PROTAGORAS

Pontificia Universidad Javeriana. [pic 1]

Asignatura: Historia de la Filosofía Antigua.

Profesor: Juan Fernando Mejía 

Estudiante: Dennis Alexander Guananga Aimara.

Programa: Licenciatura en teología. 

10 de abril de 2019
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SER MEJOR ES POSIBLE.

        Si preguntarán al autor del presente escrito, ¿cómo conoció los mitos griegos? La respuesta más acertada sería, en primera instancia a través de películas y pequeños cuentos infantiles. Y de una manera más profunda, a lo largo de la vida de colegio en el cual los profesores de literatura e introducción al pensamiento filosófico se valían de estos mitos para explicar géneros literarios, antiguos ritos, o el origen de algunos términos filosóficos. Pero hoy en día, la concepción de un mito griego es mucho más compleja. Comparar aquellos primeros momentos de acercamiento a la filosofía y los actuales, son de gran importancia, ya que, Prometeo defiende de una manera insistente la educación del individuo en su sociedad. Y no solo refiriéndose a la transmisión de conocimiento teórico o práctico, sino que, la se dirá que la virtud es enseñable para el hombre, y de una manera incansable se lo explica a Sócrates y a sus amigos, Protágoras le dirá a éste “no rehusaré, Sócrates. Pero ¿preferís que lo demuestre, como un anciano con jóvenes, relatando un mito, o prosiguiendo con un discurso razonado ‘?” (320a). Y con el relato del mito de Prometeo, Protágoras le demuestra a sus amigos que la virtud es enseñable.

        Protágoras nació en Abdera en el 485. a. C y murió en el 411. a. C. Uno de los primeros defensores de la democracia ateniense, convencido que lo único que hace diferente a las personas es su educación y no su naturaleza propuso una forma de enseñanza basada en la interpretación de mitos y en el desarrollo de habilidades. Pero hay sujetos que se revelan ante esta concepción de educación. Sócrates no creía que la enseñanza de la virtud fuera posible, ésta según Sócrates no se puede aprender ni por imitación y mucho menos como herencia de sus padres, “¿por qué?, podían verse padres ejemplares con hijos viciosos y viceversa. Por lo tanto, Sócrates pensará que la virtud es una excelencia del alma racional que es desarrollada de manera espontánea por los individuos y que es desterrada por la ignorancia. Cuando el hombre es ignorante es incapaz de ser virtuoso. Sócrates acusa a los sofistas de estafadores diciendo a su amigo “no nos vaya a engañar el sofista, alabando lo que vende, como los que venden alimentos del cuerpo, los comerciante y traficantes. Porque éstos negocian con mercancías, de las que ni ellos mismos saben cuál es provechosa o perjudicial para el cuerpo” (313a) estaban vendiendo un arte que no pueden transmitir.

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