Santo Tomás De Aquino

Santo Tomás de Aquino.

1. Biografía.

El máximo representante de la filosofía escolástica es santo Tomás de Aquino. Santo Tomás de Aquino fue el artífice de la introducción de la filosofía aristotélica en el pensamiento cristiano, basado hasta entonces en la filosofía de san Agustín de corte eminentemente platónico. Italiano por parte de padre, Landolfo (conde de Aquino) y normando por parte de madre Teodora, nació en Roccasecca en 1221. Inicio sus estudios en la abadía de Montecassino, pero las continuas guerras entre el Papa y el emperador, le obligaron a abandonar la abadía y dirigirse a la recién fundada universidad de Nápoles. Allí entró en contacto con la orden dominicana en la que ingresó. Entre 1248 y 1252 fue discípulo de Alberto Magno en Colonia. Impresionado por su talento, Alberto Magno le señaló para un puesto de joven bachiller en la universidad de París. En 1256 consigue hacerse con la plaza de magister en la Universidad de París. En años posteriores se dedicaría al peregrinaje por las distintas universidades europeas, Colonia, Bolonia, Roma, Nápoles. Posteriormente regresaría a París para combatir a los antiaristotélicos y averroístas encabezados por Siger de Brabante. La muerte le sorprenderá a los 53 años, camino de Lyon donde el Papa Gregorio X le había llamado para participar en el concilio que allí se celebraba.

2. Contexto histórico-cultural.

El siglo XIII representa el periodo áureo de la teología y la filosofía. Esto es debido a varios factores: la creación de las universidades, la fundación de las órdenes mendicantes (franciscanos y dominicos) y el contacto de los medios culturales occidentales con obras filosóficas desconocidas hasta entonces.

Desde el punto de vista político, nos encontramos en una época donde se produce una consolidación de los municipios y de un gran desarrollo de las clases burguesas. Es la época de la disputas entre el Imperio y el Papado. Federico II fracasa en su intento de restauración imperial vencido por la fuerte autonomía de las ciudades. Es el periodo de la teocracia papal que, con Inocencio III, aspira a la plenitud del poder (plenitudo potestatis). Esta época coincide con la crisis del mundo islámico que se reflejará en la toma de Constantinopla por los cruzados en el año 1204.

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En lo que se refiere a las instituciones eclesiásticas, es la época en la que surgen las dos principales órdenes religiosas medievales: los franciscanos y los dominicos. Al contrario que otras órdenes de tipo ascético como los Humillados y los Flagelantes que predicaban la huida de las ciudades con un discurso apocalíptico, las nuevas ordenes se centraban en las ciudades como verdaderos centros económicos y culturales. Dedicados a la predicación comprendieron rápidamente la importancia de la universidad, como instrumento idóneo para la profundización doctrinal y la evangelización. El verdadero centro intelectual de las ciudades era la universidad. Las cátedras fueron inmediatamente copadas por miembros de ambas órdenes.

Nos encontraos en la fase de nacimiento y desarrollo de las universidades. Las universidades se convierten en grandes centros de enseñanza e investigación; las órdenes mendicantes brindan una gran cantidad de maestros muy cualificados; la nueva bibliografía se centra sobre todo alrededor de los escritos de metafísica y de física de Aristóteles que, conocidos a través de los árabes, ahora son redescubiertos en su redacción originaria. Si bien la primera universidad que se fundó fue la de Bolonia (interesada principalmente en Derecho), fue París la principal universidad especializada en filosofía y teología. Precedida por las escuelas de Chartres y San Víctor, la universidad de París surge en el año 1200, cuando Felipe Augusto liberó de la potestad de la jurisdicción ordinaria a maestros y alumnos, poniéndolos bajo la jurisdicción del obispo de París. Su primera

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organización se produce en 1215 en lo que respecta a sus disciplinas (facultad de artes y facultad de teología).

Otro de los grandes acontecimientos de este siglo es el conocimiento y lenta difusión del pensamiento de Aristóteles, en lo que respecta a la física y a la metafísica. Si bien los escritos lógicos del estagirita eran conocidos desde hacía algún tiempo, por primera vez fueron sometidos a debate sus escritos sobre cosmología y metafísica. El redescubrimiento de Aristóteles supone una nueva concepción del hombre estrictamente filosófica y racional, independiente de las verdades cristianas. De esta forma el principal punto de estudio y de reflexión será el de conciliar el punto de vista racional y filosófico con la fe cristiana, las relaciones entre razón y fe, filosofía y teología. Cabe decir que el siglo XIII es el siglo de la aceptación o del rechazo de Aristóteles, del replanteamiento de su doctrina en el contexto de las verdades cristianas, es decir, de su cristianización.

3. Contexto filosófico.

3.1. Averroes de Córdoba y el Averroísmo latino.

a) Averroes (Ibn Rusd) de Córdoba (1126-1198).

Averroes nació en Córdoba en 1126. Fue médico, jurista, pero sobre todo fue el Comentarista de Aristóteles. Su comentarios pueden dividirse en tres clases:

- Las paráfrasis, que dan una breve versión de las conclusiones de Aristóteles.

- Los comentarios medios, en los que se presenta una explicación del contenido de las

tesis aristotélicas, así como sus propias consideraciones.

- Los comentarios mayores, que ofrecen primero el texto de Aristóteles y después una

detallada explicación.

Averroes pretende delimitar los ámbitos respectivos del saber y de la fe coránica. Sin embargo su admiración por Aristóteles le lleva a tener una confianza sin límites en la razón. Comparte con Aristóteles las tesis de la eternidad del mundo y la negación de la inmortalidad del alma. Estos elementos hacen que la filosofía de Averroes se transforme muy pronto en fuente de preocupaciones para la autoridad eclesiástica y provoque encarnizados debates entre los maestros de París.

Según Averroes, la doctrina de Aristóteles coincide con la verdad suprema, por lo tanto intenta captar su auténtico pensamiento a través de un comentario escrupuloso de las obras de Aristóteles. Para Averroes las diferencias de opinión entre los filósofos y los teólogos deben atribuirse a diferencias de interpretación, más que a una diversidad efectiva de principios esenciales. Sin embargo, cuando se planteen diferencias, se hace preciso interpretar el texto religioso en el sentido exigido por la razón, ya que

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