PROBLEMA DE LOS UNIVERSALES

PROBLEMA DE LOS UNIVERSALES

El problema de los universales se centra en determinar la característica de las palabras que usamos comúnmente, es decir, del lenguaje. Porque cuando queremos hacer referencia a cualquiera de los objetos que nos rodean usamos el término que lo denomina. Desde el punto de vista ontológico, el Universal es una entidad abstracta, es decir, una predicación general de todo lo que existe, que se opone a lo particular que es concreto y singular.

San Agustín de Hipona duda de lo que la razón puede dar, para él la razón es un instrumento para la fe, o sea que la primera necesita de la segunda, por tanto, la razón es dependiente de la fe. San Agustín decía que las cosas son porque Dios las puso, Dios creo todo. Además, él vive en nosotros, por ello, el cuerpo es templo de Dios, el cual se deberá cuidar para que el alma sea eterna.  Por esto es considerado realista extremo ya que afirma que Dios ya estaba por naturaleza, nadie lo antecede, por ello su existencia tiene la característica de ser autónoma e independiente.

Al igual que San Agustín, San Anselmo dice que la fe va primero y después la razón, aunque ambas sean fuentes de conocimiento. Después de creer se pasa a comprender a la fe. Es interesante que San Anselmo afirme que Dios existe en el pensamiento, incluso en el del ateo. Esto coloca a Dios como un ser superior, no hay nada por encima de él.

Por otro lado, Santo Tomas de Aquino le da autonomía a la razón, es decir, hay una armonía entre la razón y la fe, por lo que esta última ya no necesita de la razón y viceversa; a través de ambas, se puede explicar la existencia de Dios. Concuerdo con Santo Tomas, porque a pesar de que soy católica no pienso que la fe es la cuestión más importante, sino que el equilibrio entre esta con la razón tiene más sentido; nosotros dependemos de Dios y él de nosotros, lo que implica una explicación racional.

Guillermo de Ockham dice que del singular se construye el universal. El signo es el termino o palabra que se expresa de forma verbal y que cambia, pero no simboliza

nada, mientras que el símbolo se interpreta, es plural y solo es en aspectos religiosos. Prácticamente, no toma en cuenta a los universales, porque no son la esencia, que al parecer es lo que le importa a Ockham, y con eso estoy de acuerdo con él, porque lo único es lo que hace que se distinga de los demás y lo universal todo lo tiene.

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