Moral Y Kant
Enviado por piaso123 • 24 de Abril de 2014 • 2.366 Palabras (10 Páginas) • 411 Visitas
Kant y la idea de la ilustración como parte de los fundamentos de la moral
El hombre, es un ser de diferencia, es decir, su conciencia es estimulada por la diferencia entre la impresión del momento y la anterior; las impresiones persistentes, insignificancia de sus diferencias, regularidad de su discurso; consumen; menos conciencia que la rápida aglomeración de imágenes cambiantes, la abrupta separación entre cosas que capta con la mirada, lo inesperado de las impresiones que se nos imponen.
La primera tarea para establecer una mejor reflexión en torno a esta idea, consiste en reconocer situaciones concretas que plantean un problema moral en la experiencia, en la cual, la valoración está relacionada con normas sociales y culturales, ya que un planteamiento como el de Kant, busca reconocer la dimensión moral que está presente en las situaciones concretas de la vida cotidiana y en el actuar coherentemente según principios que libre e informadamente se acepten.
Para Kant, la ilustración es “la liberación del hombre de su culpable incapacidad”, incapaz en el sentido de imposibilidad de servirse de su inteligencia sin la guía de otro; culpable, porque su causa no reside en la falta de inteligencia, sino de decisión y valor para servirse por si mismo de ella sin tutela de otro. En otras palabras, la Ilustración para Kant es la liberación del hombre de la tutela de otro, pero no en sentido físico, sino, en sentido de pensar libre y autónomamente (incapacidad), para lo cual, necesita valor y decisión, es aquí donde adquiere, según Kant, caracteres de culpabilidad; culpabilidad de no ser lo suficientemente decidido y valiente para dejar de depender de otro. Así lo expresa al decir: “¡Sapere aude!, ¡ten valor de servirte de tu propia razón¡: he aquí el lema de la Ilustración”.
La idea que defiende Kant es que el ser humano debe abandonar el estado de dependencia o minoría de edad espiritual en el que se encuentra por su propia culpa, por simple cobardía y pereza. Debe emanciparse de esa situación y atreverse a utilizar la razón para guiarse a sí mismo, sin la tutela ejercida por su confesor, su médico de cabecera o cualquier otra figura de autoridad. En suma, debe ejercitar la capacidad de pensar por sí mismo y no permitir que otros piensen por él.
A continuación, hare una breve aproximación tanto a las implicancias de la frase de Kant, asi como también hablare sobre las consecuencias y los limites que esto conlleva para la moral a la que en la totalidad de este breve ensayo se hace alusión.
Implicancias:
Las implicancias de la frase nos hablan de la búsqueda de una especie de equilibrio personal en nuestras propias acciones , en la cual el ideal moral que el ser humano debiera conseguir es decidir por si mismo, actuar en concordancia con sus propios principios y valores, no depender de decisiones o imposiciones de otras personas, o en fin, del grupo social entero, pues esto seria una tendencia a la falta de gobierno propio.
Nos conduce a la idea de una vida maleable, manipulada, de seres manejables, cual arcilla fresca de la sociedad, seres sin decisiones ni compromiso , siendo la tarea de los ilustrados con mayoría de edad según Kant, el uso adecuado del entendimiento, la racionalidad y el dominio de nuestros propios actos.
De esta “dependencia de otro” antes mencionada, es que Kant establece que tanto la pereza como la cobardía (tomadas, a mi juicio, estas como antónimo de decisión y valor), son causas de que una gran parte de la humanidad continúe a gusto en lo que él denomina “estado de pupilo”, es decir, que dependan de otro y esto ser cómodo a pesar de que la naturaleza nos libero hace ya tiempo; así da ejemplos como que si tengo un libro a mi disposición el me proveerá de inteligencia, todo lo cual, lo resume en la frase: “Si, puedo pagar no me hace falta pensar: ya habrá otros que tomen a su cargo, en mi nombre, tan fastidiosa tarea”.
Kant busca el criterio universal, ya que la acción es moral y todas las personas deben llevarla a la práctica. Por lo tanto cuando una persona actúa por su propia voluntad selecciona un bien y ese bien se tiene que realizar, de acuerdo a los principios de cada persona. Debemos de hacer lo correcto.
Cada individuo es libre, por lo tanto sus acciones se sitúa en el deber de su voluntad. y de acuerdo a las acciones de la personas Kant dice que hay dos tipos. Las que se hacen de acuerdo al deber y las que se hacen por deber, las cuales tienen valores morales.
El comportamiento moral del hombre no puede encontrar su fundamentación en alguna forma de conocimiento que tenga que ver con la razón pura, puesto que no es posible acceder a ello por juicios analíticos o explicativos ni tampoco por medio de los juicios sintéticos. En esta forma, Kant se vio precisado a buscar otro camino para fundamentar la moral, elaborando una ética sustentada en la razón práctica puesto que Kant rechaza radicalmente el fundamentar la obligación moral en la naturaleza del hombre, o en las circunstancias del universo en el que éste se encuentra, o bien, subordinándola a fines exteriores (la búsqueda de la felicidad, por ejemplo).
Consecuencias:
Ahora bien, las consecuencias, nos hablan de la idea de que si no actuamos con autonomía, voluntad, decisión y en concordancia con nuestros propios juicios, principios y valores, el actuar carece de sentido, porque no esta regido por el sapere aude referido por Kant, por ende se desliga de la responsabilidad que sus propios actos involucran, transmutándose en un títere de las consecuencias, ya que cuando no se actúa en base a esta idea, se tiende a no asumir los propios errores, una tendencia clara al fatalismo, esa idea de que el hombre es un títere de las circunstancias, una entidad manipulable por la imposición de otros.
Entiendo que “lo bueno” y “lo malo” de las acciones por las que el ciudadano muestra su modo de habitar el mundo y de recoger su propio ser de él. El hombre común, reverencia a veces hasta niveles desmedidos la autoridad de los sabios, de los expertos, apenas el conocimiento de éstos roza ciertos puntos sensibles de su propia realidad personal, entonces, se pone en guardia contra “las razones”, por muy bien fundadas que sean, y contra “la observación rigurosa de los fenómenos” y no reconoce ventaja alguna al juicio científico respecto del valor de sus propias opiniones.
Kant plantea que un hombre, por lo que incumbe a su propia persona, pero sólo por un cierto tiempo, puede eludir la ilustración
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