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TRIÁNGULO DIDÁCTICO


Enviado por   •  27 de Diciembre de 2013  •  2.483 Palabras (10 Páginas)  •  860 Visitas

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EL TRIÁNGULO DIDÁCTICO

En el ámbito de la pedagogía, son muchas las teorías, sistemas de enseñanza y métodos que cada vez surgen con la finalidad de atender las necesidades del sector educativo en distintos países; sin embargo, son pocos los contextos donde han tenido los impactos esperados, ya que es complicado implementar modelos educativos que se adapten a las necesidades de sectores de la población donde el aspecto sociocultural se vuelve un obstáculo al intentar implementar novedades o innovaciones que plantean las autoridades educativas en sus distintas jerarquías; el medio donde deben aplicarse las reformas en cuanto a programas o teorías pedagógicas es, en muchas ocasiones un factor fundamental que ha ocasionado que estas innovaciones no tengan el impacto esperado; existen muchos contextos donde prospera la diversidad étnica; sobre todo si se trata de países sub desarrollados, donde los avances tecnológicos y novedades pedagógicas llegan a destiempo o el mismo contexto es inapropiado para su aplicación; como ejemplo podemos citar el uso de las computadoras para la enseñanza en las escuelas ubicadas en comunidades muy apartadas donde no disfrutan de la tecnología más simple como la energía eléctrica.

En muchos países y escuelas, existen docentes comprometidos, quienes se han preocupado por adoptar estos modelos y planificar sus clases de acuerdo a las consideraciones que estos programas incluyen, así como las distintas teorías que los autores han plasmado en sus bibliografías referentes al proceso áulico.

En el tópico que trataremos aquí, se hace referencia a un sistema de interacción entre tres elementos que el autor denomina polos; mismos que a través de un proceso denominado triangulación, interactúan para hacer posible la misión principal de la enseñanza, el hecho de que el sujeto alumno logre apropiarse de los conocimientos que otro sujeto profesor le presenta.

En el anterior escrito, se hizo mención de la importancia que tienen las relaciones, específicamente de las relaciones afectivas en el proceso que se da para que un individuo aprenda determinada labor o contenido programático cuando se trata de un contexto escolar; en ocasiones se ha escuchado que los estudiantes rechazan una asignatura solo porque el mentor no les simpatiza, muestran cierto rechazo.

Es evidente entonces, que las relaciones afectivas que deben prosperar en el ambiente escolar, sin duda, favorecen el interés de los estudiantes por la asignatura que se le enseña; por tal motivo, trabajar este aspecto en el proceso que se da en las aulas didácticas en un aspecto que debemos tomar en cuenta, durante el transcurso de la práctica docente. Con respecto a lo anterior señalado, Cecilia Fierro (2002), afirma que “El aprendizaje es una profesión hecha de relaciones entre personas, no puede entenderse solo como la adquisición de nuevos conocimientos.

Está claro que la calidad en este proceso depende en gran medida de la calidad del trabajo docente, mientras más tiempo de calidad le dedique el profesor a sus actividades antes, durante y después de clases estará contribuyendo a mejorar este proceso formativo; esto sin dejar a un lado otras aptitudes y actitudes que el ser docente debe mejorar constantemente en él, para ofrecer lo mejor de su trabajo en el aula didáctica.

Con relación al alumno; podemos señalar que para llegar al saber, debe tener contacto con el aprendizaje; pero el aprendizaje no es algo extrínseco, sino que él debe aprender a interiorizarlo tal como se le presenta; de manera que las acciones habituales son la repetición de lo que se tiene que aprender y el ejercicio, entendido como copia del modelo realizado por el docente, hasta que el chico o la chica es capaz de automatizarlo. Ahora; que el alumno comprenda lo que se le enseña, depende, en gran medida, de que su profesor o su profesora sea capaz de ayudarlo a comprender, a dar sentido a lo que tiene entre manos; es decir depende de cómo se presenta, de cómo intenta motivarlo, en la medida en que se le hace sentir que su aportación será necesaria para aprender; tal es el caso en el que el profesor maneja la enseñanza de una forma y tiene la capacidad para cambiarlo o manipularlo de acuerdo a los estilos de aprendizaje de sus alumnos y alumnas; en el caso de los chicos y las chicas, el aprendizaje es en sí mismo un crecimiento de su conciencia y de entender su propia realidad, es decir, que el aprendizaje está en él y no fuera; aquí el punto fino es lograr que lo interiorice. Se sabe que muchas personas aprenden sin tener profesor, ya que la vida misma se encarga de darnos las herramientas cognitivas para aprender. El profesor construye las condiciones para que los alumnos entren en contacto con el milieu e interactúen con él, para comprender lo que ven, lo que tocan, lo que manipulan, lo que infieren; ya que, mientras más órganos de los sentidos se logre motivar en el esquema mental del alumno; éste tendrá más posibilidades de construir su propio conocimiento.

El ambiente que el profesor o la profesora debe propiciar en el contexto áulico con el propósito de favorecer de manera significativa el proceso de enseñanza y aprendizaje, es lo que algunos autores llaman el milieu; mediante este ambiente dialéctico el profesor buscará, usando ingeniería didáctica, articular la relación que debe darse entre el alumno con ese espacio (milieu); sin embargo, en el esquema que traza el triángulo didáctico o más bien, en los polos que forman este polígono no aparece de manera explícita este elemento del que hacemos referencia; por tal razón, el mismo Bruno D’ Amore, en su artículo Epistemología, didáctica de la matemática y prácticas de enseñanza; apunta que si introducimos este nuevo elemento (el milieu) podemos pasar a un cuadrilátero de la didáctica; sin embargo y según el mismo D’ Amore, también este hecho es insuficiente, ya que no considera la diferencia existente entre saberes escolares y la heterogeneidad presente en las distintas formas o estilos de aprendizaje de los alumnos; por tal razón Brousseau propone un hexágono de la didáctica donde anexa elementos que en el triángulo solo se generalizó como la noósfera; para tal fin, los vértices que propone son estos: sistema educativo; saber escolar; conocimiento; contexto; aprendiz y estudiante.

Hagamos énfasis ahora en el conocimiento (saber); Cuando un alumno adquiere un conocimiento, entendiendo las situaciones con su particular lenguaje y lo interpreta de igual forma, es cuando se da el saber personal; ahora bien, en el momento en que las palabras del estudiante son remplazadas por las del docente haciendo referencia de libros y programas educativos, se da el saber institucional, lo cual significa que es

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