Nuevo Popol Vuh
Enviado por JoseMusic • 5 de Junio de 2013 • 1.328 Palabras (6 Páginas) • 298 Visitas
Popol Vuh.
Uno de los libros más increíbles escritos en la América prehispánica se presenta nuevamente en esta versión con un excelente texto introductorio y una serie de notas que permiten al lector un acercamiento mucho más profundo. El Popul Vuh, publicado bajo este título a finales del siglo XIX por el antropólogo Brasseur de Bourboung, después de "conseguir" misteriosamente el manuscrito dejado por el padre Fray Francisco Ximénez, el primero en establecer contacto con el original de los quichés, es, sin lugar a dudas, junto al Yurupary, los textos más dicientes sobre el alcance cultural que tuvieron los grupos indígenas en América antes de la conquista. Su lenguaje está lleno de belleza y misterio, a pesar de las alusiones que se hacen al dios de los cristianos (hay que recordar que el Popol Vuh fue escrito, al menos la copia que se conserva, después de la llegada de los españoles, durante la persecución religiosa).
El texto está dividido en tres partes fundamentales: la primera parte narra el origen del mundo y los hombres; la segunda, las aventuras de los semidioses Hunahpú e Ixbalanqué en el reino de Xibalbá y; la tercera, corresponde a la historia y genealogía de las distintas tribus que componían la gran familia de los quichés. Un documento imprescindible para reconocer las características de uno de los pueblos más importantes de América Central, exterminado por el reconocido conquistador español Pedro de Alvarado, pirómano sadomasoquista que acabó con once generaciones de quichés.
Los quichés, del maya Qui/Quiy (muchos) y che (árbol), bosque o tierra de muchos árboles –que además dio nombre a Quauhtlemallan (Guatemala)-, dice Adrián Recinos en su introducción, eran los habitantes de la nación más poderosa al interior de Guatemala en el siglo XVI y su ubicación actual se encontraría en el territorio situado al Sur de Yucatán y el Petén-Itzá, conocido ya desde la época de la llegada de los españoles. Su historia y tradición, como se dijo, se reúne acá, en el Popol Vuh, cuyo significado literal es “libro de la comunidad”; libro que los quichés elaboraban con las cortezas de los árboles y distribuían a sus comunidades en su lengua nativa para que conocieran sus más profundas formas de entender el mundo.
Creación del mundo y origen del hombre
La primera parte del Popol Vuh trata la creación del mundo y el origen del hombre. Tal como sucede en la gran mayoría de las explicaciones míticas del universo, para los quichés, en el principio todo era mar y cielo vacío y aquello estaba cubierto por una atmósfera oscura; la creación de la tierra fue el resultado de la emergencia de ésta desde las profundidades del mar y, luego de ella, vino la creación de los animales que, por falta de un lenguaje que permitiera dar gracias a los dioses por su creación, fueron condenados a la muerte.
El primer hombre, hecho de tierra y lodo, desapareció muy pronto por ser demasiado escuálido y débil. Los dioses en asamblea y leyendo a través del maíz y el tzité (los símbolos más representativos del quiché) el futuro de su mundo, decidieron crear un nuevo hombre, ahora hecho de madera. Aquellos hombres se multiplicaron, pero nunca llegaron a tener el don del pensamiento, de modo que al tiempo fueron desaparecidos por efecto de un diluvio y el ataque de muchos otros animales, quedando, apenas, como rastro de este ensayo, los monos. Así, pues después de muchos ensayos infructuosos por fin fue creado el hombre verdadero hecho de maíz (narración hecha en la tercera parte), el principal alimento de los quichés, y a éste se le ordenó expresamente adorar a los dioses creadores constantemente y bajo todas circunstancias.
La primera parte del libro también contiene la narración del castigo que sufrió Vucub-Caquix, el primer vanaglorioso que, sin serlo, se jactaba de ser el dios del sol. Hunahpú e Ixbalanqué, jóvenes semidioses, lo hieren en la quijada y logran hacerlo pasar por donde una curandera quien le quita todos sus dientes y riquezas, haciendo que finalmente muera, lo mismo que su esposa. Zipacná, hijo de Vucub-Caquix,
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