Resumen De Lecturas ética UNALM
Enviado por davidjosue100 • 27 de Octubre de 2014 • 3.856 Palabras (16 Páginas) • 706 Visitas
RACIONALIDAD OCCIDENTAL Y RACIONALIDAD ANDINA
Idea principal: La racionalidad andina radica en la supervivencia de grandes unidades étnicas en forma colectiva, por lo que la racionalidad occidental no lo aceptó.
Tratar de asumir que la racionalidad occidental es mejor que la racionalidad andina o viceversa, es como decir que no importa el espacio donde se encuentra uno, sino que se debe aplicar una forma de vida única y absoluta.
La manera cómo se llevo a cabo, por parte de los españoles, de imponer su racionalidad en la vida andina, no solo se llevo a cabo en la explotación humana sino en la irracional imposición de trabajo agrario, pues los Andes no son apropiados para la forma de producción española, ya que sus suelos son escasamente planos y no responde a la producción de masa ni al monocultivo.
Existen muchas ventajas en la forma de vida racional de los andinos, que lamentablemente los españoles no dieron cabida a poder entenderlos, por ejemplo los suelos andinos han permitido un uso racional del agua, los diversos pisos ecológicos eran usados para el desarrollo de diversos cultivos (no practicaban el monocultivo), la sociedad andina no buscó perfeccionar los instrumentos agrarios sino que se adaptó al ritmo de la naturaleza, a lo mucho se sabe que hizo uso de la taklla y de la raywana.
Los antiguos peruanos domesticaron más de 150 plantas y mejoraron varias especies haciéndolas resistentes a las heladas, las plagas, el granizo y la sequía, como también tolerantes a la salinidad del suelo.
La racionalidad andina tuvo como función organizar y proporcionalizar las áreas de producción sin alterar el ecosistema, ya que los andinos no tenían el fin de producir para comercializar sino que todo lo que producían era para abastecer sus propias necesidades. Esta idea es también avalada por la ocupación humana en realizar trabajos colectivos, dando una identidad con el grupo social.
El fin de la racionalidad andina no era el individualismo, sino era el colectivismo buscando un bien común, es decir el perfeccionamiento de la sociedad en su conjunto. Todas las áreas de producción donde trabajaban no tenían dueños particulares, por lo que el individuo de la etnia según sus necesidades trabajaba en diferentes pisos ecológicos.
El sistema de producción andina y el sistema de producción asiático son muy diferentes. Estos últimos se basan en una sociedad de grupos autosuficientes, en cambio la organización incaica siempre trataron de expandir sus terrenos agrícolas, perfeccionar el conocimiento del suelo y perfeccionar nuevos cultivos. Una técnica que utilizaron y que hasta nuestra actualidad se usa, es la deshidratación de algunos alimentos para evitar la putrefacción cuando es transportada en distancias muy largas, un ejemplo conocido es el chuño. Esta técnica de conservación de alimentos lo inventaron según la forma colectiva para la repartición de productos. Cabe resaltar que esta invención sigue aplicándose ahora después de la conquista española.
Tanto lo occidental y lo andino tienen un punto de vista moral particular, en cuanto a lo andino su identidad se basaba en el colectivismo, mientras que el occidental en el indivudualismo, por cuanto actuaron con los indígenas con el mismo modo de ser de ellos.
Racionalidad Occidental y Racionalidad Andina
En el siguiente análisis procederé a contrastar la lectura de Racionalidad Occidental y Racionalidad Andina, con uno de los postulados propuesto por CHARLES TAYLOR. En este análisis explicaré como es que se relaciona esta lectura con uno de los postulados de “los 3 malestares de la Modernidad” - Primacía de la Razón Instrumental.
El autor plantea que los europeos que llegaron a América no entendían la sociedad andina y que por ello ponían en cuestionamiento su racionalidad. Alude que la falta de este reconocimiento a otra mentalidad a la suya era porque al hacerlo tenían que reconocer los límites de esta así como reconocer la fortaleza de la racionalidad andina.
Peña Cabrera ubica el origen de la racionalidad occidental, entendida como "razón instrumental", en el cambio de actitud del hombre europeo con la aparición de la máquina ya que en este momento el hombre se distancia de la naturaleza; aumenta la productividad, y se crean excedentes que hay que comercializar. El campesino ya no produce para su propio abastecimiento sino para el comercio de sus productos en el mercado: es decir que la producción se convierte en un fin en sí misma. La tierra deviene objeto de explotación y el hombre, antes parte de la naturaleza, se convierte en su explotador.
El asunto ya no es, producir para la subsistencia sino para el cambio (por dinero) y la acumulación, es decir, de lo que se trata ahora es de cómo producir más en menos tiempo. Todo lo cual conduce a una racionalidad de medios antes que de fines pues lo que importa es buscar los medios adecuados para los fines, sin preocuparse de éstos.
Frente a esta mentalidad que llega a América y se impone brutalmente, la mentalidad andina llega al dominio de su espacio -espacio, por lo demás, completamente distinto al del europeo- mediante una organización social del trabajo donde, ausentes los valores individuales, se privilegian los sentimientos colectivos y la solidaridad. No se busca perfeccionar los instrumentos de producción introduciendo aparatos mecánicos en sustitución del hombre sino que, por el contrario, se apunta a la plena ocupación humana en trabajos colectivos sobre la base de un fuerte sentimiento de identidad con el grupo social.
Como consecuencia de ello en lugar de un distanciamiento del hombre respecto de la naturaleza se produce una adaptación de aquel al ritmo de ésta. Por último, todo el proceso productivo es controlado y dirigido por un Imperio que como el Incaico organiza las fuerzas productivas no con miras a la acumulación sino en vista a la repartición proporcional de los productos que asegure el adecuado abastecimiento de todos sus miembros.
Ante el fracaso de la mentalidad occidental en imponer sus esquemas a una realidad tan distinta como la andina, surge un reto fundamental: modernizar los Andes. En efecto, señala Peña Cabrera que una de las razones del fracaso de la racionalidad occidental en el mundo andino reside en su tendencia a homogeneizar la naturaleza para hacerla más controlable y para hacer la producción más rentable. Contrasta con ello las características del suelo andino –inapropiado por su desnivel para la producción en masa, el monocultivo y la mecanización- así como la existencia de microclimas y pisos ecológicos que se traduce en la enorme variedad de cultivos que en los Andes prehispánicos eran organizados de acuerdo al principio de la complementariedad.
Como
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