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Platon VIDA Y OBRAS


Enviado por   •  26 de Julio de 2014  •  Biografía  •  1.581 Palabras (7 Páginas)  •  585 Visitas

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Historia de la pedagogía

VI. PLATÓN

VIDA Y OBRAS

Platón nació en Atenas, de familia aristocrática, el año 428 a. C. A la edad de veinte años empezó a frecuentar a Sócrates y se contó entre sus discípulos hasta la muerte del maestro. La muerte de Sócrates fijó para siempre el rumbo de la vida de Platón.

La muerte de Sócrates le hirió como una injusticia irremisible, como la condena total de toda la política de su tiempo. De pronto, comprendió que era necesario cambiar de raíz las condiciones de la vida asociada y que ésa era precisamente la tarea de la filosofía. “Vi que el género humano no podrá liberarse del mal mientras no lleguen al poder los verdaderos filósofos o los regentes del estado no se conviertan por voluntad divina en auténticos filósofos”.

La escuela de Platón, denominada Academia por hallarse fundada en el gimnasio del héroe Academo, se organizó de acuerdo con el modelo de las comunidades pitagóricas, es decir, como una asociación religiosa, un thiasos.

Platón, después de haber sido detenido por el tirano un cierto tiempo, casi como un prisionero, dejó Siracusa y volvió a Atenas donde pasó el resto de sus días, dedicado exclusivamente a la enseñanza, hasta su muerte acaecida el año 347 a. C., a los 81 años de su edad.

Platón es el primer filósofo antiguo de quien se conserva toda la obra: una Apología de Sócrates, treinta y cuatro diálogos y trece cartas.

Es posible determinar tres periodos de la actividad literaria de Platón.

PRIMER PERIODO: DEFENSA DE SÓCRATES Y POLÉMICA CONTRA LOS SOFISTAS

Los dos primeros periodos de la actividad filosófica de Platón están dedicados a ilustrar y defender la enseñanza de Sócrates y a la polémica contra los sofistas. Un numeroso grupo de diálogos ilustra los fundamentos de la doctrina socrática, que ya hemos expuesto y que se pueden recapitular esquemáticamente en la forma siguiente: 1) la virtud es una y se identifica con la ciencia; 2) sólo como ciencia se puede enseñar la virtud; 3) en la virtud como ciencia consiste la única felicidad del hombre.

Sócrates sugiere aquí que el único valor que abarca y resume en sí todos los demás es el bien, que es único como es única la virtud, o sea, la actividad humana que debe realizarlo.

En otros diálogos del mismo periodo se insiste en la exigencia de reconocer la propia ignorancia como primer paso para emprender la investigación que llevará hacia la ciencia.

Para querer el mal, debe conocerlo y para conocerlo debe saber distinguirlo del bien; por tanto, debe conocer el bien, circunstancia que establece su superioridad con respecto a quien hace el mal sin querer, es decir sin ser capaz de distinguirlo del bien. Ahora bien, esto es absurdo, por tanto el diálogo tiende a sugerir que un hombre que conozca el bien y haga mal no existe ni existirá jamás: el mal es siempre ignorancia como la virtud es ciencia.

El Protágoras ataca en su base misma la enseñanza sofística demostrando su imposibilidad.

El Gorgias ilustra y defiende la otra tesis socrática fundamental: que sólo en la virtud como ciencia consiste la dicha. Contra los jóvenes sofistas de la escuela de Gorgias, que fundaban la justicia en el derecho del más fuerte, que hace siempre lo que se le antoja y no se preocupa por los demás, Platón demuestra que la injusticia es como una enfermedad del alma humana, la afea y la llena de insatisfacción y por lo mismo la vuelve infeliz. La justicia es el orden y la mesura que se debe imponer a los impulsos y deseos humanos.

SEGUNDO PERIODO: LA DOCTRINA DE LAS IDEAS

A partir de ese momento Platón va por propio impulso más allá de las doctrinas aprendidas de Sócrates, no obstante lo cual no se aleja del maestro. Los problemas a que ahora se enfrenta no habían sido abordados explícitamente por Sócrates, no obstante lo cual emergen de la enseñanza socrática y en una forma u otra estaban implícitos en las actitudes que el maestro mismo asumió durante la vida y frente a la muerte.

Uno de esos problemas es el de aprender. ¿Qué significa pues aprender? El Menón responde a esta pregunta. Según algunos sofistas no se puede aprender ni lo que se sabe ni lo que no se sabe; en efecto: nadie se afana por aprender lo que ya sabe y nadie puede afanarse por aprender si no sabe qué debe buscar. Pero este sofisma lleva a la renuncia del saber y a la molicie. Platón le opone un mito que, según él, por lo menos sacude a los hombres la pereza y los espolea a la búsqueda: el mito de la reminiscencia (anámnesis). El alma es inmortal; antes de vivir en un hombre ha vivido en otros cuerpos innumerables y de esa forma ha podido conocerlo todo, así en el mundo de los vivos como en el de los muertos. Cuando un hombre nace su alma olvida lo que conoció en

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