PLACER: SEXUALIDAD O FELICIDAD.....? (ÉTICA EPICÚREA)

PLACER: SEXUALIDAD O FELICIDAD…..?

(ÉTICA EPICÚREA)

Introducción.

El placer se ha vuelto en un término mal interpretado por las personas ya que lo primero que deberíamos hacer es analizar bien el sentido del término y luego preguntarnos  ¿Qué es en realidad el placer?; y de seguro la mayoría diría que una satisfacción en donde se puede gozar y deleitar pero solo por un momento y nada más. El placer no consiste en algo momentáneo sino en algo que nos de felicidad y sea duradero; antes de dar paso al desarrollo de este articulo mencionaremos también algunos tipos de placer que se pueden dar en las personas como son el placer físico, el placer psíquico que por Platón es definido como el mayor de los placeres además tenemos a los placeres intelectual, lúdico y emocional.

El placer: sexualidad.

En la actualidad el término placer se ha visto asociado con la sexualidad debido a que muchos piensan que el tener “sexo” es tener placer pero no es así ya la sexualidad se refiere a prácticas asociadas a la búsqueda de un placer netamente sexual, además que el placer sexual es lo que experimentamos al estar excitados sexualmente; y de aquí se revela otra interrogante para poder comprender un poco mejor el placer sexual, ¿Qué es la excitación sexual?; y podríamos decir que  es la respuesta del cuerpo a la estimulación sexual, podemos excitarnos por cosas que oímos, vemos, olemos, saboreamos o tocamos y que pueden estar presentes en el mundo real, en nuestra imaginación o en nuestros sueños, pero ¿A eso se le puede llamar placer?; la respuesta es no ya que el placer va más allá de una práctica momentánea sino llegar a un estado que sea duradero como nos dice Epicuro:

“Epicuro no se refería a los placeres momentáneos, a las sensaciones pasajeras, sino al placer que dura a lo largo de toda la vida…..”(Frederick Copleston, 2007)

Esta noción nos reitera que el placer no solo consiste en las satisfacciones pasajeras que se pueden adquirir a lo largo de la vida sino en lo duradero, en pocas palabras alcanzar la felicidad mediante el placer que dura.

“Epicuro exige muy determinadas condiciones al placer: ha de ser puro, sin mezcla de dolor ni de desagrado; ha de ser duradero y estable; ha de dejar al hombre, por último, dueño de sí, libre, imperturbable. Con lo cual se eliminan casi totalmente los placeres sensuales para dejar paso a otros más sutiles y espirituales, y, ante todo, a la amistad y los goces del trato….” (Julián Marías, 1980)

En esta noción Epicuro es muy concreto ya que nos dice que para alcanzar el verdadero placer se debe dejar de lado a los placeres sensuales poco duraderos para dar paso a los más sutiles y espirituales con los cuales veremos y entenderemos lo que realmente es el placer, a estos placeres que Epicuro menciona y que debemos dar paso son la amistad y los goces del trato.

El placer: felicidad.  

Antes de empezar a hablar sobre el placer y la felicidad daremos una breve definición de felicidad para poder comprender mejor, y diríamos que la felicidad es un estado de ánimo que supone una “satisfacción”, este sería un concepto común ya que a la felicidad se la puede definir desde varios puntos de vista como filosófico, antropológico, sociológico o psicológico.

En este artículo nos centraremos en definir o ver cómo alcanzar la felicidad desde el punto de vista filosófico, concretamente en lo que nos dice Epicuro acerca de la felicidad:

“La felicidad epicúrea ha de entenderse como el placer reposado y sereno, basado en la satisfacción ordenada de las necesidades elementales, reducidas a lo indispensable….” (José Carlos Valenzuela Dávila, 2012)

Epicuro nos habla de que la verdadera felicidad no es una satisfacción momentánea y talvez producidas por lujos o caprichos que en ocasiones la personas tienen creyendo que al tener eso van a ser felices, y talvez puede ser pero eso solo será pasajero y en eso no consiste la verdadera felicidad, según Epicuro; ya que la verdadera felicidad es reducir las necesidades a lo indispensable, en pocas palabras ser feliz con lo que tenemos y tener un placer reposado y sereno. Epicuro nos menciona que:

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