UN CUENTO PUNTO

En una ciudad muy poco conocida de nombre Kalos, en donde vivía un joven llamado Brandon, que recientemente había cumplido 14 años, los cuales esperaba con ansias para poder emprender un viaje hacia lo desconocido, con la esperanza de encontrar a su abuelo, que se había marchado de Kalos hace 10 años, en busca de una gema, está con el poder de cumplir cualquier deseo (su abuelo quería revivir a su abuela), dicha gema se encontraba al otro lado del mundo, en un ciudad llamada Luminalia. Pero nunca nadie había emprendió el viaje a pesar del poderoso benéfico, (a excepción del abuelo de Brandon)  y esto porque la única pista aparte de los rumores de que se encontraba al otro lado del mundo era un mapa en blanco con un punto en medio de el, por lo cual las personas de ciudad Kalos creían que era solo un mito.

Días después de la fiesta de cumpleaños, Brandon y su perro llamado Doggy (el cual le habían regalado desde que nació; cuenta su madre, que él antes era un Rey perteneciente a otra época, pero que por codicioso, un hechicero lo condeno de por vida, convirtiendo en un perro y que la única manera de revertir el hechizo era realizando una hazaña de humildad) emprendieron el viaje hacia ciudad Luminalia, con las únicas pistas que tenían, pero eso sí, una voluntad que ningún otro joven podría haber tenido, así como el resplandor que se podía ver en sus ojos, llenos de esperanza y determinación.

Tres noches después de haber iniciado el viaje, bajo las peores temperaturas que jamás se hayan imaginado, llegaron a una cabaña aparentemente abandona y decidieron quedarse ahí, porque empezaba a caer la noche; cuando entraron se dieron cuenta que lo único que había dentro de la cabaña era una persona de la tercera edad tomando te, éstos se sorprendieron demasiado que quisieron salir corriendo, la viejita les dijo,- no teman muchachitos, no soy la bruja que aparece en los cuentos de terror, pueden quedarse esta noche si así lo desean y tomar una ducha, que vaya que les hace falta- Los dos se voltearon a ver y decidieron quedarse,- total, no había nada que perder-.

Después de haberse duchado, la viejita les ofreció té y está les pregunto el porqué de su vista, ellos le contaron la historia de su abuelo y ella con demasiada tranquilidad les dijo que un hombre joven (para ese entonces y siendo muy descriptiva) había pasado la noche allí de igual manera que ellos, los dos asombrados empezaron a preguntarle infinidad de cosas, ella simplemente les dijo que no había mucho tiempo para responder todas las preguntas; eso si, pregunto por el mapa, cuando lo mostraron, se levantó de su silla y les indico el camino que debían seguir, así como también les advirtió que para poder llegar a ciudad Luminalia tendrían que superar una prueba para demostrar que sus deseos eran puros, ellos con toda la prisa del mundo salieron corriendo llevándose incluso las tazas de té que estaban tomando, minutos después de haber salido, recordaron que tenían que regresas las tazas, pero cuando entraron a la cabaña y buscaron a la viejita para devolverle las tazas y agradecerle por el hospedaje, solo hallaron una muñeca de tela, tirada en el piso, ellos impactados, la dejaron  junto a un retrato de un hombre grande edad que estaba en un altar, y cuando esto sucedió, apareció una enorme sonrisa en la muñeca.

Dos días después de lo sucedió en aquella cabaña, y de un largo camino, se podía ver a lo lejos a una mujer muy hermosa, con un vestido largo de color azul, que brillaba a plena noche, cuando se acercaron, y la vieron, una brisa recorrió su cuerpo, desprendiendo un maravilloso olor, que prácticamente idiotizo a los machados, con una bella sonrisa  les dijo - aquí comienza su prueba la cual  decidirá si  sus deseos son realmente puros; solo consiste en pasar ese viejo puente que conecta con un castillo, pero tengan mucho cuidado porque hay un dragón que lo custodia-, pero ellos aun distraídos no escucharon la última parte. Cuando giraron para cruzar el puente la chica se había esfumado.

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