Platon Y El Problema Del Hombre
Enviado por 100892karo • 4 de Marzo de 2014 • 791 Palabras (4 Páginas) • 352 Visitas
Platón y el problema del amor
En una tríada de diálogos, en distintas épocas, Platón aborda de manera directa el problema del amor humano. Sus argumentaciones no pueden ser separadas del ambiente cultural y social de su tiempo (siglo IV a.c.), por lo que cada una de sus disquisiciones se involucra con el estado de la cultura en su tiempo. Pero, principalmente, sus textos amorosos pueden ser interpretados como una fuerte crítica a las prácticas sexuales de su época (sexualidad polimorfa) y al significado de las relaciones de filialidad, o amistad, preponderantemente dirigidas a las relaciones maestro-discípulo en la paideia griega.
Así, el primero de los textos es el Lisis, diálogo en el que se discute la naturaleza de las relaciones amorosas y pone en abierto enfrentamiento el virtuosismo de Platón contra el utilitarismo de los sofistas. La pregunta de este texto podría formularse de la siguiente manera: ¿es el amor una virtud?, y de ser así, ¿de dónde procede su naturaleza?, preguntas que quedan sin respuesta al final de su escrito. Lo que se rescata de este trabajo es la definición sofística del amor, blanco de los ataques de Platón. Dicha definición caracterizaba las relaciones amorosas con dos cualidades: a) no es necesaria la correspondencia en el amor, quien ama no necesariamente es también objeto de amor, y b) toda relación de amor conlleva un fin útil, es decir, tiene una finalidad práctica, el amante recibe siempre un beneficio de carácter material.
Tras la conclusión aporética del Lisis, en un diálogo de madurez abordará Platón el problema con una solidez intelectual y argumentativa que terminará por arrojar una de las definiciones más influyentes del amor en el mundo occidental. El diálogo citado es El Banquete, uno de los textos filosófico-poéticos más hermosos de la historia occidental. En este texto se cuenta una reunión entre los poetas, filósofos, médicos y comediantes más importantes de su siglo y en el que acuerdan componer de manera improvisada, cada uno, un elogio al dios Eros. El último en hablar es Sócrates, personaje en quién Platón coloca sus celebres consideraciones sobre el amor. Sin entrar en detalles, Platón argumenta lo siguiente: a) Eros “no es” un dios, sino un daimón, b) la naturaleza mítica de Eros caracteriza la función del deseo humano, c) el amor es una virtud que se refiere a los objetos bellos, d) la belleza “no es” una cualidad de los objetos del mundo material, por lo que el amor ha de buscarse en los “formas” trascendentes a la realidad, y e) el proceso del amor es análogo al del conocimiento.
En el primer inciso se refiere a que de acuerdo a la mitología griega Eros no posee las cualidades de un dios, sino de una creatura intermedia, entre lo humano y lo divino, situación que se explica a través del mito de su nacimiento (inciso b): sus padres son Poros y Penia (literalmente, “recurso” y “carencia”),
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