento con ironía:

“----Los Doce Apóstoles.

“por razones obvias, sus acompañantes celebraron la puntada con sonoras carcajadas; pero Adán Calzada, que no obstante ir algo incrospido se daba cuenta de todo, al escuchar aquella frase se detuvo y , sin desplantes de reto o desafío, contesto al diputado:

“---En efecto, maestro, los Doce Apóstoles somos; doce hombres que obedecemos sus leyes y en todo momento estamos prestos para hacer el bien, perdonar y no ofender. Si para usted somos los doce apóstoles, usted, para nosotros, es el maestro, y nos gustaría que por unos momentos nos acompañara a nuestra mesa”.

“--- ¡Bien, muchachos! Ya esperaba esta invitación; iré con ustedes, puesto que me lo han pedido en una forma inteligente y bastante simpática, pero nada más por un rato.

“Al legislador hidalguense lo sentamos en la cabecera de la mesa. Como viera el diputado que le dábamos el tratamiento de maestro, dijo con sorna:

Si ustedes son los doce apóstoles y me llaman maestro, quiere decir que yo represento al nazareno.

Y Adán calzada, con esa agilidad mental que siempre lo caracterizo, respondió:

En nadie mejor puede estar esa representación, ya que usted, señor diputado, como Jesús, no trabaja y le gusta el vino.

Aunque este dardo llevaba su veneno, el diputado rio de buena gana y, tratando de cobrar desquite, pregunto:

¿Y quién de ustedes me traicionara?

La respuesta no se hizo esperar, pues Calzada, que estaba más incisivo esa noche, contesto:

Quien lo va a traicionar no se encuentra en esta mesa, lo está esperando en la otra.

A partir de esa memorable cena se nos conoció, en la escuela y en los sitios que frecuentábamos, con el sobrenombre de los Doce Apóstoles.

LAS VISPERAS

Conociendo a la perfección a sus colegas, el senador Erasmo Vidal planeo meticulosamente la cena. Para esto contrato los servicios del viejo tabernero Don Hipólito, a quien logro convencer, decidió efectuar la reunión en un comedor privado del hotel Princes: una mesa redonda con doce sillas y un escritorio con un asiento serian los muebles que adornarían el escenario. ¿Y las esposas de tus amigos donde piensas sentarlas? Pregunto extrañada Dora, la esposa del senador, al ver el sitio de la reunión. Ellas serán tendidas por ti cariño. Quiero que la cena sea exclusiva para los apóstoles, tal y como lo fue hace 20 años en muchas de ustedes todavía no estaban nominadas en la vida de nosotros.

EL 17 DE AGOSTO

Tan pronto llegaron al hotel Princes, los apóstoles se reportaron la cuarto 207 para recibir instrucciones del doctor Erasmo quien les ordeno permanecer en sus habitaciones y presentarse a las nueve de la noche en el salón rojo, a la hora señalado y conducidos por la esposa del senador, uno a uno los apóstoles fueron tomando su lugar, llevándose la ceremonia en la absoluta oscuridad rompiendo el silencio el doctor Erasmo Vidal: “bienvenidos Hermanos ” repentinamente el salón quedo iluminado, todos se reconocieron. Algunos apóstoles se habían dejado de ver desde aquella ultima cena, por lo que la alegría y asombro fue tanto más grande cuando mas cambiados estaban, en poco tiempo el amiente se desbordo en abrazos y felicitaciones en preguntas y respuestas. No tardo tiempo en que todos lo reconocieran, pues el viejo tabernero era una especie de símbolo en la vida estudiantil de los doce apóstoles, poco falto para que el tabernero cayera al suelo con el servicio cuando los galenos se le echaron encima para abrazarlo, y cuando el entusiasmo estaba en su máxima magnitud la voz del senador que ocupaba el sitio de honor pidió silencio ¡Hermanos hace justo veinte años nos hallábamos brindando en una sordia piquera la de don Hipólito hoy cumpliendo un sagrado juramento , veo con profunda pena, la ausencia de dos colegas, y la de otro compañero. El silencio, sellado por la solemnidad y nostalgia, se hizo presente. Todos levantaron sus vasos y brindaron, luego prosiguió hablando el doctor Erasmo: hay hechos que la niebla del tiempo va borrando, otros conforme pasan los años toman perfiles nítidos hasta el grado de parecernos que tienen menos tiempo. Estamos consientes de que la profesión médica es la discípula mas abnegada de cuantas carreras existen. También debemos reconocer y recordar las felicitaciones de los familiares cuando logramos devolverles la vida a sus desahuciados. Es por eso que hoy, mis caros colegas, quiero, si ustedes lo aceptan, proponerles la tesis más descabellada que jamás ustedes han escuchado; quiero, tomando en consideración los días venturosos que nos hicieron sentir fuertes y los días negros que transformaron nuestras vidas en minutos de ansiedad ante el problema, que por este solo día dejemos a un lado los triunfos y que cada uno de nosotros pase al foro a relatar cual ha sido el mayor fracaso o error en los veinte años que llevamos ejerciendo la medicina. Esta proposición interrumpió José Nuncio me parece masoquista; pero a la vez interesante y de un contenido positivo --- entonces--- prosiguió Erasmo??"empezaremos las confesiones, los turnos serán por riguroso sorteo, reservándome al final por ser el anfitrión. Pues en claro todo, procederemos a extraer de esta copa, en el que eh puesto el nombre de cada apóstol el primer papel para saber quién será el elegido y primer conferencista: Gerardo--- exclamo con alegría el senador, este es el apóstol encargado de inaugurar la jornada de Errores médicos.

CAPITULO I: EL GINECOLOGO

Fumando nerviosamente y con un gesto de visible preocupación, Gerardo aldape subió presuroso al pequeño estrado y ocupo la silla giratoria

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (52 Kb)
Leer 34 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com