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Reflexiones sobre el hombre, la ciudad y el estado en la tradición filosófica de occidente


Enviado por   •  4 de Octubre de 2015  •  Apuntes  •  2.262 Palabras (10 Páginas)  •  199 Visitas

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Reflexiones sobre el hombre, la ciudad y el estado en la tradición filosófica de occidente

Unidad I         Tp n  1 Platón y Aristóteles

Filosofía

28/04/2014

Profesor: Néstor Rodríguez


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CONSIGNAS PARA PLATÓN:

LIBRO I:

2) a) Caracterizar la tesis de Trasímaco y exponer los argumentos con los que Sócrates la desacredita (336b-354c).

2) a) La tesis de Trasímaco consiste básicamente en: “la justicia es el interés del más fuerte”. Es decir, que el gobierno establece leyes en su propio interés, y para los ciudadanos es justo obedecerlas.

Ahora bien, para Trasímaco el hombre injusto es sabio y bueno, mientras que el hombre justo no es ni sabio ni bueno. En consecuencia, reflexiona Sócrates sobre el argumento de Trasímaco, el hombre injusto se parece al hombre sabio y bueno, y en cambio el hombre justo, no.

 Lentamente Sócrates va envolviendo a Trasímaco en su telaraña. Comenta: “Tratándose de cualquier conocimiento o falta de conocimiento, dime si el que sabe quiere aventajar, en hechos y palabras, a otro que también sabe, o solo actuar, en igualdad de circunstancias, como su semejante”. Trasímaco responde que el que sabe actúa, en igualdad de circunstancias, como su semejante. Por el contrario, afirmó Sócrates, el que no sabe procurará, a diferencia del que sabe, imponerse al sabio y al ignorante.

Ahora bien, el entendido, dijo Sócrates, es sabio, y si lo es, entonces es bueno. En consecuencia, el hombre bueno y sabio sólo ejercerá su superioridad sobre quien no es ni sabio ni bueno, es decir, sobre su contrario. Por el contrario, el hombre malo e ignorante tratará de ejercer su poder tanto sobre el hombre sabio y bueno como sobre el  ignorante y malo.

Si ello es así entonces el hombre injusto,  tratará de ejercer su poder tanto sobre su semejante como sobre su contrario, mientras que el hombre justo actuará de diferente manera: procurará no imponerse a su semejante sino tan sólo a su contrario.

Pero el sabio no se conformó con una argumentación tan simple y decidió recorrer otro camino para arribar al mismo destino. Hay ciudades injustas cuya intención es esclavizar a otras ciudades y sus pueblos.

Sócrates continuó con su argumentación implacable. Porque la injusticia sólo conduce a la discordia, a la división, al odio, mientras que la justicia posibilita un ambiente de concordia y amistad. En consecuencia, si la injusticia provoca violencia y desunión lo más probable es que ningún grupo esté en condiciones de realizar ninguna obra en común. Ante el asentimiento de Trasímaco, Sócrates afirmó “que la injusticia, donde quiera que se la encuentre, ya sea, en una ciudad, o en una tribu, o en un ejército, o en una sociedad cualquiera, parece impedir la acción en común a consecuencia de las diferencias y discrepancias que excita, además de que la hace enemigo de ella misma y de cuantos elementos le son contrarios, es decir, de los justos”. Finalmente, luego de aplicar el mismo análisis al hombre y sus acciones, llega a la conclusión de que la injusticia hace del hombre su peor enemigo al sembrar la discordia en su alma.

La justicia, en suma, es preferible y es superior a la injusticia. Dice el filósofo, “que los justos se nos revelan sabios, mejores y capaces de obrar, en tanto que los injustos son incapaces de toda acción en común, y cuando decimos que éstos han emprendido de consuno alguna acción duradera, no expresamos toda la verdad, porque si fueran completamente injustos no se respetarían entre sí; es evidente que hay entre ellos cierta justicia que les impide hacerse mutuamente daño, mientras se lo hacen a todos aquellos contra quienes se dirigen, y que esta justicia les ha servido para lograr sus propósitos; en realidad, se han lanzado a sus perversas empresas corrompidos solo a medias por la injusticia, pues quienes son malos e injustos del todo son asimismo completamente impotentes para obrar”.

Libro II:

3) a) ¿Qué nuevos argumentos aportan Glaucón y Adimanto (357a-356e) en favor de la tesis de que el poder vuelve legítimo cualquier acto del tirano?

 b) ¿Cuál es el problema que se plantea con el ejemplo del anillo de Giges en relación con la actividad del hombre injusto y la del justo?

3) a) En el comienzo del libro segundo de Platón, a partir de la pregunta generada por Glaucón, hermano del mismo, de “la justicia, ¿que tipo de bien es?” y tras querer superar a Trasímaco, surgen 3 hipótesis: 1- la justicia como un bien que nos agrada por sí mismo (los placeres), 2- un bien que se quiere por sí y por sus efectos (la vista, la salud) y 3- un bien que no se quiere por si sino por sus efectos (el ejercicio, una dieta, etc.). Glaucón pregunta entonces a Sócrates en que categoría ubicaría a la justicia, a lo que responde que en la segunda, un bien que se quiere por sí mismo y por sus efectos. En discordancia, Glaucón, la ubica la justicia en la tercera categoría.

Glaucón considera que es bueno por naturaleza cometer injusticias y malo padecerlas, pero cuando experimentan las injusticias entre si se crean acuerdos de conveniencias, lo que da origen a la justicia, considerándola como algo intermedio entre lo mejor (cometer injusticias impunemente) y lo peor (no poder desquitarse cuando se las padece)

Glaucon asimismo sostiene que quienes actúan con justicia lo hacen no porque sea un bien, sino porque son débiles a sufrir injusticias.

3) b) El hombre al ser injusto por naturaleza, y actuar solo justamente por conveniencia, si se le daría el poder a los mismos de  hacer lo que ellos quieren, los dos tomarían el mismo camino.

Esta situación solo podría ocurrir en el caso de que existiera el anillo de Giges, el cual otorga la cualidad de la invisibilidad y así cometer injusticias sin ser juzgado. Glaucón afirma, siguiendo el pensamiento de Trasímaco, que nadie es justo voluntariamente, y todos cometerían injusticias si pudieran, ya que todos piensan que la injusticia brinda más ventajas individuales que la justicia. Incluso el hombre justo, siendo invisible, intentará cometer delitos correctamente, esto es, sin ser descubierto.

Todo esto, Adimanto lo respalda en la importancia social acerca de tener la reputación de un hombre justo (obtener cargos, casamientos convenientes, etc.), aunque sea solo la apariencia.

Glaucón sostiene que la persona que no comete crimen en estas condiciones sería considerado como el ser mas desdichado y tonto, aunque lo elogiaran en público, por no tener el valor de cometer la injusticia.

De este modo el hombre injusto puede parecer el más justo; y el hombre injusto puede parecer justo: “la más alta injusticia consiste en parecer justo sin serlo.

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