Verdadero Concepto De La Comunicacion
Enviado por diego860 • 18 de Agosto de 2011 • 2.795 Palabras (12 Páginas) • 1.206 Visitas
Comunicación versus información
El siguiente aparte, tomado de la obra de Luis López Forero, mantiene su vigencia en la comprensión entre información y comunicación, un debate necesario y actual, en el cual Antonio Pasquali, Paulo Freire y otros investigadores de la comunicación de la década de los 70s, Imprimieron importantes reflexiones alimentadas por una tendencia “emancipadora” de las comunicaciones y por consiguiente de la sociedad.
En los últimos tiempos, aparentemente, es tomado como un viejo debate superado y por lo tanto olvidado en sus connotaciones teóricas, pero que cobra vigencia cuando la realidad informativa se constituye progresivamente en la forma de discurso hegemónico en detrimento de los procesos de comunicación. Se trae a colación la lectura de Luis López Forero, porque las confusiones entre información, comunicación y medios siguen vigentes.
No confundir la “comunicación” con los “medios”
El fenómeno de la comunicación se puede reducir a un esquema muy simple:
EMISOR MENSAJE MEDIO RECEPTOR
Con respecto a los medios o canales artificiales (concretamente: teléfono, a prensa, radio, televisión, cine, etc.), una buena parte de la literatura sobre este tema concede excesiva importancia a los medios en sí, cayendo en el error que señalábamos antes de creer que el desarrollo tecnológico de los modernos medios de comunicación ha sido el factor desencadenante de un problema que existe ahora y antes no existía en el campo de las comunicaciones.
La verdad es que los nuevos medios sólo han venido a ampliar una capacidad que ya preexistía, pero el problema esencial sigue siendo el de la comunicación interhumana y no el de los medios o de su desarrollo.
Lo que deberá definirse propiamente es si proceso mismo de la comunicación, más que la función del canal que trasporta o sirve de vehículo a los mensajes. En este sentido es inadmisible la afirmación de McLuhan de que “el medio es el mensaje”. El medio no es la comunicación, ni siquiera es el mensaje, aunque desempeña una función importante específica y limitada dentro de la relación de comunicación.
Para aclarar este punto aquí conviene hacer una distinción entre lo que es un “aparato” y un “instrumento”. Se entiende por “aparato” todo artefacto que amplía, facilita, perfecciona, etc., una capacidad natural preexistente en el hombre. El altavoz, el teléfono, la radio, la calculadora, el reloj, etc., son aparatos. Por “instrumento” se entiende todo artefacto que permite utilizar hechos y datos que escapan a la capacidad natural del conocimiento humano. Por ejemplo, un avión, un lector de microondas, un voltímetro, etc., son instrumentos porque ofrecen al conocimiento y a la praxis humanos, datos y posibilidades para cuyo conocimiento y empleo la naturaleza humana no estaba preparada.
Todos los medios de comunicación, antiguos y modernos, son esencialmente aparatos sencillamente porque están destinados a extender las previas capacidades humanas de hablar, escuchar, ver, oír, etc. En realidad, como lo afirma el mismo McLuhan, los medios actuales, por complejos y sofisticados que parezcan, no son más que aparatos amplificadores de capacidades sensoriales, o sea, son como las extensiones de los sentidos del hombre. Son simples trasportadores de mensajes positivos o negativos, alienantes o liberadores, informadores o distorsionantes.
Quienes insisten demasiado en los medios, hasta convertirlos casi en mitos, en el fondo sólo tratan de encubrir el problema de los contenidos y de esconder o minimizar el problema de su uso y de los responsables. La nueva tecnología de los medios plantea actualmente a la humanidad de nuestros días enormes problemas, no precisamente de tipo técnico, sino de tipo político y social. Y no porque fatalmente las cosas tengan que ser así. Lo que ocurre es que si la comunicación es poder (y todo el mundo reconoce hoy que los medios generan poder), deberá recibir a nivel político el tratamiento reservado por esa ciencia a todas las encarnaciones del poder.
Existe una segunda razón por la cual los “medios”, como simples aparatos trasportadores y amplificadores, no deben predominar en una definición de comunicación: todo “medio” es un canal artificial, transportador de mensajes en código, pero al comienzo y al final de toda comunicación humana hay siempre un canal natural de codificación y descodificación del mensaje. Esto significa sencillamente que en el proceso de comunicación el papel del canal artificial es siempre subordinado.
Por consiguiente, el canal artificial sólo facilita el trasporte entre dos canales naturales. En una conversación telefónica, por ejemplo, las personas utilizan los códigos y canales naturales, la capacidad de hablar, de expresarse en un idioma, por parte de quien habla, y la capacidad de escuchar, de oír y de comprender, por parte del interlocutor.
Pero, el teléfono, como canal artificial que es, sólo facilita el trasporte a distancia entre los dos interlocutores que utilizan sus canales naturales.
De lo dicho anteriormente podemos sacar algunas conclusiones:
— En un verdadero proceso de comunicación humana pueden existir varios canales artificiales, pero siempre hay un canal natural inicial generando el mensaje y otro canal natural actuando de receptor final.
—Cuando no existen canales naturales ni un proceso final de comprensión mental (por ejemplo, en el caso de transmisión de información y de mensajes entre máquinas computadoras), no se puede hablar de proceso o de relación de comunicación propiamente dicha.
— El término “comunicación” debe reservarse a la interrelación humana, o sea, al intercambio de mensajes entre hombres, entre personas, independientemente de los aparatos intermediarios que se empleen para facilitar la interrelación a distancia.
En síntesis, lo fundamental es que no puede aceptarse un predominio del concepto de medio en la definición de comunicación, puesto que en cuanto canales artificiales
trasportadores de mensajes no son indispensables y se puede prescindir de ellos, lo que no ocurre con los canales naturales indispensables al comienzo y al término del
proceso. Los grandes progresos tecnológicos llevados a cabo últimamente en el campo de los “medios”, con todos los beneficios y las trasformaciones que han aportado en el sentido de acortar distancias, no han logrado sin embargo alterar la esencia del fenómeno “comunicación humana”. El problema más importante que tenemos que tratar de comprender sigue siendo la comunicación misma y sus contenidos o mensajes, y no los “medios”
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