Ética discursiva y Educación en valores.
Enviado por romeroacesar • 27 de Marzo de 2017 • Reseña • 2.139 Palabras (9 Páginas) • 1.391 Visitas
RESEÑA
Texto: Ética discursiva y Educación en valores (de Adela Cortina)
ADELA CORTINA: Es Catedrática de Ética y Filosofía Política en la Universidad de Valencia, ciudad en la que nació y donde cursó sus estudios de Licenciatura y Doctorado en Filosofía, los cuales profundizó en las Universidades de Munich y Frankfurt como becaria del Servicio Alemán de Intercambio Académico DAAD y de la Alexander von Humboldt-Stiftung. Ha sido profesora visitante en la Universidad de Louvain-la-Neuve, en la Vrije Universitet (Amsterdan), en la University of Notre Dame y en la Universidad de Cambridge.
Este texto de 20 páginas consta de nueve secciones en las que se desglosa la idea principal del escrito, la cual tiene que ver con la dificultad de aplicar una educación en valores desde una ética fundamentada en principios en un contexto actual donde la pérdida del sentido axiológico es sumamente notoria en los contenidos educativos y en la sociedad no solo local sino también global.
En la primera sección llamada El ámbito de la ética aplicada, la autora presenta dos conceptos que están plenamente relacionados en torno a la educación, estos son: la ética aplicada y la interdisciplinariedad, y dice que la ética aplicada cuyas reflexiones de la aplicación de principios morales a los diferentes ámbitos de la vida social está matizada por la interdisciplinariedad, la cual es necesaria en las distintas esferas de la ética aplicada. Aquí Adela Cortina también afirma que la práctica de una ética - ficción después de haber expuesto una teoría ética es la “prueba del 9” de una teoría moral y es así que la ética aplicada a la educación forma parte de este terreno.
En la segunda sección titulada La forja de una ética cívica, Adela Cortina proclama que la ética es una parte de la filosofía que estudia la moral la cual forma parte de la vida cotidiana, ostentando la ética la primacía en la fundamentación racional. De esta manera existen diversas morales en la vida cotidiana como la moral religiosa y la moral civil siendo esta última relativamente reciente, originada entre los siglos XVI Y XVII en Europa como forma de convivencia entre religión y ateísmo de acuerdo a mínimos axiológicos y normativos comunes. En este orden de ideas la moral cívica consiste en que la ciudadanía comparta unos mínimos que le permita lograr una convivencia entre los sujetos que tienen diferentes concepciones e ideales de vida. De esta forma la moral cívica se basa en una moral mínima que constituya el pluralismo y al mismo tiempo la autonomía sin afectar la convivencia con los demás.
En la tercera sección Éticas de máximos y éticas de mínimos, la profesora Cortina hace una distinción entre estas éticas y dice que la ética de Máximos entiende la moral como el planteamiento de un estilo de vida felicitante, pero ésta ética se proyecta como una forma de consejo de autoridades morales cuya experiencia propia y aportaciones científicas son sus ingredientes fundamentales. La moral cívica se fundamenta en las morales que proponen mínimos axiológicos y normativos compartidos donde hay libertad de oferta de máximos pero donde también existe la toma de decisiones compartidas por los sujetos de la sociedad en una ética aplicada. Adela Cortina también dice en esta sección que la moral cívica es un hecho y hace recordar que la moral se ocupa de lo que debe ser y desde ahí puede criticar lo que sucede. La conciencia moral compartida favorece la convivencia mediante valores y derechos comunes que permiten orientar y criticar las actuaciones sociales y la moralidad de las instituciones y tomar decisiones compartidas que proporcionen un bienestar común en casos concretos aunque las razones que apoyen los valores para tomar esas decisiones sean diferentes.
La cuarta sección Los fundamentos éticos de la moral cívica expone que el liberalismo político diseñado por Rawls y la ética del discurso desarrollada por Apel y Habermas son dos propuestas éticas o corrientes que dan razón de una moral cívica basada en la ética Kantiana cuyo método es el trascendental, el cual se corresponde con el conocimiento científico desde el cual la autonomía del individuo se fortalece a medida que aumenta su racionalidad estableciendo sus propias leyes y moral. En las dos éticas referidas por la autora la fundamentación moral de Kant sufre una transformación. El equilibrio reflexivo de Rawls es un método hermenéutico coherencial que parte del hecho de que se comparten valores en los países democráticos occidentales por lo que el filósofo debe ayudar a comprender lo que ya se comparte y rastrear las tradiciones para configurar un modelo conceptual que lleve a cabo el reforzamiento de la convicción moral como tarea social práctica. Así es que la tradición contractualista encontrada girará en torno al concepto de “persona moral” la cual es un ser autónomo y racional que prefiere la cooperación al conflicto social. La ética discursiva pretende descubrir en la racionalidad humana una faceta comunicativa como base de una moral cívica dialógica empleando el método de reflexión trascendental para descubrir ese carácter dialógico de la razón humana aplicado a la corrección de normas morales. El sujeto autónomo puede valerse de la racionalidad comunicativa para elevarse por encima de otros interlocutores y rechazar sus pretensiones por lo que se hace ver como alguien significativo en la toma de decisiones, de esta forma, los afectados por las normas inmorales pueden participar en los diálogos y exponer la defensa a sus intereses en forma racional y fundamentada. Lo anterior da cuenta de una moral cívica en las sociedades que han evolucionado con el tiempo.
La quinta sección titulada Las metas de la educación: ¿individuos hábiles o personas íntegras? hace relación a las preguntas que plantea el aprendizaje, la educación y sus fines, siendo una pregunta sin respuesta definitiva la siguiente: ¿puede enseñarse la virtud? derivándose de ella otra pregunta ¿vale la pena enseñarla? El progreso técnico ha llevado al convencimiento de que es mejor fomentar la transmisión de habilidades técnicas con el fin de lograr un bienestar económico es decir una razón instrumental que puede tener, en términos amplios, repercusiones políticas de distinción entre países pobres y ricos medida en capacidad tecnológica. La autora en esta sección cuestiona el ataque a esta transmisión de habilidades pero también presenta una reflexión al asunto de los valores y la moral en este contexto, formulándose las preguntas anteriores y cavilando sobre su trascendencia y posibles respuestas.
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