SOBRE LA MODERNIDAD
Enviado por carlosperisc • 20 de Agosto de 2013 • 1.698 Palabras (7 Páginas) • 437 Visitas
Prof. Lic. Carlos Aníbal Peris
carlosperisc@gmail.com
El presente ensayo busca rescatar el valor de las ideas críticas hacia la modernidad por parte de Michel Foucault. Los mismos son de suma importancia pues, primeramente, la modernidad aun es un hecho actual y, en un segundo plano, refutarla a partir de la perspectiva foucoultiana implica analizar desde aquello que es, es decir, como la misma se conformó a través de un tipo de poder basado en la racionalidad.
I. MODERNIDAD, EL HECHO PRINCIPAL
Terminada la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de los estudios académicos se basaron en la crítica al positivismo puro y a los hábitos conductuales de las masas y sus respectivos líderes. La pregunta fundamental era: ¿cómo se llegó a una guerra que ha reflejado tanto odio, fanatismo y racismo? El comportamiento del pueblo alemán y la existencia de los campos de concentración eran los contenidos principales para ser abordados bajo la reflexión científica.
No fue hasta la década de 1960, gracias a las investigaciones de Michel Foucault (1926-1984), y la consolidación de los trabajos de Theodor Adorno (1903-1969) y Max Horkheimer (1895-1973) que ha cambiado el paradigma de interés: el holocausto, finalmente, era el resultado de la modernidad. Los tres autores, de diferentes maneras, afirmaban que la real crítica se debería enfocar en los procesos de modernización. Mientras que Adorno y Horkheimer centraron sus refutaciones desde la consolidación del capitalismo. Foucault, por su parte, lo hizo a partir del saber, intentando comprender el conjunto de prácticas y discursos que se impusieron como válidos para generar el elemento denominado modernidad.
II. SOCIEDADES DISCIPLINARIAS, LA RAZON INSTRUMENTALIZADA
Según la perspectiva de Michel Foucault, el principal objeto de estudio de todo cientista social no correspondía en abordar solo el poder, más bien, consistía en elaborar una crítica seria y fundamentada hacia la modernidad y sus diferentes procesos. El análisis debía concentrarse en discutir sobre los saberes que la actualidad había establecido de manera verdadera, pues solo de esta forma, se podría llegar a comprender la realidad, en resumen, los transcursos modernos en el cual occidente racionalizó todo conocimiento, costumbre y actuar.
El máximo nivel de racionalización se ha presentado mediante la construcción de las “sociedades disciplinarias”. En aquellas, se logró observar a la modernidad y su desarrollo en base al poder de la razón. Para Foucault, la razón no solo se ha utilizado en dominar a la naturaleza, además, se ha focalizado para intentar conquistar a los seres humanos. Los hospitales psiquiátricos y las cárceles, son claros ejemplos de instituciones que han aplicado el poder de la razón.
De hecho, las “sociedades disciplinarias” lograrían analizarse desde la locura o el crimen, porque, en el caso de la primera, no existe ninguna otra cosa que ubique en peligro a la razón . Es así cómo ha nacido el manicomio, aquel lugar donde la sociedad racional aparta a los enfermos mentales. Lo mismo ocurre con la delincuencia, a través de las prisiones, entidad necesaria para castigar al que violó la Ley o se ha salido de la norma. Es decir, mediante estos dos establecimientos, los comportamientos de los hombres se sistematizaron lógicamente ante organismos correctivos.
En la dimensión política la razón se ha traducido mediante la creación del Estado. Aquella instauración que afirma: “si bien tú no ejerces el poder, pues sin embargo eres soberano, incluso: cuanto más renuncies a ejercerlo más libre y autónomo serás” . La relación entre el ser humano y el Estado, es lo que para Foucault se ha definido dentro del “poder pastoral”. El pastor es el dueño de la manada y aquel que la domina, esto se debe por la resignación del individuo confesando sus pecados. Se crea, consiguientemente, una dependencia del poder, que se fundamentó en la desigualdad, en nuestro devenir actual, la supremacía ya no se halla en la Iglesia sino en los saberes e instituciones del Estado.
Consecuentemente, la modernidad ha inventado soberanías sometidas: el alma (soberana sobre el cuerpo y sometida a la moral), la conciencia (soberana al orden del juicio y sometida al orden de la verdad), el individuo (soberano titular de sus derechos y sometido a leyes de la sociedad) y la libertad fundamental (interiormente soberana y exteriormente aceptando su destino). Por lo tanto, la principal crítica a la modernidad se ha construido en el saber racional que ha obstruido el deseo y la libertad, excluyéndolas como parte esencial de la naturaleza humana.
Hoy el hombre ya no es aquel que piensa o que se encuentra en el centro dominando la realidad. El ser humano actual está inmerso dentro de la realidad y forma parte de la trama histórica. La modernidad ha establecido una tendencia enferma e insistente por instituir procesos de racionalidad. Ha subjetivado al sujeto reduciéndolo a materia pura, en otras palabras; ha construido un sujeto cosificado.
III. EL DOMINIO DE LA RAZON
El poder construido en la modernidad no solo es aquel que reprime, también es el que logra observar, controlar, seducir, imponer, inducir y dominar. En occidente, por consiguiente, se ha producido una combinación bastante asombrosa y compleja: técnicas de individualización y procedimientos de totalización que instrumenta a los hombres: ciudad y el ciudadano, por ejemplo.
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