Los Doce De Pugna
Enviado por speraltac • 3 de Septiembre de 2012 • 2.809 Palabras (12 Páginas) • 509 Visitas
Un joven de 18 años es sometido a un juicio para determinar su culpabilidad o inocencia respecto del asesinato de su padre, quien fue encontrado por un vecino del departamento en que vivía muerto producto de la misteriosa navaja clavada en su pecho. Los hechos son los siguientes: 1. El chico en tela de juicio admite haber salido de la casa la noche del asesinato a las 8:00, después de que su padre le pegó varias veces.2. Luego de salir de la casa se dirigió directamente a una tienda de empeño del barrio, donde compró una navaja de resorte. No era una navaja común, tenía un mango y una cuchilla de tallado inusual. El mismo dueño de la tienda dijo que era la única navaja de ese tipo que tenía.3. Después el joven se encontró con sus amigos frente a la cantina a eso de las 8:45pm. Habló con sus amigos durante una hora, hasta las 9:45pm. Durante dicho encuentro sus amigos vieron la navaja.4. Volvió a casa a eso de las 10:00pm (aquí es donde la historia que cuenta el fiscal y la historia que cuenta el chico dejan de coincidir). El joven afirma que fue al cine a eso de las 11:30pm, y regresó a casa a las 3:10am, donde encontró muerto a su padre y los detectives que a esas alturas se encontraban en el lugar procedieron a interrogarlo y arrestarlo. También afirma que los detectives lo empujaron por las escaleras.5. Según el joven la navaja se le callo por un agujero de su bolsillo mientras se dirigía al cine, entre las 11:30pm y las 3:10am, y que nunca volvió a saber de ella. 6. La navaja fue identificada por el tribunal como la misma arma utilizada en el asesinato. El juicio giró en torno al relato de dos testigos claves: un anciano de unos 75 años de edad que era vecino del lugar de los hechos; y una mujer de unos 45 años de edad que vivía justo en frente del departamento del joven. El anciano, uno de los principales testigos que apuntaban al joven como culpable, vive justo abajo del cuarto donde aconteció el asesinato, y afirma que escucho mucho movimiento a eso de las 10:10pm, que sonaba como una pelea y un grito del joven en la noche que decía "¡Te voy a matar!", y un segundo después oyó el golpe de un cuerpo caer al piso. Acto seguido, y al imaginar lo que estaba sucediendo, se incorporó levantándose de la cama y corrió lo mas rápido que pudo hasta el fondo del pasillo en donde vivía el joven, abrió la puerta y se encontró con el cadáver en el suelo, y habría visto al joven huir por las escaleras. Luego llamo a la policía. El jurado discrepa respecto de la idea de que si pudo o no el anciano haber oído bien los gritos y el golpe del cuerpo al caer, considerando que justo en eso momento estaba pasando el tren emitiendo mucho ruido. El anciano testigo solo puede haber creído oír los que indica, según la teoría de un miembro del jurado, ya que al estar este tan solo, no ser alguien importante, que nadie busque su consejo a pesar de su experiencia, que nadie cite sus palabras ni su nombre salga en los periódicos. es una realidad muy dura para alguien que se encuentra en la etapa final de su vida, y que ciertamente puede afectar los sentidos de esta persona y que estos mismos le jueguen una mala pasada solo para creer que puede ser parte de algún suceso actual trascendente que le brinde un reconocimiento, una última satisfacción a su vida. El anciano también tiene una seria discapacidad en una de sus piernas producto de una enfermedad que había sufrido hace poco. Situación que hace dudar a algunos miembros del jurado respecto de lo que afirmaba el anciano, según el relato del cuál habría podido llegar al departamento en cuestión en solo 15 segundos. Hecho que pudo desmentir Davis en la misma sala donde se pronunciaba el jurado, imitando la situación en la que se habría visto envuelto el anciano, deduciendo que por lo menos le habría tomado 40 segundos llegar al departamento y no los 15 segundos que afirma. Otro testigo que señalaba al joven como el asesino era una mujer de unos 45 años que vivía en frente del departamento del imputado, la cual afirma que se encontraba acostada en la cama tratando de dormir a la hora de la comisión del ilícito. Que desde su ventana podía ver el interior del departamento del joven, y que al pasar el tren entre ambos edificios, pudo ver a través de las ventanillas de este como el imputado daba muerte a su padre a eso de las 12:10am. El tren en ese momento no llevaba pasajeros y tenia las luces apagadas, ya que lo llevaban al centro. La mujer dice conocer al joven desde pequeño. El tribunal pudo probar que en la noche se puede ver a través de las ventanas del tren. El testimonio de dicha mujer es la prueba más contundente de la que se aferran los miembros del jurado que señalan al joven como el culpable. Sin embargo, recuerdan como la mujer se presento a declarar ante el tribunal: con ropa para gente más joven, mucho maquillaje, el pelo teñido y SIN LENTES, para perecer de 35 años. El hecho de que usara o no lentes no fue considerado por la defensa del joven. Lo trascendental para este controvertido caso es que usar lentes connota la deficiencia visual que sufría esta persona, y que dada las circunstancias en que dice haber visto el crimen dan lugar para deducir que, en el preciso momento en que fue testigo del crimen es muy posible que no se haya encontrado con los lentes puestos, poniendo en seria dura la claridad y certeza de lo que afirma haber visto. Considerando, además, la distancia desde la que observaba, que era de noche, y que pasaba un tren entre ella y el sitio del suceso. La defensa del joven proporcionada por un abogado principiante llegó a su fin y solo restaba esperar el veredicto de los 12 hombres que componían el jurado, quienes siguieron el caso durante toda su evolución. Dicho veredicto tendrá que contar con el respaldo unánime del total del jurado, tanto para el caso de ser encontrado culpable como para el caso de decretarlo inocente. El supuesto delito cometido por el joven es un asesinato del tipo homicidio premeditado, cuya comisión en el Estado donde reside el imputado es sancionado con la pena de muerte, sanción que se cumple en la silla eléctrica. Ciertamente la balanza de la justicia no se inclinaba a favor del joven. El jurado se reúnen para votar, sin embargo la sesión demora en comenzar por el desorden que había en la sala: unos conversaban, otro demora demasiado en el baño, se distraen, les cuesta ponerse de acuerdo, otro no dejaba de hablar del partido de béisbol al cual tenía entradas, etc. Esta escena nos trasmite el dejo que tenían dichas personas, lo poco profesionales que resultaron ser para realizar la tarea a la que fueron convocados, que era hacer justicia. Más aun podemos resaltar la ligereza con que se tomaban su trabajo si nos centramos en que discutirían sobre la continuidad de la vida de un hombre, y no le daban mayor relevancia. Creían que su tarea sería fácil y por ello se desocuparían
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