Paradigmas y acción.

La idea central es que los paradigmas que poseemos afectan la forma en la que actuamos. Ejemplos al respecto los encontrarán en la lectura. 

Las indicaciones son las siguientes.

Tienen que plantear una situación con un protagonista que tenga a su vez un paradigma que lo haga actuar éticamente mal. Para ello, tienen que precisar: para la controversia.

- cuál es el paradigma,

- qué acciones y comportamientos se desprenden de dicho paradigma,

- y finalmente, cuál es el daño que dichas acciones suponen ya sea para el mismo protagonista como a otras personas.

Paradigmas y acción

Paradigma: Una persona bonita debe ser delgada

Isabel era una bella adolescente que siempre contaba con buena salud, pero se obsesionaba con la belleza en demasía pues consideraba que no tenía el cuerpo perfecto para poder gustarle a alguien, motivo por el cual comenzó a dejar de comer los alimentos que le prepara su madre o si los comía se iba al baño para inducir el vómito y eliminar lo consumido, estas acciones la llevaron a que caiga en la penosa enfermedad de la anorexia echo que origino que su salud se resquebrajara originando que la familia la tenga que internar de emergencia en un hospital para tratar de salvarle la vida, hecho que por suerte se pudo dar, luego de que le dieron de alta en el hospital la familia de la adolescente contrato los servicios de un psicólogo para que la ayude.

En este caso vemos que la adolescente pudo salvar la vida gracias a la ayuda de la familia, pero que hubiera pasado si no recibía el apoyo de su familia? lamentablemente lo que le esperaba era la muerte, es el caso de varias personas sean hombres o mujeres que piensan que la belleza solo se da cuando una persona es delgada caen en la penosa enfermedad de la anorexia o la bulimia destruyendo de esta forma su perfecto estado de salud con el que contaban hasta antes de caer en las mencionadas enfermedades, originándoles posteriormente la muerte

Paradigmas y acción

Paradigma: Digo las cosas tal y como son.

En el andar por las sendas de la vida, Jacob conoció a una agraciada señorita, entablaron una amistad y dada la naturaleza del ser humano de formar una familia, nació el amor y se casaron. Ella se llama Verónica. Tiene una dulce apariencia, una voz tierna que adormece y suaviza a cualquiera; pero, hay quien la haga irritar, o que simplemente por contradecirla en algunas afirmaciones y acciones que puede tener o no razón, estalla con tanta furia que irradia de su cuerpo tan naturalmente a través de sus palabras, lenguas de fuego directas al corazón. Esta forma de contestar, si bien es cierto, no se produce frecuentemente, no era la manera de tratar a las personas, debía tener tino y criterio al responder, quizás ser más pausada y pensar antes de responder cualquier palabra, poniéndose en la perspectiva de la otra persona. Cuando su esposo le increpó tal comportamiento, ella respondió: “Yo soy así, soy única, siempre soy directa cuando me expreso, es mi manera de ser, de actuar y no voy a cambiar porque es mi personalidad, soy así de sincera, si no te gusta piña.”

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