El Discurso Pedagógico Desarrollista (1955-1973)
Enviado por samaelg • 22 de Mayo de 2013 • 1.694 Palabras (7 Páginas) • 652 Visitas
El desarrollismo introdujo una nueva lógica para operar sobre el campo educativo que produjo innovaciones tanto a nivel conceptual como en el de las prácticas escolares. Intentaremos señalar aquí los elementos organizadores del discurso pedagógico desarrollista haciendo referencia a su traducción e implementación en el terreno educativo. Para ello hemos tenido en cuenta las relaciones de lo educativo con otras esferas: sociedad, economía, cultura, trabajo, orden mundial, etc
* Contexto general: surgido tras la segunda guerra mundial, y que en nuestro país fue hegemónico desde el derrocamiento de Perón en 1955 hasta 1973, es la filosofía que acompaña el período de más fuerte expansión norteamericana y la necesidad de ampliar sus mercados económicos para su propio crecimiento, mediante la incorporación a la moderna dinámica capitalista ede las naciones latinoamericanas y comenzando el proceso de trasnacionalización y apertura de sus economías. Dicha ampliación del mercado requería tanto de nuevos compradores como de nuevas localizaciones para las unidades productivas norteamericanas, lo cual implicaba una exportación de capitales. Esto originó en muchos paìses latinoamericanos, la segunda etapa de la sustitución de importaciones, basada en inversiones norteamericanas en los sectores más complejos y rentables de la industria. El horizonte final comprendía una integración económica a gran escala de las naciones latinoamericanas, pero subordinada a la dirección de Estados Unidos y las formas tradicionales de socialización de la cultura, los valores y las prácticas que éstas involucraban. Alli radicaba una de las principales implicancias culturales-educativas del enfoque desarrollista.
En nuestro país, en 1955 comienza un proceso de desmonte de lo conseguido por el peronismo; esta fuerte desperonización constituía un gran interés para los Estados Unidos. Además de una interna entre los sectores dominantes propietarios de industrias y tierras.
Otro de los intereses norteamericanos no es ya la compra de materias primas, sino la instalación de sus empresas. Desde la finalización de la segunda guerra mundial, Estados Unidos tiene un exceso de capitales que aplica a inversiones en otros países creando puestos de trabajo que generan un aumento de plusvalía. Pero como resultado de la política distributiva del peronismo, el costo del trabajo argentino era el más alto de América Latina, con lo cual una de las primeras intenciones es bajar ese costo de la mano de obra.
Los capitales norteamericanos se asientan en la década del ’60 a través del planteo de una concepción de “hermano mayor” que viene a ayudar a América Latina. La sociología norteamericana plantea, según la “teoría del desarrollo” que existe una serie de países atrasados y no habían logrado un nivel de progreso como el del capitalismo norteamericano, auto-caracterizado como progresista y democrático. Aquellos países comenzaron a ser nominados como “en vías de desarrollo” hacia este modelo.
La categoría “progreso” había sido ya muy utilizada por la pedagogía reformista de Mann y Dewey. Ahora, se sustituye el “progreso infinito” por la palabra “desarrollo prefijado”, lo cual implica una marcada impronta racista: los Estados Unidos se autodenominan los UAS (blancos y protestantes), a los cuales se limita la civilización occidental, mientras que los “otros” constituyen una subcultura.
El desarrollismo, que se presentaba como una propuesta demócrata, plantea con John Kennedy, una pedagogía donde los latinoamericanos son los hermanos menores que necesitan proyectos que los “envíen” al desarrollo, impulsados por los sectores medios, ya que la idea que tenían sobre los sectores populares era la de campesinos muy atrasados. Entonces, los sectores medios se asocian, capitales norteamericanos mediante, con la vieja oligarquía, fundando empresas modernas acompañadas con un impacto pedagógico. Estas empresas tienen similitud con el proyecto de Alberdi, ya que éste pretendía llegar al “desarrollo” importando modelos, capitales y tecnología.
Uno de los primeros actos de gobierno de Frondizi, a diferencia de su colega mexicano y en contradicción con sus promesas electorales, es entregar el petróleo a los capitales extranjeros. El petróleo comienza así a ser materia de lucha y negociación.
En este período, la educación amplía su ámbito a sectores de la sociedad cada vez más amplios, ya que las formas de producción demandaban personas formadas y especializadas en la cada vez más compleja división del trabajo. La educación se convierte así en motor del desarrollo y del progreso económico. Esta concepción alcanza su auge con la teoría del capital humano, planteada por Schultz[1] (1960)
* En cuanto a su implementación en el terreno universitario, hay una vinculación estrecha con el sistema económico, intentando ajustar la educación superior a las pautas del crecimiento capitalista, mediante la inserción de carreras “modernas” y los intentos por tornar a los estudios en más técnicos y menos humanistas en el sentido clásico. El desarrollismo penetra dominando el espacio de las ciencias sociales, en especial, la sociología, psicología, y ciencia política. Los discípulos de Mantovani inauguran el funcionalismo pedagógico, caracterizado por la tecnocracia (derivación de una revalorización de lo fáctico), la adhesión a la teoría del desarrollo y la planificación. El grupo más tecnocrático cambió el concepto desarrollista clásico de “recursos humanos” se cambia por la teoría del capital humano, que es una teoría de la inversión con mayor solidez científica
El “cientificismo” intentó hacer coherente
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