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Nihilismo


Enviado por   •  15 de Agosto de 2012  •  16.303 Palabras (66 Páginas)  •  708 Visitas

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a por Mª Luz Pintos Peñaranda

Introducción al texto[2]

por Lester Embree

El ensayo “Sobre el nihilismo de nuestro tiempo” de Aron Gurwitsch (filósofo fenomenólogo nacido en 1901 en Lituania) fue publicado en su traducción inglesa a finales de la segunda Guerra Mundial (exactamente, en 1945), si bien había sido escrito originalmente en francés, sobre 1940, con el título “Sur le nihilisme de notre temps” y con una extensión de 51 páginas mecanografiadas. Como refugiado judío procedente de Alemania, había estado viviendo en Francia desde 1933 hasta 1939 y podemos suponer que tenía la esperanza de publicarlo en este país antes de la ocupación alemana. Los motivos que nos llevan a pensar esto son dos. Uno es que, en esa misma época de redactar este ensayo y todavía hallándose en Francia, Gurwitsch había escrito otro ensayo directamente en inglés; quizás su idea era publicarlo en los Estados Unidos atendiendo a una invitación que desde allí le había hecho Marvin Farber; y, efectivamente, lo publicó en el continente americano como “On the Intentionality of Consciousness”, en 1940. El otro motivo es que otro de sus ensayos, “La science biologique d´après K. Goldstein”, escrito en francés, se publicó sin problemas en la Francia ocupada[3]. De lo cual podemos inferir que redactó en francés “Sur le nihilisme de notre temps” porque su intención era publicarlo en Francia antes de la ocupación, pero que se vió obligado a demorar su publicación y, finalmente, a pasarlo al inglés para poder publicarlo en su nuevo país de acogida.

Gurwitsch le dijo a quien esto escribe que estaba muy enfadado cuando redactó este ensayo sobre el nihilismo (su expresión exacta fue que él estaba “in a white heat”, es decir, “¡echando chispas!”). Lo que más le enfadaba -decía él- era la psicología y la ciencia social con las que se encontró a su llegada a los Estados Unidos. Sus objeciones en relación a cómo se practicaban allí estas disciplinas están suficientemente manifiestas en este ensayo y no vamos aquí a entrar en ellas anticipándonos a sus palabras. Sin embargo, algo que sí deberíamos tener en cuenta es que él veía que estas disciplinas estadounidenses ofrecían un fuerte contraste con las que él mismo había conocido en Europa en las décadas anteriores y en las que había estado trabajando, ya que su investigación y su docencia estuvieron centradas, desde el primer momento, en las interconexiones entre la fenomenología y la psicología de la Gestalt y tenía de éstas y de otras disciplinas un profundo conocimiento. A mediados de los años 20, Gurwitsch había entrado en contacto con la Escuela de Berlín de la Psicología de la Gestalt-Escuela que estaba representada por Adhémar Gelb en el Instituto de K. Goldstein en Frankfurt para la investigación de los efectos psicológicos del daño cerebral en veteranos de guerra[4]. Presentó su Tesis Doctoral en 1928 sobre Phänomenologie der Thematik und des reinen Ich. Studien über Beziehungen von Gestalttheorie und Phänomenologie. Y para su Die mitmenschlichen Begegnungen in die Milieuwelt[5] de 1931 ya había estudiado una gran cantidad de ciencia social. En Alemania, estas disciplinas eran consideradas Wissenschaften, es decir, ciencias teóricas, y casi nunca se derivaban de ellas propósitos prácticos. Esta alta consideración para con las ciencias teóricas puede verse cuando él estuvo en París en los años 30[6].

Con respecto al contexto en el que está situado “Sobre el nihilismo de nuestro tiempo” y al contexto que vino con posterioridad a su publicación, hay que decir unas cuentas cosas basadas en la correspondencia entre Gurwitsch y dos de sus amigos. En relación al contexto actual en el que se mueve este ensayo, en la reacción de Gurwitsch al escrito de Alfred Schütz “El forastero. Ensayo de psicología social” (1944)[7], en una carta del 16 de julio de 1944 podemos apreciar que ésta tiene como fondo el ensayo sobre el nihilismo y, por tanto, que las palabras de Gurwitsch en esta carta son como un complemento de su propio ensayo. Más tarde, cuando Alfred Schütz recibió “Sobre el nihilismo de nuestro tiempo”, le hizo llegar a Gurwitsch, epistolarmente, el siguiente comentario:

“Yo creo que esta crítica está basada en el hecho de que tú, de forma legítima, rechazas el sociologismo in philosophicis... Tan pronto como la sociología reclama explicar el enigma del mundo, para ocuparse de la definición del hombre, para rastrear las categorías epistemológicas que están por detrás de su existencia social, etc., cae presa del demonio nihilista”[8].

Otras reacciones de ese momento, incluso desde dentro de la fenomenología estadounidense, no parecen haber sido tan amables como ésta, pero nos permiten hacernos una idea de cómo fue acogido este ensayo de Gurwitsch en los Estados Unidos, su nuevo país. Gurwitsch le escribió a su amigo Eric Voegelin, el 3 de abril de 1949[9]: "con mi conferencia sobre el nihilismo de hace cuatro años tuve las mismas experiencias [que tú has tenido con tu ensayo sobre cientifismo]. Me dijeron que era enemigo de la ciencia e incluso"subversivo"; el señor Farber le dijo a una buena amiga, de la que él no sabía que tenía amistad con nosotros, que yo era un "liability" para la fenomenología." (Marvin Farber era en aquel momento el Presidente de la International Phenomenology Society, editor de Philosophy and Phenomenological Research, y el más conocido portavoz de la fenomenología estadounidense. Sin ninguna duda, él estaba preocupado por la recepción de la fenomenología).

Aron Gurwitsch le habló, a quien esto escribe, acerca de su primera década de exiliado en los Estados Unidos -precisamente la década en la que publica “Sobre el nihilismo de nuestro tiempo”- como una época no muy buena para él, y en la que su impresión constante era que estaba intentando “ascender por una montaña de algodón”. Encontrar un puesto académico permanente resultaba algo extremadamente difícil para un refugiado judío con fuerte acento y dedicado a algo, todavía no muy conocido allí en aquellos momentos, llamado “Fenomenología”, es decir, dedicado a una tradición filosófica que parecía demasiado exótica, y en una época en la que había muy pocos puestos de trabajo en filosofía. Por lo tanto, no le quedó más remedio que vivir, primero, de una beca durante un año mientras su esposa Alice trabajaba en una fábrica de bolsos. Más tarde estuvo dando clases de física y de matemáticas en distintos centros y sólo consiguió un puesto de trabajo permanente, y en la disciplina de filosofía, en el año 1951, cuando tenía cincuenta años. De lo dura que debió haber sido para él esta batalla el mismo Gurwitsch ha dejado fiel

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