Un diálogo entre Frankenstein y Pulgarcita
Enviado por Ezequiel Mendez • 11 de Noviembre de 2018 • Apuntes • 795 Palabras (4 Páginas) • 294 Visitas
Un diálogo entre Frankenstein y Pulgarcita
Partiendo de las lecturas de algunos capítulos de los libros de Meirieu, Philippe “Frankenstein educador” y el de Serres, Michel “Pulgarcita”; puedo concluir que se enfocan en el posicionamiento de los roles que asumen tanto los docentes como los estudiantes o alumnos para describir el complejo mundo situacional en el cual actualmente se encuentra hoy la escuela. Interpreto que los textos están focalizados en un contexto francés (o europeo), lugar de origen de los autores. De este modo me planteo si la regulación del sistema educativo de este otro lado del mundo en el que nos encontramos ubicados y en el momento socio-histórico que estamos atravesamos en cierta parte escapa o se contempla a la realidades descritas por los autores.
En argentina en el transcurrir de las últimas tres décadas ha habido algunas modificaciones legales para regular el sistema educativo, dando un rotundo cambio en el año 1993 con la promulgación de la Ley Federal de Educación la cual dio inicio a una mayor inclusión en nuestro sistema educativo de algunos sectores poblaciones. Estos sectores, anteriormente no tenían la obligatoriedad de asistir a la escuela, desde los noventa se extiende las edades de escolarización, brindándole la posibilidad a niños, niñas y adolescentes permanecer insertos en el sistema. Empezará a ser responsabilidad estatal, el llegar a una “sociedad más justa y autónoma e integrada a la región, al continente y al mundo”[1], por medio del logro de los objetivos propuestos. A su vez, se empezó a regular sistemas escolares especiales y una formación docente.
En el año 2006 se sanciona la Ley de Educación Nacional (Nº 26206) tiene por objeto el derecho de enseñar y de aprender establecido constitucionalmente y avalado por tratados internacionales. Se describe como regirá el Sistema Educativo en cada nivel (inicial, primario, secundario y superior) y entiende a la educación como un proceso continuo permanente y obligatorio de todo ciudadano del territorio Argentino, garantizando el ingreso, permanencia y egreso de todo niño, niña, adolescente y joven y adulto. Contempla la formación artística, técnico profesional, intercultural bilingüe, educación en contextos de privación de libertad, domiciliaria y hospitalaria.
Los avances legales argentinos, en cierto modo, han empezado, en su espíritu más profundo a hablar de ciertas inclusiones poblacionales al sistema educativo para poder brindarle a estas herramientas socializadoras y de integración, pero el oficio de ser alumno y el rol del docente en las realidades en las que nos encontramos insertos es aún más amplio y complejo.
En primer lugar me es necesario explicar brevemente a lo que se entiende por el oficio de estudiante, para ello retomo a lo desarrollado por Perrenoud, quien define a este oficio como a “Un concepto integrador, en el que uno reconoce diversos aportes: las relaciones entre familia y escuela, las nuevas pedagogías, la evaluación, los deberes que se hacen en casa, la comunicación pedagógica, los tipos de actividades en clase, el currículo real, oculto o implícito, la transposición didáctica”[2]
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