Mirada De Santo Tomás Sobre La España Actual.
Enviado por fatiromi • 1 de Diciembre de 2013 • 5.409 Palabras (22 Páginas) • 259 Visitas
En el siguiente trabajo trataré de realizar un profundo análisis de la sociedad española del siglo XXI desde el cambio de régimen en 1975, como la influencia que éste tuvo en los valores de los españoles, en su modo de vida, pasando por las distintas crisis hasta llegar a la decadencia del individuo, de la sociedad y por consiguiente del estado, a partir de una perspectiva medieval; más concretamente desde una visión filosófica cristiana-medieval que nos ofrece Santo Tomás de Aquino en su gran obra “Suma Teológica”. En esta extensa obra filosófica abordará temas tales como la moral que explicará con su Philosophia moralis, “naturalia praesupponuntur moralibus “(Leyes de lo natural); la libertad que tratará sobre “la voluntas et ratio” en su Philosophia rationalis; la justicia que definirá con su “Teoría sobre la Justicia”; y por último analizará el concepto de estado, tan cuestionado en la actualidad, con su Política.
Trabajo inspirado en la filosofía de Tomás de Aquino, Suma Teológica.
Santo Tomás de Aquino (1225-1274) comienza su tarea de filosofar de la mano de la obra aristotélica en un contexto histórico en el cual Europa experimentará una gran transformación en el ámbito económico (desarrollo del comercio), en el ámbito político (en un sistema basado en el feudalismo, se comienzan a permitir la creación de instituciones y legislaciones urbanas pactando previamente con los señores feudales y reyes. Asimismo, uno de los mayores logros será el reconocimiento de la libertad
individual, creación de tribunales propios de la ciudad en los que se deben resolver sus propios asuntos, el establecimiento de una legislación penal propia de la ciudad, la abolición de las prestaciones serviles, contrarias al comercio y a la industria, y una amplia autonomía política o capacidad de autogobierno local a través de los concejos o ayuntamientos) y en el ámbito socio-cultural( el cristianismo es la religión por excelencia, el hombre vive orientado hacia Dios y aspira a la vida eterna. Aumenta la importancia de la educación y se crearán las primeras universidades, como por ejemplo Bolonia, París y Oxford.).
Santo Tomás, se referirá a la filosofía como aquella necesidad inherente al ser humano que surge a fin de descubrir los pilares básicos sobre los que se sustenta el mundo. Presenta un gran interés acerca de los fenómenos que le rodean, y los cuales no son posibles de explicar a partir de causas evidentes en sí mismas; por ello volverá su mirada hacia lo más abstracto, indagará sobre las causas y hechos más escondidos, más difíciles de conocer; pero que sin embargo, serán los que permanezcan constantes en el tiempo, los que nos permitirá ordenar y entender el mundo del cual formamos parte. Y es esta la razón de ser del hombre, su fin último, alejarse de sus facultades más sensibles, que le empujan hacia lo mundano, le desvían de su naturaleza humana y de este modo poder llegar mediante su intelecto, su razón a la cognición de la verdad más pura, absoluta, inmutable que rige el cosmos y ordena el Universo.
Entre la muerte de Franco (1975) y la aprobación de la Constitución española (1978), tiene lugar la transición hacia la democracia en el sentido estricto. Se sucedieron tres largos años de profundas reformas políticas y grandes dificultades en todos los ámbitos( la gran crisis económica heredada del franquismo, el grave malestar social que amenazaba con atentar contra la evolución hacia la democracia, una gran brecha que dividía la sociedad española como consecuencia de la Guerra Civil, las provocaciones terroristas, tanto de la derecha como la izquierda más radical, y por último una postura desafiante de un sector del ejército y del cual se esperaba un inminente golpe de Estado. Sin embargo, a pesar de la fuerte oposición de grupos minoritarios, la gran madurez que demostró el pueblo español con su voluntad de curar las heridas del pasado y su fuerte deseo de evolución hacia un futuro mejor a partir de la apertura de España hacia el mundo, se consiguió instaurar la democracia.
Los hechos más importantes tuvieron lugar en las dos últimas décadas del siglo XX, que significaron la superación del estancamiento, tanto político como económico, vividos bajo los últimos años de Franco, la creación y aprobación del texto constitucional , la consolidación de la democracia y finalmente, nuestra entrada fulminante en la Unión Europea.
Con la redacción de la Constitución de 1978 se buscaba, ante todo, exaltar los derechos de los ciudadanos españoles, reconociéndoles libertades y derechos básicos “DERECHOS Y LIBERTADES FUNAMENTALES”; así como dividir los poderes del estado con el fin de enterrar la época de represión vivida años atrás, con la intención de no caer sobre la tentación de cometer los errores del pasado.
Es así como se abría para España un nuevo camino labrado sobre la tolerancia, la libertad, la igualdad de todos, la justicia, la honestidad, la solidaridad, la buena fe… En definitiva, por todos aquellos principios y valores supremos que tan poco han inspirado al mundo en los últimos años (I y II G.M).
Sin embargo, la ilusión que mostraba en un principio el pueblo español por la construcción de una España más sana, una España mejor, se fue desmoronando tras la sucesión de diversas crisis y guerras (crisis económica de 1979, guerras de Irán, Irak, Afganistán, terrorismo de ETA, de Al-Qaeda, la crisis económica actual iniciada en el 2008, también conocida como la Gran Recesión, los desahucios, el creciente paro, la crisis en el sistema educativo, casos de corrupción, revueltas separatistas…) que le fueron llevando poco a poco a perder la fe en el estado español como una nación unitaria e indivisible, volviéndose éste cada vez más individualista, egoísta y materialista.
El “pueblo” español ya no confía en grandes promesas sobre la creación de un futuro ideal, ya no creen en la honestidad de las instituciones estatales, ya no creen en el sistema judicial como máximo garante de la impartición de justicia, muestran recelo sobre la creación de leyes “justas”, ya no confían en las buenas y desinteresadas intenciones de las instituciones eclesiásticas, ya no creen en la Corona, ya no creen en sus Fuerzas Armadas; en definitiva, ya no creen en España.
Los españoles duermen con el doble pestillo y las llaves de casa puestas en la cerradura de sus puertas, por miedo a que “otros” vengan a robarles; son capaces de ver a un mendigo y pasar de largo porque creen que el muy “jeta” está mintiendo, o simplemente es un vago que no se merece ayuda., critican a sus militares a los que ven como sanguinarios y culpables directos de los conflictos mundiales, y no como garantes máximos de la
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