REAILIDAD COMO PUNTO DE PARTIDA
Enviado por REINALDOASC • 19 de Enero de 2013 • 1.937 Palabras (8 Páginas) • 530 Visitas
República Bolivariana de Venezuela
Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Programa de Profesionalización
Valle de la Pascua-estado Guárico
Introducción a la Filosofía
Profesor: Luís A. Mejías
La realidad como punto de partida
La Filosofía es siempre un producto tanto de la cultura como de la persona del filósofo que la lleva a cabo. En términos generales, podemos decir que la persona humana se halla constituida por dos polos contrarios entre sí, pero a la vez mutuamente implicados. Un primer polo se encuentra formado por lo más propio de la persona, lo que podríamos llamar mismidad. El segundo polo está representado por la comunidad en la cual tal persona se encuentra, en fin, por la cultura dentro de la cual se desenvuelve y a la cual pertenece. Es más, un hombre se convierte en persona sólo sobre el fondo de su colectividad, pues buena parte de lo que nosotros somos se lo debemos a nuestra cultura. Entendida esta como la que nos proporciona los bienes y servicios indispensables para la conservación de nuestra vida física; asimismo, es ella la que configura las costumbres y el propio lenguaje con el cual pensamos y nos comunicamos. Nada más obvio, entonces, que pensar que la sociedad y la cultura preceden al individuo y lo determinan en su formarse como persona, esto es, como individuo capaz no sólo de repetir automáticamente lo aprendido, sino también de asumir critica y responsablemente la herencia cultural que le ha sido transmitida.
Pero para que esto último acontezca, para que el hombre se convierta en critico y responsable, se requiere que su fondo colectivo, la sociedad en la cual habita, se haya densificado y cualificado suficientemente. Por eso los recientes estudios antropológicos indican que en las sociedades primitivas, arcaicas, donde no existía esa cualificación del colectivo, el individuo no lograba asumirse de forma crítica y responsable. Para que ello se produzca el fondo colectivo debe ser lo suficientemente rico en diversificaciones para canalizar las energías mediante aprendizajes adecuados y dadores de contenidos que orientan al individuo en su quehacer práctico. Esto no sucedía en las comunidades primitivas: lo más que su fondo colectivo podía proporcionar eran tabúes y ritos cíclicos (cuya modificación se prohibía) y tareas colectivas impersonales. Todo estaba hecho como para detener cualquier evolución de lucidez, de libertad, de la iniciativa creadora, y, por tanto, de cualquier movilización de las energías básicas del individuo.
Reparando en todo lo anteriormente dicho podemos comprender por qué fue en Grecia y no en otro lugar donde surge la filosofía. En efecto, las grandes culturas clásicas de la antigüedad oriental se mantienen en esa rigidez típica de las sociedades arcaicas. En China, Egipto, la India, Asiría y Persia la vida privada queda totalmente absorbida por la organización estatal y la dependencia de una Administración imperial que interviene en todo y presiona sobre los individuos.
Aún así hay que preguntarse por los factores que hicieron posible semejante cambio de actitud. Con ello regresamos a hablar de las variables socio-económicas y políticas que rodearon la Escuela de Mileto. Entre las que deben subrayarse, entre otras, la función liberadora que han debido desempeñar, para el espíritu, creaciones como la moneda, el calendario, la escritura alfabética; el papel de la navegación y del comercio en la nueva orientación del pensamiento hacia la práctica.
Las disciplinas filosóficas.
Durante mucho tiempo, todo el conjunto de conocimientos acumulados por la humanidad formaba parte de la filosofía. En tiempos de Aristóteles las partes integrantes de la filosofía eran la lógica, la física y la ética. El filósofo era también otras cosas: astrónomo, médico, naturalista, jurista etc. En la Edad Media, el conocimiento se dividía en dos partes: teología o conocimiento acerca de Dios y filosofía que designaba conocimiento sobre la naturaleza. Con la evolución y el crecimiento de cada esfera de conocimientos, distintas disciplinas fueron cobrando importancia por sí mismas, y se convirtieron en ciencia autónoma y se desgajaron del tronco común. Conforme se independizaban distintas ciencias, proceso que se fue incubando por mucho tiempo y que se aceleró a partir del siglo XVII, fue formando una problemática específicamente filosófica. Se formaron las disciplinas filosóficas como:
La Metafísica: término de origen griego, meta physika. Indica lo que está más allá de la física. La metafísica debe descubrir lo que está detrás de la naturaleza, lo que subyace en el fondo de todo lo que es. La metafísica fue identificada como teoría de los principios inalcanzables, existentes –o sólo imaginados- en el más allá del mundo visible.
La Ontología: las raíces griegas de esta palabra, que en la filosofía comenzó a usarse en el siglo XVII, son ontos, el ser y logos, tratado. El objeto de esta teoría filosófica es el ser en general, el ser como tal. Aristóteles la definía como la teoría del ser existente. El existente es todo lo que existe independientemente de nuestra conciencia.
La Gnoseología: del griego gnosis, conocimiento y logos, tratado, doctrina o teoría del conocimiento. Los asuntos principales que se plantean a la gnoseología son el de la naturaleza del conocimiento, sus fuentes, fundamentos; las formas y métodos del proceso del conocer y el problema de la verdad.
La Lógica: Disciplina que investiga las leyes y formas del pensar, así como los procedimientos para desenvolver el saber y para elaborar los sistemas del conocimiento científico. El desarrollo histórico de esta ciencia tomó dos sendas: una llevó hasta la lógica dialéctica y la otra la lógica formal y la lógica matemática. La lógica investiga las formas del pensamiento en que se fijan los resultados del conocimiento: conceptos, juicios, razonamiento, demostraciones, etc.
La Ética: teoría de la moral, fundamentación de los sistemas morales, de las maneras distintas de comprender conceptos como el bien, el mal, la justicia, el deber, la felicidad,
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