Totalitarismos Relación: Movimiento futurista y el fascismo italiano

Universidad de la Sabana

Ángela Castilla Orozco

Ensayo: Totalitarismos

Relación: Movimiento futurista y el fascismo italiano

     El fascismo italiano fue un movimiento político y social que iba de la mano con el político Benito Mussolini. Conste, pues, que su base fue el movimiento futurista. Así, pues, el fascismo y el movimiento futurista tienen distintas relaciones, las cuales son: la violencia como mecanismo de control y las ansias de restablecer un orden social partiendo de un carácter nacionalista. Antes de pasar adelante conviene señalar que, el movimiento futurista fue una rebelión violenta por jóvenes intelectuales, cuyo objetivo era alterar el conocimiento tradicional.

       Con esto llegamos a el hecho histórico después de 1900 donde hubo un cambio interno causado por el dominio de una elite cultural la cual tenía como base las tendencias nacionalistas de carácter militante y violento. Así pues, se debe aclarar que el futurismo italiano fue proveniente de élites artísticas por lo que, sus inicios discursivos fueron de carácter literario cuyos orígenes será la vanguardia florentina. En principio, esta tenía como portavoces Papini y Prezzolini. Periódico modernista Leonardo, que alababa el genio nacional y la expansión… reclamaba la regeneración espiritual y cultural, y la necesidad de una religión secular. (Payne, 1995, 83) es decir, mediante el periódico modernista Leonardo empieza la transformación social relacionado con el nacionalismo, la expansión y la urgencia de la regeneración espiritual y cultural. Cabe concluir que, Payne alude a que la crisis cultural fue una de las explicaciones acerca del origen del futurismo. A esto se añade, la afirmación de una posible relación entre el fascismo y los futuristas.

     Todas estas observaciones se relacionan con los simbolismos, en este caso será el significado de la sangre. El ejemplo más agudo fue el significado de la sangre en los tiempos de guerra, por lo tanto, Payne hace referencia a: La sangre es el vino de los pueblos fuertes, y la sangre es el petróleo para las ruedas de esta gran máquina que vuela del pasado al futuro.   (Payne, 83) la sangre como símbolo de fortaleza, conquista y de un cambio abrupto, necesario para los futuristas. Sin dejar a un lado, la importancia de su periódico Lacerba era: El futuro necesita sangre. Necesita víctimas humanas, matanzas. (Payne, 83) en otras palabras, para llegar al nuevo orden moderno se necesitaba acabar con todo aquello que se guiara por lo tradicional. En síntesis, la simbología de la sangre fue un factor que determinó el deseo de restablecer un nuevo orden sin importar el gran daño que generaban causando, altos niveles de violencia y opresión.

   Antes de continuar, se debe aclarar que el patriotismo también fue un elemento predominante, ya que la persuasión era la herramienta para ejercer violencia, es decir, no sólo se basaba en los simbolismos que conllevan a los actos violentos sino en la forma como los fascistas y futuristas utilizaban su retórica para impulsar momentos de violencia. En relación, con la retórica en Gorgias de Platón esta hace referencia al arte de la persuasión, el cual tiene como finalidad la satisfacción del placer. Respecto al patriotismo, con el fin de suplir sus placeres los discursos de estos movimientos buscaban incentivar la violencia y el poderío italiano frente a sus enemigos

        Ahora se interesa extraer de lo dicho la relación entre estos hechos históricos. Ambos recalcan la importancia de la simbología, como una forma de justificar los actos, este fue el impacto de la sangre como eje articulador del cambio, la revolución esperada que estaba encaminada por la ambición del nuevo régimen con o sin el pueblo sin embargo, importa dejar en constancia que, algunos actores como Arjona en su artículo De Rebelocracias y Reclutas: Instituciones y Participación en el Conflicto Armado Colombiano establecen que aun así en los tiempos de guerra existe un orden. Relacionándolo con los movimientos los dos buscan implantar un orden autoritario como respuesta a la crisis cultural. En concreto la simbología fue un articulador del cambio y ambos movimientos buscaban restablecer un orden en tiempos de guerra, en este caso en plena crisis cultural.

         De lo anterior, se desprende la idea de revolución como el camino a la modernidad. Según Pizza (2014) la esencia del futurismo es:

Subvertir los paradigmas convencionales del saber, es decir, del «tiempo» –como desarrollo ordenado y lineal de acontecimientos teleológicamente encaminados a elaborar un sentido de la historia (el de un progreso irreversible y salvífico, por ejemplo) ‒ y del «espacio» –como creación de una tridimensionalidad artística que, en las distintas objetivaciones figurativas abordadas a lo largo de los últimos siglos, se ha apoyado pedantemente en las coordenadas tradicionales de la perspectiva. (3).

    En otras palabras, la tradicionalidad está conformado por los conceptos tiempo y el espacio. El primero, alude a la manera como los saberes teológicos iban a darle un sentido a la historia mientras que, el segundo hace alusión a la visión del mundo con base, a la visión artística teniendo en cuenta que, sin importar el lugar que se estudie la historia partirá de  la misma base para contarla. Así mismo, dentro de la maquinaria industrial hubo gran influencia de la modernidad por lo que, su propósito era una Italia modernizada la cual serie el eje clave del fortalecimiento interno y a vez una creación de identidad nacionalista. A causa de esto, autores como Pizza afirman que hubo una correspondencia entre el fascismo y los llamados futuristas gracias a la restauración de un nuevo orden social.

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