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Vernant - Los Orígenes Capitulo 3 Y 4


Enviado por   •  22 de Abril de 2014  •  1.482 Palabras (6 Páginas)  •  199 Visitas

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CAPÍTULO III

LA CRISIS DE LA SOBERANÍA

La caída del poderío micénico y la expansión de los dorios en el Peloponeso, en Creta y hasta en Rodas, inauguran una nueva edad de la civilización griega. La metalurgia del hierro sucede a la del bronce. La incineración de los cadáveres reemplaza en amplia medida a la práctica de la inhumación. La cerámica se transforma y adopta la decoración geométrica.

Es el de la lengua el primer testimonio de las transformaciones sociales. Los pocos términos que subsisten, como basiléus o témenos, no conservan ya, una vez destruido el antiguo sistema, exactamente el mismo valor.

El cuadro de un pequeño reino como Itaca, con su basiléus, su asamblea, sus nobles turbulentos, su demo silencioso en segundo plano, prolonga y aclara ciertos aspectos de la monarquía micénica.

La desaparición del ánax parece haber dejado subsistir en forma simultánea las dos fuerzas sociales con las cuales había tenido que transigir el poder: de una parte, las comunidades aldeanas y, de la otra, una aristocracia guerrera, cuyas familias más nobles conservan por igual, como privilegio del genos, ciertos monopolios religiosos.

La búsqueda de un equilibrio, hará nacer, en un período de turbulencias, la reflexión moral y las especulaciones políticas que definirán una primera forma de “sabiduría” humana, que aparece desde el alborear del siglo VII y va unida a una pléyade de personajes bastante extraños que Grecia no cesará de celebrar como sus primeros y verdaderos “Sabios”

Esta sabiduría será el fruto de una larga historia en la cual intervendrán factores múltiples, pero que, desde sus comienzos, se ha desviado de la concepción micénica del Soberano para orientarse por otro camino.

Aun suponiendo que la Liga jónica del siglo VI prolongara en la forma de un agrupamiento de ciudades-estados independientes, una organización más antigua en la cual los reyes locales reconocieran la soberanía de una dinastía que reinaba en Éfeso.

En lo que refiere a Atenas, el testimonio de Aristóteles nos presenta las etapas de lo que podríamos llamar el estallido de la soberanía. La presencia del polemarca como jefe de los ejércitos, separa ya del soberano la función militar. La institución del arcontado marca una ruptura más decisiva. Es la noción misma del arkhé —el mando- la que se separa de la basíleia, conquista su independencia y va a definir el dominio de realidad propiamente política.

La imagen del rey, dueño y señor de todo poder, se reemplaza por la idea de funciones sociales especializadas, diferentes unas de otras y cuyo ajuste plantea difíciles problemas de equilibrio.

Desaparecido el ánax, que, por la virtud de un poder más humano, unificaba y ordenaba los distintos elementos del reino, surgen nuevos problemas:

Poder de conflicto-poder de unión, eris-phlia: estas dos entidades divinas, opuestas y complementarias, señalan como los dos polos de la vida social en el mundo aristocrático que sucede a las antiguas monarquías.

En el plano religioso: cada genos se afirma dueño de ciertos ritos, poseedor de fórmulas, de símbolos divinos especialmente eficaces, que le confieren poderes y títulos de mando.

La ciudad está centrada en el ágora, sede de la hestía coiné, espacio público en el que se debaten los problemas de interés general.

Es la ciudad misma que se rodea de murallas para proteger y delimitar en su totalidad el grupo humano que la constituye.

Este cuadro urbano define un espacio mental, descubre un nuevo horizonte espiritual. Desde que la ciudad se centra en la plaza pública, es ya, en el pleno sentido del término, una polis.

CAPÍTULO IV

EL UNIVERSO ESPIRITUAL DE LA “POLIS”

La aparición de la polis constituye en la historia del pensamiento griego, un acontecimiento decisivo.

La polis conocerá múltiples etapas y formas variadas. Desde su advenimiento, que se puede situar entre los siglos VIII y VII, por ella, la vida social y las relaciones entre los hombres adquieren una forma nueva, cuya originalidad sentirán plenamente los griegos.

Llega a ser la herramienta política por excelencia, la llave de toda autoridad en el Estado, el medio de mando y de dominación sobre los demás.

El campo de la arkhé están sometidas al arte oratorio y deberán zanjarse al término de un debate.

El arte político es un ejercicio del lenguaje y el logos.

La retórica y la sofística son la que abre el camino de las investigaciones de Aristóteles y definen las reglas de la demostración, sientan una lógica de lo verdadero, propia del saber teórico.

Un segundo rasgo de la polis es el carácter de plena publicidad que se da a las manifestaciones más importantes de la vida social.

Este doble movimiento

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