Reseña: “Los no lugares espacios de anonimato” Marc Auge

Universidad del valle

Facultad de artes Integradas

Escuela de Arquitectura

Teoría III

Arq. Joaquín Llorca

Estudiantes: Andrés Acevedo, Derly González, Marcelo García

Reseña: “Los no lugares espacios de anonimato” Marc Auge

“La modernidad es lo transitorio, lo fugitivo, lo contingente, sino que es la mitad del arte,

el otro es lo eterno y lo inmutable”

 Charles Baudelaire

De los lugares a los no lugares

Para realizar un estudio y no caer en una anacrónico nos situaremos brevemente en la época de la intelectualidad francesa, la cual predomina un escepticismo hegemónico  el cual se denominó “El affaire Dreyfus” con movilizaciones por parte de los estudiantes a causa de la de-colonización de Argelia, dado esto se realizó un desarrollo del ideal francés en de la llamada postmodernidad en 1980 la cual ejemplifica y problematiza, esta sitúa la reflexión en estratos superpuestos, ya que relee la crítica e la tradición antropológica francesa y propone e interpreta la realidad a partir de la tradición.

Es aquí donde se hace hincapié en lo que Auge denomina como sobremodernidad, esta una modernidad en exceso, desbordada y salida de su propio eje, es aquí donde los no lugares convergen, y se identifican con el espacio en tránsito de flujos dominantes de las sociedades sobremodernas, desplazando la hegemonía del espacio antropológico, fijo estable, sede de identidad y de subjetividad. Aquí existe una inquietud antropología en base al sujeto de modernidad pues está obligado a situarse en un lugar/mundo siempre extraño.

Ahora bien partamos de lo que significa lugar, según la rae un lugar se define por una porción de espacio, sitio o paraje, ciudad o villa. Esta definición es acorde a los llamados por Augé lugares antropológicos lo cuales poseen tres características: Son identitarios pues tienen sentido de unidad para aquellos que los habitan, definen a un grupo una cultura o una región; relacionales  porque ser miembro del lugar implica un desarrollo grupal que no es estático y que se sostiene en base al discurso y a un determinado lenguaje; históricos ya que por ellos transcurren el tiempo y sus pobladores viven en la historia y conciben la duración en estancia, además de que tienen añoranza de tiempos mejores; y simbólicos porque se determinan como auténticos.  

“Si un lugar puede definirse como lugar de identidad, relacional e histórica, un espacio que no puede definirse ni como espacio de identidad ni como relacional, ni como histórico definirá como no lugar” (Auge, pág. 83)

La sobremodernidad es productora de dichos no lugares, de espacios que no son en sí lugares, que no integran los lugares antiguos “lugares de memoria”, un mundo como menciona Augé se multiplican los espacios, en modalidades lujosas e inhumadas puntos de tránsito y ocupaciones provisionales donde se desarrollan itinerarios o caminos trazados por las personas para comunicarse en los espacios habitados, esta enmarañada relación hay que anexarle que los no lugares existen al igual que los lugares.

El lugar y el no lugar son polaridades falsas: el primero nunca se queda completamente borrado y el segundo no se cumple nunca totalmente, hay un juego intrínseco entre identidad y relación. La distinción entre lugares y no lugares pasa por la oposición del lugar con el espacio, la relación del sujeto con el entorno. Para Michel de Certeau no existe una oposición entre los lugares y los espacios, como los lugares a los no lugares, para este autor el espacio  es un lugar practicado un cruce de elementos en constante movimiento. Los caminantes son los que transforman en el espacio la calle definida como lugar por el urbanismo.

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