Nietzche vs Platón
Enviado por nanita_yo • 13 de Noviembre de 2013 • 1.612 Palabras (7 Páginas) • 339 Visitas
Nietzche vs Platón
La comparación con Platón es ineludible, pues el propio Nietzsche sustenta gran parte de su obra-la parte reconstructiva- en la crítica feroz al platonismo.
Comencemos por la metafísica. La visión platónica es dualista, escinde la realidad en dos mundos: mundo sensible ( aparente y cambiante) y mundo inteligible (verdadero, eterno e inmóvil).
Nietzsche, por el contrario, tiene una visión monista e la realidad, y considera falso el mundo de las ideas. No existe más que un mundo, el sensible, cuyas características principales son la pluralidad y el cambio. Por tanto, niega radicalmente la existencia de esencias en otro mundo. No existen los universales- tiene una visión nominalista1 y empirista- como tampoco conceptos metafísicos como el de alma, que son puras ficciones.
En el plano epistemológico, las diferencias son igual de ostensibles. Platón parte de una idea de racionalidad inherente al cosmos y considera que la razón es el instrumento válido para acceder al conocimiento verdadero de la realidad (dogmatismo metafísico).
Según Platón, la realidad está situada fuera del mundo sensible, y es objeto del conocimiento científico porque contiene seres inmutables y universales. Hay otro tipo de conocimiento, la opinión o doxa, cuyo objeto de estudio es el mundo sensible, pero es poco fiable y es desacreditado por Platón porque está sujeto a continuo movimiento y cambio.
Nietzsche, sin embargo, considera que la razón no es un medio más adecuado que la imaginación, los sentimientos o el instinto para intentar alcanzar el conocimiento de la realidad. De hecho, no se puede conocer la realidad, no hay cosas en sí, solo hay perspectivas y, por tanto, verdades, pero no una verdad universal. Considera que no existen regularidades en el mundo, no hay leyes en la naturaleza: las relaciones entre las cosas no son necesarias, sino contingentes2 , porque la realidad es caótica e irracional.
En suma, Nietzsche desacredita la validez de los conceptos y de las leyes matemáticas (filosofía y ciencia) para expresar la realidad. Por el contrario, propone la metáfora y la intuición estética como instrumentos para aprehenderla.
En el campo de la ética, las propuestas de ambos autores difieren enormemente. Platón aboga por una ética de corte racionalista y universalista: los valores morales son objetivos, se pueden conocer, son eternos e inmutables (mundo de las ideas).
Nietzsche niega esta visión universalista de los valores morales, pues nosotros los creamos y, por tanto, también pueden cambiarse. De hecho, gran parte de su obra se dedica a investigar su origen y se acerca a posturas relativistas. Los valores son un constructo humano sin existencia objetiva, como sí creía Platón.
Además, una de las críticas nietzscheanas más vehementes consiste, precisamente, el tildar la moral platónica de “antinatural”, por considerar que va en contra de los instintos, de las pasiones y de todo lo relacionado con nuestra dimensión irracional. Esta moral va en contra de los valores vitales y su origen reside en el odio y el resentimiento de los débiles hacia la vida
EL CAMELLO, EL LEON Y EL NIÑO
El espíritu que está buscando Nietzsche para el hombre es un espíritu libre, no subordinado a alguna forma de señorío sino a él mismo; pues él mismo debe ser señor de su "yo". Sin embargo, para que el hombre llegue a ese estado de vida, tiene que pasar antes por un proceso que Nietzsche llama las tres transformaciones del espíritu, "de cómo el espíritu sen transforma en camello, el camello en león, y finalmente el león en niño"
Este hombre en condición de camello no hace otra cosa que aceptar los sufrimientos, acepta la vida como un valle de lágrimas por el hecho que según él no se encuentra en una verdadera vida. Cae y a veces se levanta con gran dificultad, pero tiene que hacerlo para ganar "la eternidad", "la verdadera vida feliz". Pero el hombre, no debe seguir viviendo y pensando de esa manera, debe convertirse de camello en león.
León: s aquel que sabe que el sentido de su vida depende de una elección, que la voluntad de poder es la realidad última de la vida. Tiene el valor de diseñar sus propios valores y vivir conforme a ellos; en consecuencia, la virtud por excelencia vendría a ser la autenticidad de los propios valores, el cambio de actitud frente a la vida.
Asumir el papel de niño implica un volver a empezar, asumir un nuevo "yo quiero", pero ya sin el recuerdo. El sentido es tener un espíritu absolutamente libre y no esclavo, porque la verdadera voluntad es la voluntad propia y no la de otros. Debemos ser como los niños que en su inocencia tienen su propia voluntad de poder y ningún recuerdo los perturba. Sólo con ese espíritu somos verdaderamente libres, superhombres como lo diría Nietzsche.
FILOMENO Y SOFIA
Con diálogos y mucha reflexión de por medio Filo y Sofía reproducen -sin saberlo- el método filosófico por excelencia: La duda, la pregunta, el intercambio,
...