Discurso FDR
Enviado por rodbarria • 1 de Septiembre de 2014 • 470 Palabras (2 Páginas) • 323 Visitas
“Miembros del Senado, de la Casa de Representantes:
Ayer, 7 de Diciembre de 1941, una fecha que pervivirá en la infamia, los Estados Unidos de América fueron sorpresiva y deliberadamente atacados por fuerzas navales y aéreas del Japón.
Los Estados Unidos estaban en paz con esa nación y, a solicitud de Japón, estaba aún en conversaciones con su Gobierno y su Emperador, buscando el mantenimiento de la paz en el Pacífico.
Efectivamente, una hora después que escuadrones aéreos japoneses comenzaran a bombardear Oahu, el Embajador Japonés ante los Estados Unidos y su colega, entregaron al Secretario de Estado una respuesta formal al reciente mensaje estadounidense. Mientras esta respuesta estipulaba que parecía inútil continuar las existentes negociaciones diplomáticas, no contenía amenazas o posibilidad de un golpe de guerra o de ataque armado.
Quedará registrado que la distancia de Hawai al Japón hace obvio que el ataque fue deliberadamente planeado muchos días o incluso semanas atrás. Durante la ocurrencia del ataque, el Gobierno Japonés deliberadamente tuvo la posibilidad de engañar a los Estados Unidos con falsos planteamientos y expresiones de esperanza para la continuación de la paz.
El ataque de ayer a las Islas Hawai ha causado serio daño a las fuerzas militares y navales estadounidenses. Se han perdido muchísimas vidas estadounidenses. Adicionalmente, se ha reportado buques estadounidenses torpedeados en alta mar, entre San Francisco y Honolulu.
Ayer, el Gobierno Japonés también lanzó un ataque contra Malaya.
Anoche, fuerzas japonesas atacaron Hong Kong.
Anoche, fuerzas japonesas atacaron Guam.
Anoche, fuerzas japonesas atacaron las Islas Filipinas.
Anoche, fuerzas japonesas atacaron las Islas Midway.
Por tanto, Japón ha iniciado una extensa y sorpresiva ofensiva extendiéndose a toda el área del Pacífico. Los hechos de ayer hablan por sí mismos. El pueblo de los Estados Unidos, ya se ha formado su opinión y comprende bien las implicaciones para la propia vida y seguridad de la nación.
Como Comandante en Jefe del Ejército y de la Marina he ordenado que sean tomadas todas las medidas para nuestra defensa.
Siempre recordaremos el carácter de la embestida contra nosotros. No importa cuánto nos pueda tomar el superar esta premeditada invasión, el pueblo estadounidense en su virtuoso poder, vencerá y logrará la absoluta victoria.
Creo interpretar el deseo del Congreso y del pueblo, cuando aseguro que no sólo nos defenderemos hasta lo imposible, sino que nos aseguraremos que esta forma de traición nunca más nos amenace nuevamente.
Las hostilidades existen. No hay parpadeo al hecho que nuestro pueblo, nuestro territorio y nuestros intereses están en grave peligro. Con confianza en nuestras fuerzas armadas - con la irrestricta determinación de nuestro pueblo - nosotras lograremos
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