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Virtudes Cardinales


Enviado por   •  17 de Agosto de 2011  •  2.588 Palabras (11 Páginas)  •  2.397 Visitas

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Las Virtudes Cardinales

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Son 4 y apoyan a todas las demás virtudes, se tienen que ejercitar para desarrollarlas:

Prudencia,

Justicia,

Fortaleza y

Templanza,

que perfeccionan y elevan las adquiridas y sostienen la vida moral del hombre.

Artículo Publicado en Agosto de 1993 en el Nº 20 de Prensa Rotaria

1ª La Prudencia

La prudencia es una virtud, es la primera de las virtudes cardinales. Virtud en términos generales es la elevación del ser en la persona humana, o bien como decía Kant, es la fortaleza moral de obrar de acuerdo con los principios del deber o de acuerdo a Santo Tomás, es lo máximo a que puede aspirar el hombre, o sea la total realización de las posibilidades humanas en el aspecto natural y sobrenatural. A partir de Aristóteles, se destaca el poder de la voluntad, que pasó a ser junto con la inteligencia, los elementos constituyentes de la virtud. La virtud no es la simple “honradez” o forma “correcta” de un hacer o omitir, completamente aislado; significa más bien la verdadera esencia del hombre en los dos planos el material-humano y el místico-divino, o mejor el natural o el sobrenatural.

La prudencia no es tan sólo el simple afán de propia conservación, o el cuidado de sí mismo, que no deja de ser un poco egoísta, medida, guía y razón de las virtudes morales en todas ellas influye, sin excepción, suministrando a cada una, el complemento que le permite el logro de su propia esencia, de allí que sea posible deducir que la prudencia es en efecto, la medida del saber, querer, osar y callar. Los distintos modos de imperfección de ese saber, querer, osar y callar, constituyen por otra parte, los distintos tipos de imprudencia. Por ejemplo quien se lanza resueltamente a una acción, sin pararse a deliberar como es debido y sin formular un juicio fundado, es imprudente según el modo de la impremeditación, un segundo modo de imprudencia es la inconstancia, porque ella puede malograr y cortar el paso al proceso de transformación del conocimiento, haciendo que la deliberación y el juicio caigan en el plano de lo infructuoso, en lugar de seguir su curso hasta alcanzar el momento definitivo, el momento de la verdad. Y finalmente otro modo de imprudencia, como por ejemplo la astucia, que es una especie de sentido simulador e interesado, al que no atrae más valor que el táctico de las cosas y que es distintivo del hombre intrigante, incapaz de actuar rectamente. La simulación, los escondrijos, el ardid y la deslealtad representan el recurso de los espíritus mezquinos.

La prudencia es la virtud que permite cambiar el conocimiento de la realidad en práctica del bien, implica la humildad de percibir en silencio, con sencillez; significa una relación entre el rigor, la deliberación y el arrojo. La prudencia enseña el camino hacia la propia perfección y evolución espiritual.

El prudente puede ser justo, fuerte y templado.

2ª La Justicia

La palabra Justicia, se ha usado y se usa para designar el criterio ideal, o por lo menos el principal criterio ideal del Derecho, es decir la idea básica sobre la cual debe inspirarse el derecho; pero también, justicia ha sido empleada para denotar la virtud universal comprensiva de las demás virtudes, como decía Theognis, “el sabio antiguo, en la justicia se comprendían todas las virtudes”. De modo que primero diré todo lo que algunos sabios dicen de la justicia y luego tendremos una conclusión. Empecemos con Platón, para éste la justicia es la virtud fundamental de la cual se derivan todas las demás virtudes, pues constituye el principio armónico ordenador de éstas, el principio que determina el campo propio de acción de cada una de las demás virtudes: de la prudencia o sabiduría para el intelecto, de la fortaleza o valor para la voluntad y de la templanza para los apetitos y tendencia.

Para Aristóteles “la justicia es expresión de la virtud total o perfecta”, de la cual dice que “consiste en una medida de proporcionalidad de los actos, la cual representa el medio equidistante entre el exceso y el defecto”.

En la Biblia. “Justicia” significa, la suma de todo bien, se llama justa a la persona buena, piadosa, humanitaria, caritativa, agradecida y temerosa de Dios.

San Ambrosio llama la Justicia “fecunda generadora de las otras virtudes”.

San Agustín la hace consistir en el amor del sumo bien y de Dios y la presenta también como la suma de toda virtud, que establece para cada cosa su propio grado de dignidad y que consiguientemente subordina el alma a Dios y el cuerpo al alma y que además señala un orden en los asuntos humanos.

Según Santo Tomás, la Justicia es el modo de conducta (habitus), según el cual un hombre, movido por una voluntad constante e inalterable, da cada cual su derecho.

Alfonso X el Sabio define la Justicia como “arraigada virtud que da y comparte a cada uno igualmente su derecho”.

Brunetto Lattini, pensador italiano del siglo XIII, dice que la Justicia es una virtud enteramente racional, encaminada a establecer un orden de equilibrio y de igualdad.

Hume dice que la Justicia consiste en que cada acto singular es realizado con la expectativa de que los otros realizarán lo mismo.

Podría seguir enumerando autores con tantas definiciones, pero lo importante es que podríamos ya tener una idea conceptual de la que es Justicia, de modo que de lo anteriormente dicho podríamos sacar alguna conclusión y tomarla como punto de partida, aún cuando al final sea distinto nuestro modo de pensar. El Acto de Justicia consiste en dar a cada uno lo suyo. Esto supone un precedente, por medio del cual, algo e constituye en propiedad de alguien, es decir se ratifica un derecho a reclamar de otro como algo que se le adeuda y que no corresponde a nadie más que a él. La razón de que un hombre le deba a otro se encuentra unas veces en la celebración de pactos, contratos, promesas, disposiciones legales y otras veces hay que buscarla en la naturaleza misma de la cosa, sin embargo el acto de Justicia no sólo se fundamenta en un acto mediante el cual algo pasa a ser debido, sino que supone además el acto de la prudencia, que consiste en plasmar en conducta la verdad de lo real.

3ª La Fortaleza

Cuando empezamos, fue la prudencia, hablamos que la objetiva mirada que lanza al ser de las cosas a través de la prudencia, te garantiza la conformidad con lo real donde encuentra el hombre y conoce las leyes eternas que Dios ha dictado al universo, lo que es más importante, las reconoce como obligatorias y las vuelve a implantar. Buena es lo que es prudente, por cuanto

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